RAMALAH | AP
Israel descartó negociar con un gobierno palestino dirigido por Hamas y el partido Fatah se negó acompañarle en una coalición, en lo que parecen ser los primeros intentos de aislar al movimiento islamista que ganó las elecciones palestinas.
Tanto Estados Unidos como los países europeos declararon enfáticamente que Hamas deberá deponer las armas, renunciar a la violencia y reconocer el derecho de Israel a existir si es que quiere tener algún contacto diplomático.
Parlamentarios europeos mencionaron la posibilidad de cortar toda ayuda extranjera a los territorios palestinos.
El primer ministro interino de Israel, Ehud Olmert, declaró: "El Estado de Israel no negociará con un gobierno palestino integrado, así sea en parte, por una organización terrorista que pide la destrucción del Estado de Israel".
Fatah, por su parte, se negó a tenderle la mano al grupo fundamentalista, anunciando que no participará en un gobierno compartido.
En teoría Hamas no necesita al Fatah pues obtuvo 76 de los 132 escaños en el Parlamento, una mayoría absoluta. Fatah, que durante décadas dominó la política palestina, se llevó apenas 43. Pero en el gobierno, Fatah pudiera haber servido de intermediario con Israel.
Un líder del Hamas, Ismail Haniyeh, declaró ayer que había solicitado una reunión con el líder palestino Mahmud Abbas. La oficina de Abbas no lo confirmó, aunque Abbas había dicho antes que le pediría a Hamas que forme el gobierno. El primer ministro palestino Ahmed Qureia y su gabinete, todos del Fatah, renunciaron el jueves para dejarle el paso libre a Hamas.
El Hamas en sus estatutos aboga abiertamente por la destrucción de Israel, y ha organizado cientos de ataques suicidas dinamiteros en que han muerto civiles inocentes. Israel desde hace tiempo le había advertido a Abbas que debía desmantelarlo, o en todo caso prohibirle participar en las elecciones hasta que deponga las armas. Abbas siempre se negó.
En años recientes algunos dirigentes de Hamas han aceptado a regañadientes la idea de establecer un estado palestino en la Cisjordania y Gaza — pero sólo si se entiende que esa sería una primera etapa para destruir Israel y ocupar toda Palestina.
SUPERVIVENCIA. Lo que pasa es que ya que la Autoridad Palestina depende para su supervivencia de la ayuda exterior y de Israel, a Hamas no le será fácil ignorar los pedidos internacionales de que renuncie a la violencia.
Algunos dirigentes de Hamas han insinuado que, a pesar de su ideología radical, serán pragmáticos en cuanto a la administración de los servicios en los territorios palestinos.
Es que sin la ayuda financiera extranjera, se hundiría la Autoridad Palestina, ya en la bancarrota y con un déficit presupuestario de U$S 1.000 millones anuales.
Los donantes extranjeros —principalmente Estados Unidos y Europa — ya han vertido U$S 1.000 millones anualmente en la Autoridad Palestina, en parte para pagar servicios y en parte para financiar la reconstrucción en la Franja de Gaza y la Cisjordania.
En lo que podría ser un augurio de lo que sucedería si Occidente deja de enviar dinero, los donantes extranjeros en diciembre decidieron suspender sus desembolsos debido a que la Autoridad Palestina aprobó excesivos aumentos de sueldo y de la ya abultada nómina pública. Para comienzos de enero, habían quedado congelados unos U$S 60 millones de dólares que estaban destinados al pago de la nómina palestina.
Aunque Hamas durante años ha administrado una red de servicios sociales — junto con su brazo armado — nunca ha estado a cargo de un gobierno y nunca ha tenido que responsabilizarse de asuntos de Estado.
En la práctica, Hamas no tendrá alternativa que cooperar con Israel en varias áreas de administración pública, pues un amplio sector de la red social y de servicios en los territorios palestinos, tras cuatro décadas de ocupación, está coagulada con la israelí.
Pero el portavoz del gobierno israelí Raanan Guissin dijo que todo el espectro de las relaciones entre los israelíes y los palestinos tendrá que ser reevaluado.
"Ahora que la Autoridad Palestina se ha convertido en una autoridad terrorista, tendremos que reconsiderarlo todo", aseveró Guissin.
Reclamo violento
Miles de palestinos, algunos de ellos armados, protestaron el viernes en Gaza frente a la casa del presidente Mahmoud Abbas, para pedir su dimisión tras la derrota del partido oficial Fatah, frente a Hamas en las elecciones legislativas.
"¡Fuera Abbas!" "El es el responsable de nuestro fracaso en nuestras elecciones". "No queremos que el Fatah participe en un gobierno de Hamas", gritaban los manifestantes, algunos de ellos armados y enmascarados.
Los activistas, muchos de ellos pertenecientes a las brigadas de mártires de Al Aqsa, milicia armada vinculada al Fatah, se opusieron a cualquier participación del partido en el gobierno dirigido por los islamistas de Hamas, que obtuvieron la mayoría absoluta. AFP
Principales lideres de Hamas
Khaled Mechaal
Es el jefe del aparato político de Hamas y uno de los fundadores del grupo. Los servicios secretos israelíes intentaron envenenarlo hace nueve años en Ammán. Vive en Damasco y cercano al guía espiritual del movimiento islámico, Ahmad Yasin, asesinado en 2003 en una "acción selectiva" israelí en Gaza, preconiza la lucha militar hasta la liberación de toda la tierra palestina.
Mahmoud Zahar
De unos 60 años y médico de profesión, está considerado como un duro en el seno de Hamas. Miembro fundador en la década de 1970 del movimiento Majmaa el-Islami, del que surgió Hamas, es uno de los más acérrimos enemigos de Fatah, el derrotado grupo fundado por Yasser Arafat. Resultó herido en un "ataque selectivo" israelí contra su casa, en el que resultó muerto su hijo.
Ismail Haniye
De unos 50 años y cabeza de lista en las legislativas, era director de gabinete del jeque Yasin. Vive en una modesta casa, en el campo de refugiados de Chatti, en Gaza. Haniye se vio obligado a renunciar a sus ambiciones electorales en las primeras legislativas palestinas, en 1996, debido a la negativa de Hamas a participar en dichos comicios. Está considerado un pragmático y un hombre de apertura.