RAMALA | ANSA y EFE
Grupos palestinos incendiaron ayer la gobernación y la sede de los servicios secretos de Jenin, Cisjordania, tras el secuestro y posterior liberación de tres voluntarios occidentales en Nablus, en una situación que según las autoridades amenaza con sumir en el caos a los Te- rritorios.
"Esta caída en el caos tendrá efectos negativos en el respaldo internacional a los palestinos y sus intereses nacionales", dijo el ministro negociador Saeb Erekat, en la primera reacción oficial al secuestro de un británico, un estadounidense y un irlándés.
El grupo fue secuestrado entre la noche del viernes y la madrugada de ayer cuando cenaban en un restaurante de Nablus, en Cisjordania, y liberado poco después en el campo de refugiados de Balata, ante la presión de la policía palestina.
La tensión se agravó cuando casi simultáneamente un grupo armado de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa incendió el edificio de la gobernación para exigir la dimisión del gobernador, Kadur Musa, designado por el presidente, Yasser Arafat.
Los milicianos acusaron a Musa, nombrado en el cargo el jueves, de no pagar salarios y de no cooperar con el grupo.
FUEGO. Poco después, los milicianos incendiaron un edificio que albergaba oficinas de los servicios de seguridad palestinos, acusados de "espiar" las activi-dades del grupo y de ayudar a los israelíes a capturar a sus miembros.
"El edificio fue rociado con gasolina e incendiado", dijo Zakaira Zubeidi, jefe político del movimiento.
Los tres occidentales secuestrados, que enseñaban inglés, fueron liberados sanos y salvos en el campo de refugiados de Balata, después de que la policía palestina rodeó el edificio donde estaban retenidos.
Si bien se desconocen los motivos del secuestro, fuentes palestinas dijeron que se sospecha que haya sido originado por controversias internas entre los grupos locales.
El jefe de gabinete de la ANP, Hassan Abu Libdah, definió el secuestro como "un hecho peligroso".
Por su parte, el coronel Mohamed Dahlán, ex jefe de la Seguridad Preventiva en la franja de Gaza, ha conminado al presidente Yasser Arafat a que antes del próximo 10 de agosto ponga en práctica "reformas satisfactorias" para combatir la corrupción, o se reanudarán las protestas.
AMENAZA. Con esta amenaza, efectuada en declaraciones a un periodista jordano desde su residencia en Gaza, Dahlán —aún indirectamente— reconoce por primera ver haber estado detrás de los disturbios y las protestas contra varios jefes de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Esas violentas protestas desencadenaron el pasado día 17 una grave crisis en el Gobierno de Arafat.
Dahlán, interinamente a cargo del Ministerio del Interior y de los organismos de seguridad durante el Gobierno de Mahmud Abas (Abu Mazen) —quien dimitió hace diez meses por divergencias con Arafat— dijo: "Queremos reformas satisfactorias dentro del Gobierno" y "no cejaremos en exigirlas así terminemos en la horca".
En tanto, en Gaza un grupo de mujeres palestinas, ligadas al movimiento de la Yihad Islámica, realizó ayer una manifestación frente a las oficinas del consejo legislativo local para denunciar las operaciones militares israelíes en Beit Hanoun y las dificultades que le causan a la población.
Según fuentes palestinas, los soldados israelíes dispararon, presumiblemente al aire, para dispersar la movilización.
La encrucijada de Sharon
JERUSALEN - El primer ministro israelí, Ariel Sharón, sigue después de una semana de negociaciones con sus adversarios laboristas sin poder conformar una nueva coalición de Gobierno debido a serios conflictos internos en su Partido Likud.
El próximo miércoles, antes de entrar el Parlamento (Kneset) en el receso estival, Sharón tendrá que pronunciar el tradicional discurso de clausura pero en medios políticos se ignoraba ayer sábado, si hasta entonces logrará concertar el acuerdo.
Según los comentaristas parlamentarios, uno de los escollos que de momento no puede sortear Sharón, de 74 años, es la oposición de diez a once de los 40 diputados del Likud a una asociación en el poder con los "izquierdistas" del Partido Laborista de Simón Peres.
El otro obstáculo es la oposición de sus correligionarios a que el octogenario dirigente laborista sea nombrado ministro de Asuntos Exteriores en lugar de su actual titular, Silván Shalom, del Likud, a fin de llevar adelante el proceso de paz con los pa- lestinos. EFE