La Internacional Socialista, una rosa plagada de espinas

| George W. Bush fue el único tema que generó unanimidad de expresiones entre los 160 partidos de la organización

SAN PABLO | AFP, AP y EFE

La Internacional Socialista (IS) concluyó ayer su reunión en Brasil dividida por controversias entre latinoamericanos y europeos, pero unánimes a la hora de exhortar a la creación de un nuevo orden internacional.

El XXII Congreso dejó en evidencia que en el seno de la Internacional Socialista hay tantas espinas como debe tener la rosa que simboliza a la organización.

Irak y Cuba fueron dos de los temas que más discusiones provocaron en la declaración final en la que la IS define su posición en el mundo.

Una gran mayoría de partidos latinoamericanos protestaron enérgicamente una condena, defendida por representantes europeos, a la "represión que el gobierno cubano desencadenó hace unos meses sobre decenas de opositores".

El texto de la declaración, además, "exige la liberación de los presos por motivos políticos o de conciencia".

Los partidos latinoamericanos querían aprobar únicamente la primera parte consensuada de la declaración, que pasó sin problemas: "La Internacional rechaza los recientes intentos de desestabilizar a Cuba por parte de la administración de Estados Unidos (...) y pide enérgicamente que los EE.UU. terminen con el embargo".

BLAIR. Pero la polémica más dura giró en torno a la elección del primer ministro británico Tony Blair como vicepresidente de la organización, por su respaldo a la guerra de Irak.

Ruben Giustiniani, presidente del Partido Socialista de Argentina, llevó la iniciativa de reprobar su candidatura y aseguró contar con el apoyo en su posición de los partidos socialistas de Uruguay y Chile, el Partido Revolucionario panameño, el PRD y el PRI de México.

También Hernán Estrada, del Frente Sandinista de Nicaragua, "secundó" las palabras del ar-gentino.

"Hay que hacer una diferencia entre el Partido Laborista (británico, que Blair lidera) y su largo historial, y el liderazgo del señor Tony Blair tan nefasto para la paz internacional", dijo.

Blair, que no asistió al congreso, fue defendido por el portugués Antonio Guterres, presidente de la organización, quien calificó como "totalmente injusto este juicio hacia Tony Blair, que ha hecho grandes aportes a la Internacional Socialista".

Otras diferencias, pero de tono menor, surgieron cuando la Internacional Socialista respaldó la realización de un referéndum sobre la continuidad o no del presidente Hugo Chávez en el gobierno de Venezuela. La referencia fue aprobada pese a críticas de Chile y México.

PESIMISMO. En el congreso participaron 600 delegados de 150 partidos izquierdistas de Europa, Africa, América y Asia. Concluyeron tres días de encuentros después de llegar a un diagnóstico pesimista de las condiciones en que se encuentra el mundo.

Sin citar nombres específicos, la declaración final criticó al gobierno del presidente norteamericano George W. Bush, sin encontrar objeciones.

"Los neoconservadores están intentando... desmantelar todas las formas de gobierno global para minimizar el papel de las Naciones Unidas, socavar las instituciones multilaterales, promover las acciones unilaterales y la consagración del mercado, y para imponer la voluntad de los poderosos para decidir el futuro de la humanidad", expresó el documento.

Luciano Vecchi, de la Democracia Izquierdista de Italia declaró que el encuentro fue un éxito, al explicar que la cantidad de partidos miembros se incrementó de 141 a 168.

NUEVOS. Entre los nuevos integrantes mencionó al Partido Social Demócrata del ex líder soviético Mijail Gorbachev.

También fueron aceptados como miembros plenos, entre otros, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó a México entre 1929 y 2000, y el Nuevo Espacio de Uruguay.

La Internacional Socialista también expresó su intención de incorporar al Partido Demócrata de Estados Unidos.

Un representante de la organización participó hace dos semanas en una reunión en Nueva York con dirigentes demócratas, entre ellos la senadora Hillary Clinton, esposa del ex presidente Bill Clinton.

El presidente de la Internacional Socialista había dicho, al inaugurar el congreso el lunes, que los socialistas, laboristas y socialdemócratas de todo el mundo "sienten nostalgias de la administración de Bill Clinton".

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