El más pobre de la UE es el que más sufre falta de gas

Bulgaria. Es el país más dependiente de este hidrocarburo

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SOFÍA | EL PAÍS DE MADRID

Volver a su casa de noche le resulta traumático a Vladislav Velev, un joven profesional que reside en una barriada popular de Sofía, la capital de Bulgaria, el país europeo más afectado por la crisis del gas.

"No había calefacción; la radio hacía llamamientos a ahorrar energía; la gran tienda de juguetes que ve desde el balcón, siempre llena de colorido, estaba a oscuras; la gasolinera de al lado estaba apagada, no había luz por ningún lado. Era desesperante. ¡Toda esa oscuridad y ese frío!", dice, cargado de frustración. "Bulgaria es parte de la Unión Europea y no esperaba vivir como en un país del Tercer Mundo", agrega.

Bulgaria no es envidiable y las estadísticas lo dejan meridianamente claro. Con un producto interior bruto de 8.600 euros (unos 11.500 dólares) per cápita, apenas la tercera parte del promedio de los Veintisiete, es el país más pobre del bloque. Y no sólo el 100% del gas que consume procede de Rusia; es el único país de la UE que no tiene vías alternativas al suministro desde Ucrania.

"Bulgaria es el único país de Europa que no está conectado a la red de gas de ninguno de sus vecinos", explicó el domingo el ministro de Relaciones Exteriores, Ivailo Kalfin, según la AFP. Este país tiene intenciones de pedir ayuda a sus socios para conectar su red de gas con las de Rumania y Grecia.

Velev, habla pestes de la situación e ironiza sobre el gobierno. "Se le llenaba la boca diciendo que Bulgaria iba a ser el gran centro distribuidor de energía de los Balcanes, que exportamos electricidad a la región, que íbamos a tener más gasoductos alternativos... y resulta que estamos sin gas".

Más allá de las grandes ambiciones energéticas del Ejecutivo, la realidad es que en su casa estos días no hay agua caliente. Es una de las consecuencias del peculiar sistema de calefacción de Bulgaria, donde centrales térmicas alimentadas con gas sirven directamente el agua caliente a los hogares. Cuatro proveen las necesidades de la capital, lo que supone largos kilómetros de recorrido - e ineficiencia energética- hasta los edificios de apartamentos, del estilo caja de fósforos, típicos de los países de la órbita de la URSS como lo fue Bulgaria. Velev tiene amigos que han debido ir a ducharse a la casa de sus padres o suegros.

La crisis del gas ha cerrado algunas industrias, reducido la actividad en otras y enviado a los escolares a casa. Aunque en pequeño número, dado que sólo 84 de los casi 2.800 colegios del país han cerrado sus aulas. Uno de ellos, el Zar Iván Assen II, que toma su nombre de un gran rey medieval y acoge a 800 estudiantes, desde primaria hasta los 18 años. Los colegiales pasan cada día ante el mural de una docena de metros grafiteado en la fachada, uno de cuyos extremos luce un retrato de Osama Bin Laden.

"No hubo clase el jueves y el viernes, porque la ley establece que en las aulas la temperatura no debe bajar de los 18 grados centígrados. Y el jueves estuvimos a 11 grados", explica la subdirectora, Evelina Stancheva, quien ayer esperaba de nuevo a los inspectores con sus termómetros, convertidos por obra del frío en el interior de las viviendas en objeto de deseo.

La falta de gas es un drama más en un país en el cual, pese a la mejoría tras el ingreso a la UE, el mayor problema son los bajos salarios. Un docente gana unos 400 dólares al mes.

Esos sueldos preocupan más que la crisis del gas al doctor Nikolay Doganov, director de Maichin Dom (Casa para las Madres), hospital universitario y principal maternidad del país, donde cada año nacen 3.200 búlgaros. No ha debido cancelar operaciones y hasta ahora ha logrado mantener la temperatura en la maternidad. Es que la calefacción se ha reforzado con calentadores eléctricos. "Realmente tendremos problemas si los hay con la electricidad", augura. Ya a mediados de la semana pasada hubo un apagón de cinco minutos en el centro de la ciudad porque la red no pudo soportar la demanda.

Lo del gas es un problema pasajero para Doganov, angustiado por la huida de sus profesionales, atraídos por mejores salarios y el confort de la otra Europa. Dice que en el hospital han subido los sueldos un 20%, hasta los casi US$ 800 de una partera, pero la fuga es imparable. "Debería haber tres enfermeras por cada médico y sólo tenemos la mitad", lamenta.

Pese a esos salarios escasos que suben lentamente, los habitantes de Sofía llenaban centros comerciales. En uno de ellos, la cadena de electrodomésticos y electrónica de consumo Techno Markt tenía decenas de calentadores eléctricos a la venta. Se los llevaron a todos.

Y también la leña. Junto al centro comercial, un hombre descargaba un coche lleno hasta el tope -valijero y asientos posteriores-, de troncos y ramas cortadas. Es una imagen urbana muy habitual hoy en el país más pobre y más afectado por la guerra ruso-ucraniana del gas, de la UE.

Las cifras

6 Los días de corte total del suministro de gas ruso a Europa vía Ucrania que se cumplieron ayer, en medio de un crudo invierno.

80 Cantidad aproximada de muertos a causa del frío en Europa desde noviembre, con temperaturas por debajo de los -25°C.

Prometen regreso del suministro a Europa

Kiev | El monopolio estatal ruso Gazprom anunció que hoy reanudará el suministro de gas a Europa, donde decenas de miles de viviendas se han quedado sin combustible para calentarse en medio del invierno. Los envíos de gas serán reanudados al mediodía local "si no hay obstáculos``, informó ayer en Bruselas el vicepresidente de esa compañía, Alexander Medvedev.

El cambio de actitud de Gazprom se registró luego que Ucrania firmó un acuerdo negociado por la Unión Europea para enviar equipos de supervisores de la UE, Rusia y Ucrania a fin de seguir la pista al movimiento de gas ruso a través del vasto sistema de tuberías de la ex república soviética.

Gazprom interrumpió los suministros el miércoles pasado, acusando a Ucrania de desviar gas que debía ir a Europa. Kiev ha negado las acusaciones.

Rusia abastece a la Unión Europea con alrededor de un 25% de su gas natural. Un 80% del gas es enviado a través de Ucrania. La perturbación de los suministros se ha registrado en momentos en que el viejo continente está afectado por temperaturas gélidas, que ha hecho colapsar el tráfico y ha provocado decenas de muertos.

Las ventas de calentadores eléctricos han aumentado drásticamente y miles de empresas en Europa oriental se han visto obligadas a reducir su producción o inclusive a cerrar sus puertas. AP

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