La espiral de eventos que ha ocurrido por el presunto financiamientodel narcotráfico a la campaña electoral de Gustavo Petro ha afectado la imagen del mandatario y su gobierno. A poco más de un año del comienzo de su presidencia, la opinión pública manifiesta que esperaba “más” de su gestión. Según analistas, el error del mandatario fue prometer y abarcar mucho, “demasiado”.
El País entrevistó a Ronal Rodríguez, magíster en Ciencia Política, investigador y profesor de la Universidad del Rosario, quien afirma que la falta de gestión pesa en contra de la popularidad de Petro, más que el escándalo y sospechas vinculadas a su campaña.
¿Cuál es el ambiente que se vive en Colombia?
La gente siente que el gobierno tiene problemas estructurales, particularmente falta de gestión. La crítica más fuerte que se le hace en este momento es que no ha logrado ejecutar el presupuesto comprometido para el momento del año en que estamos, y eso se refleja en las bajas inversiones sociales y en que otras inversiones que debían hacer los ministerios, no se han hecho. Entonces, no se puede negar que el presidente gasta gran parte del tiempo de su agenda en todo lo que genera mediáticamente el tema del financiamiento de su campaña, y lo demás, lo que más le preocupa a la población, como el tema de la seguridad, resulta relegado.
¿Cómo avanza la investigación sobre el financiamiento de su campaña y qué peso tiene el asunto en la opinión pública?
Se evalúa si se abre o no el caso en la Comisión de Acusaciones para determinar si existe alguna responsabilidad del presidente sobre la campaña, por lo que todavía no hay ninguna consecuencia directa del tema. Incluso, parece que ese asunto no se refleja como causa de la caída de la popularidad del presidente, sino la forma en que ha gobernado. En materia de seguridad, como decía, hay una situación de tensión en las ciudades, y los actores del conflicto armado colombiano, a pesar de estar teóricamente en una negociación con el gobierno, continúan actuando. Eso ha generado molestia en la población; las autoridades locales se quejan de la falta de coordinación del gobierno con los cuerpos de seguridad, policía y ejército. Se les acusa de estar de brazos caídos, como si fuera una directriz. Todo esto mantiene al gobierno en una situación muy compleja, mucho más allá de los escándalos por el tema de su campaña.
¿Se maneja el escenario de que el presidente pueda ser hallado culpable de esos señalamientos, o que se vea afectada su permanencia en el cargo por esa razón?
El proceso en instancias judiciales puede ser muy lento. Como la Comisión de Acusaciones es un espacio político, el proceso puede ser dilatado por las fuerzas políticas. Recordemos el caso del entonces presidente Ernesto Samper (1994-1998), también acusado de recibir financiamiento del narcotráfico. Su caso se prolongó durante casi todo su gobierno. Y recién hace muy poco, el Consejo Nacional Electoral falló en contra de la campaña del entonces presidente Manuel Santos (2010-2018) por haber recibido dinero de Odebrecht. Santos dejó de gobernar hace cinco años, y estamos hablando de una campaña que ocurrió en 2014. O sea, no se puede afirmar que el gobierno de Petro podría interrumpirse por la investigación en curso. Lamentablemente en Colombia la justicia no es expedita y la institucionalidad siempre ha sido muy reacia a instrumentos legales para salir de presidentes.
Las últimas encuestas muestran afectación de la popularidad de Petro, ¿qué está ponderando la gente?
La imagen del presidente, repito, no se ha visto afectada por el caso de la vinculación de su hijo con la recepción de dineros para su campaña. No es un episodio que le haya quitado popularidad o no en forma significativa, sino un mal cierre de gestión de su primer año. Muchos de los proyectos que ingresó en el Congreso se vieron trabados por falta de pericia legislativa. Siendo Petro un presidente que pasó muchos años de su vida y de su carrera política en el Legislativo, sorprende que la falta de pericia en ese terreno haya sido la causa para que esos proyectos no se hubieran podido materializar. Manejó demasiados temas, muy controversiales, en poco tiempo, que no lograron consenso social. El presidente quiso movilizar a la población, convocó a marchas y a grandes discursos en la calle, pero ninguno fue masivo y no consiguió la movilización que esperaba. Cuando ha encontrado trabas políticas para el avance de sus proyectos, ha convocado el apoyo popular como herramienta para buscar mover esos temas, pero al final no ha encontrado ni lo uno ni lo otro. La gente está viendo que hay desaceleración de la economía. El segundo trimestre del año cerró con un crecimiento de solo 0,3%, y hay molestia frente a los temas de seguridad y acceso a políticas sociales. Se desató una oleada de delincuencia y el desamparo de los ciudadanos es muy grande. Su gestión no es pésima, pero tampoco buena, es vista como regular tendiendo a mala. Y eso preocupa. Sectores que apoyaron a Petro, como los jóvenes, han tenido un rápido desencanto.
¿Qué podría pasar en las elecciones locales de octubre?
Es poco probable que el presidente pueda conquistar las grandes ciudades. Lo que tiene es el voto duro, con militantes que hacen ruido en las redes sociales, pero en ciudades clave, como Medellín y Cali, hay hastío. Esas elecciones también serán una medición sobre el presidente. Hay quienes dicen que estos tres años de gobierno que le quedan al presidente van a ser muy largos. Y en especial, se siente una especie de desgobierno. Eso es bastante generalizado.
Delegación del congreso de eE.UU. en Bogotá
Una delegación de miembros del Congreso de EE.UU. llegó a Bogotá con una agenda que incluye reuniones con el presidente Petro, otras autoridades y organizaciones de la sociedad civil para conocer los avances en “la paz total”, entre otros asuntos. La delegación viaja a Colombia como parte de una gira en toda la región, que incluirá a Brasil y Chile, patrocinada por el Centro de Investigación Económica y Política (CEPR, por sus siglas en inglés). En Bogotá, también mantendrán encuentros con el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, y representantes del equipo negociador con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).