LA PAZ

El expresidente Evo Morales cruzó ayer lunes por tierra la frontera argentina e ingresó a Bolivia, casi un año después de su renuncia al poder y exilio.

“No dudaba que iba a volver, no sabía que iba a ser tan pronto”, declaró Morales desde La Quiaca, ubicada en la provincia argentina de Jujuy, minutos antes de cruzar a suelo boliviano, acompañado por el presidente argentino, Alberto Fernández.

“Parte de mi vida queda en Argentina después de estar 11 meses, muchas gracias, hermanas y hermanos, no me he sentido abandonado”, dijo Morales, que encabeza una caravana que recorrerá 1.100 km desde la ciudad de Villazón hasta la zona cocalera de Cochabamba, donde inició su carrera política.

El viaje, que culmina mañana miércoles, está cargado de simbolismo: Morales, de 61 años, regresa a Bolivia un día después de la investidura de su delfín político Luis Arce y horas antes de que se cumpla un año del día en que renunció a la presidencia.

Ayer lunes, la caravana pasó por varios pueblos del sur boliviano, en el departamento de Potosí. Hoy martes el recorrido atravesará Orinoca y culminará mañana miércoles en Chimoré, en el Trópico de Cochabamba.

Morales renunció a la presidencia el 10 de noviembre de 2019 tras perder el apoyo de las fuerzas armadas. Al día siguiente, viajó a México y semanas después, en diciembre, se refugió en Argentina.

Para los analistas, con este largo viaje, Morales busca medir su fuerza en Bolivia. “Él es un político 24 horas; sin duda está midiendo su fuerza: con esta caravana él quiere marcar que sigue siendo la figura más importante del MAS”, el Movimiento al Socialismo, su partido, opinó el analista político Daniel Valverde.

Bolivia es de los países latinoamericanos con mayor población indígena (41% de los 11,5 millones de bolivianos). De ellos, 34,6% vive en pobreza y 12,9% en pobreza extrema.

En un contexto agravado por la pandemia del coronavirus, muchos quieren que se repita el “milagro económico” del mandato de Morales, cuando Arce era ministro de Economía: alto crecimiento y reducción de la pobreza (del 60% al 37,2%).

Morales intentó en 2019 conseguir su cuarto mandato consecutivo, tras lograr que el Tribunal Constitucional le habilitara a postularse pese a que en 2016 había perdido un referéndum sobre la posibilidad de una nueva reelección.

Si bien Arce dijo que Morales no jugará ningún papel en su gobierno, varios analistas advierten que el retorno del ex presidente en estos momentos puede opacar su flamante gobierno.

“Evo Morales genera sentimientos muy encontrados, una adhesión muy fuerte entre sus seguidores, pero también hay una importante población que lo resiste, también dentro de su partido”, señaló Valverde.

“Puede ser un problema para Arce, no solo por la legitimidad de su gobierno, sino también porque se le puede hacer difícil cumplir con su promesa de unidad en Bolivia”, añadió.

Después de 11 meses de un Gobierno interino, Arce, de 57 años, ganó las elecciones de octubre por abrumadora mayoría y prestó juramento como presidente el domingo, en La Paz.