MADRID | M. RUIZ DE ELVIRA, A.BOTO | EL PAIS DE MADRID
El primer estudio del genoma completo del chimpancé y su comparación con el humano representan un tesoro de información sobre la biología humana y los mecanismos de la evolución", aseguraron el miércoles los científicos del Consorcio Internacional para el Genoma del Chimpancé al presentar el trabajo que ayer publica la revista "Nature". Esta investigación concluye que los chimpancés y los humanos tienen en común casi el 99% de la secuencia básica del ADN. Trabajos anteriores han fijado en seis millones de años el tiempo que llevan evolucionando por separado chimpancés y homínidos.
Los científicos del consorcio se fijaron sobre todo en las diferencias entre los genomas y así han encontrado regiones en el genoma humano —algo más de 50 genes— que podrían encerrar la esencia de lo humano, ya que muestran huellas clarísimas del proceso de selección natural, base de la evolución.
En estas regiones, que han estado sometidas a una evolución acelerada en la historia reciente y que en los chimpancés se encuentran completamente inactivas o fragmentadas, se van a fijar a partir de ahora para intentar establecer la base genética de los rasgos intrínsecamente humanos, como es el lenguaje. En cualquier caso, los científicos admiten que quedan muchas respuestas por encontrar y que "probablemente sólo un pequeño grupo de las diferencias observadas es responsable de los cambios en la morfología, fisiología y complejidad de comportamiento entre humanos y chimpancés".
Sutiles cambios en el control de los genes durante el desarrollo serían la otra posibiliad que podría explicar las llamativas diferencias anatómicas entre ser humano y chimpancé.
EMPATE. A lo largo de la evolución los humanos han ganado funcionalidad en algunos genes, pero la han perdido en otros así que el balance final es de tablas.
"Estoy todavía asombrado, cuando veo lo especiales que somos los humanos y cómo dominamos el planeta, porque no encontremos pruebas más fuertes de diferencias genéticas", dijo ayer uno de los autores; las divergencias entre los genomas de chimpancé y humano son 10 veces mayores que entre dos personas, pero 10 veces menores que entre los del ratón y la rata.
Ni siquiera el potente cerebro sapiens parece escapar a la similitud molecular porque los genes expresados en él son prácticamente los mismos en los dos hominoideos estudiados.
Las comparaciones con el genoma de otros mamíferos indican que los humanos y los chimpancés han acumulado más mutaciones a lo largo de la evolución que sus compañeros los roedores. Algunas de ellas están asociadas a enfermedades, pero otras han sido vitales para su supervivencia. Los investigadores también han descubierto algunas clases de genes que han cambiado mucho más rápidamente en los hominoideos, entre ellas las que participan en la percepción de sonidos, en la transmisión de señales nerviosas y en la producción de esperma.
Como broche final del artículo de Nature, los científicos exigen respeto para los que, hoy más que nunca, son nuestros parientes más cercanos. "La disponibilidad de la secuencia podría aumentar la presión para emplear chimpancés en experimentación. Nos oponemos rotundamente a que se reduzca la protección de los chimpancés".
Parientes en peligro
Algunos de los grandes primates, (gorilas, chimpancés y orangutanes) podrían desaparecer en estos años.
Todas las especies de este grupo están "en peligro crítico", lo que implica que su número ha caído o caerá en un 80% en tres generaciones.
Los orangutanes del sudeste asiático, concentrados en Sumatra, tras el reciente tsunami que asoló la zona ya devastada por una guerra civil que se prolonga desde hace 29 años, están a punto de desaparecer.
Del gorila de la montaña en el Congo ya sólo quedan 700 ejemplares, y de la especie que se encuentra en Nigeria y Camerún (Cross River), menos de 250.
Ademas, para gorilas y chimpancés la fiebre del ébola se ha convertido en una gran amenaza.
"Los grandes primates son nuestros iguales, y no los hemos tratado con el respeto que merecen", declaró el secretario general de la ONU, Koffi Annnan, al conocer estos datos.