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Israel: Netanyahu ganó pero debe negociar una nueva coalición

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Fueron las cuartas elecciones en Israel en menos de dos años. Foto: AFP
Likud party supporters wave flags bearing the party name and the face of its leader, Prime Minister Benjamin Netanyahu, as they react at their party campaign headquarters in Jerusalem on March 23, 2021, after the end of voting in the fourth national election in two years. (Photo by menahem kahana / AFP)
MENAHEM KAHANA/AFP

ELECCIONES

Para lograr una mayoría de 61 bancas y formar gobierno, Netanyahu cuenta con sus aliados religiosos de derecha y, en esta ocasión, también con la extrema derecha.

El primer ministro Benjamín Netanyahu reivindicó anoche “una inmensa victoria para la derecha” en Israel, luego de las elecciones legislativas de ayer martes. “Ciudadanos de Israel, ¡gracias! Ustedes dieron una inmensa victoria para la derecha y para el Likud bajo mi dirección (...) Es evidente que una mayoría aplastante de ciudadanos israelíes es de derechas y quieren un gobierno de derechas, fuerte y estable”, tuiteó Netanyahu.

Según los sondeos a boca de urna, el Likud de Netanyahu conseguiría entre 31 y 33 escaños de los 120 de la Knéset (Parlamento), seguido del partido Yesh Atid (Hay futuro) del centrista Yair Lapid, con 16 a 18 escaños.

Para lograr una mayoría de 61 bancas y formar gobierno, Netanyahu cuenta con sus aliados religiosos de derecha y, en esta ocasión, también con la extrema derecha. Lapid, por su parte, se apoyaría en partidos de centro y de izquierda, así como en la derecha decepcionada con el primer ministro.

Según las proyecciones, el bloque de partidarios de Netanyahu obtendría entre 51 y 56 diputados, mientras que el de Lapid contaría con entre 48 y 52. Con estos números, el jefe del partido de la derecha radical, Naftali Bennett, podría inclinar la balanza.

“Haré solo lo que sea bueno para el Estado de Israel”, dijo anoche Bennett.

Más de 6,5 millones de israelíes estaban habilitados para votar en las cuartas elecciones que celebró Israel en menos de dos años.

Netanyahu cuenta con el apoyo de sus socios tradicionales: Shas (ultraortodoxo sefardí) y Judaísmo Unido de la Torá (ultraortodoxo ashkenazí), que según las principales encuestas obtienen en conjunto entre 14 y 16 diputados.

A parte de estos, también tiene garantizado el respaldo del Partido Sionista Religioso, una coalición de extrema derecha y abiertamente homófoba y anti-árabe.

Y si Yamina se integra permitiría superar la mayoría de 61 diputados de los 120 del Parlamento.

Frente a esta previsible coalición, siete partidos de distinto corte ideológico obtendrían representación parlamentaria, según los sondeos.

El principal, con 18 escaños, es el centrista Yesh Atid de Lapid, y al que Bennett rechaza apoyar como primer ministro.

El exmiembro del Likud, Guidéon Saar, con su recién creada formación Nueva Esperanza, llega solo con entre 5 y 6 escaños, menos que los 6-8 diputados del ultraderechista y laico Israel Nuestro Hogar, de Avigdor Liberman, opuesto al primer ministro.

Por su parte, el actual socio de Gobierno de Netanyahu, el centrista Beny Gantz, conseguiría mantenerse en el Parlamento con entre 7 u 8 escaños, igual que el izquierdista Meretz, con 6-7. Ambos temían no superar el umbral mínimo del 3,25% para tener representación.

El Partido Laborista remonta con siete escaños y la Lista Unida árabe, que llegó a ser tercera fuerza en el Parlamento, bajaría hasta los 8 o 9. La islamista árabe Raam, que no descartó apoyar a Netanyahu, no superaría el umbral electoral.

La votación en Israel estuvo marcada por las medidas anti-coronavirus y los centros de votación especiales para contagiados y ciudadanos en cuarentena. Urnas en hospitales, en carpas protegidas y hasta en el aeropuerto internacional de Ben Gurión intentaron facilitar el voto.

Sin embargo, durante la jornada se registraron los porcentajes más bajos de participación desde 2009, pese al ambiente animado de las calles tras la reapertura que ha permitido la campaña de vacunación, principal lema de campaña de Netanyahu.

Los votos especiales retrasarán el recuento y no se esperan resultados definitivos hasta el próximo viernes, según el Comité Electoral, aunque Netanyahu ya canta victoria.

Netanyahu, de 71 años, mostró sus credenciales de liderazgo durante la campaña, basándose en un programa que ha permitido que casi el 50% de los israelíes ya recibieran dos vacunas contra el COVID-19.

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