MADRID | AP y EFE
Los fumadores españoles enfrentaron un cambio importante en el primer día del Año Nuevo: ayer entró en vigencia una prohibición nacional de fumar en todos los lugares públicos y centros de trabajo, y el objetivo de atajar el tabaquismo, que mata anualmente a 56.000 personas en este país, según cifras oficiales.
Desde ahora es ilegal fumar en los edificios de oficinas, centros comerciales, centros culturales y en el transporte público, entre otros lugares interiores, mientras que los bares y restaurantes de más de 100 metros de espacio deberán tener áreas para no fumadores. En los bares pequeños, los dueños deberán decidir si permiten fumar o no.
En los últimos días, ni el fútbol, ni la política, ni el clima, ni la fuerte subida de los precios han conseguido desbancar como tema central de todas las conversaciones a esta nueva ley, que es una de las más restrictivas aprobadas en los países de Europa.
Está prohibido fumar en todas las dependencias cubiertas de los centros de trabajo, públicos y privados, es decir que no se podrá encender un cigarro ni en la escalera, ni en el cuarto de baño, ni al lado de la ventana ni en el balcón del despacho del jefe.
La nueva normativa extiende también una prohibición de publicidad de cigarrillos para incluir a los medios de prensa y excluye a los fabricantes de cigarrillos de los acuerdos de auspicios.
AYUDA. Para aguantar el primer tirón son múltiples los consejos de auto-ayuda publicados en las últimas semanas para los fumadores que quieran dejar el vicio. Muchos son también los métodos alternativos y los tratamientos que venden en las farmacias.
Según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas del pasado mes de noviembre, los fumadores ya son minoría en España (un 25,8%), frente a los que se declaran ex fumadores (26,7%) y los no fumadores (47,5%).
Si la voluntad y los tratamientos no funcionan, los fumadores lo van a tener muy difícil y tendrán que limitar el ejercicio del vicio al ámbito privado, teniendo en cuenta además que las multas por fumar en sitios prohibidos podrán llegar a 10.000 euros (U$S 11.800).
Son los números sobre una legislación, excesiva para algunos y justa para otros, que cambiará la cara de España, el país que introdujo el tabaco en Europa y en el que, hasta hace pocos años, se fumaba prácticamente en todas partes menos en la Iglesia.