"Don Diego", el narco que regía el oeste colombiano

Detenido. Montoya dijo que no colaborará con la Justicia

BOGOTÁ EL TIEMPO/GDA

El vacío que deja el arresto de Diego Montoya, el narco más buscado en el mundo, hace temer a los lugareños por la lucha que iniciará su sucesión. Millonario, desafiante y temido, el "señor de la guerra" espera por su suerte.

Horas antes de su captura, el narco Diego Montoya -jefe del cártel del Norte del Valle- estuvo de fiesta. Nada le hacía suponer que sería arrestado el lunes por el Ejército colombiano.

En el Zarzal (oeste), donde Montoya fue detenido, las puertas de las casas se cerraron a las ocho de la noche. Muchas de esas casas amanecieron deshabitadas cuando ya "Don Diego" hacía algunas horas que había dejado el lugar, escoltado por soldados.

El miedo que Montoya y su séquito armado de unos 800 hombres -llamado "Los machos"- sembraron durante años en la zona, no se esfumó tras su arresto. "Hay temor por represalias o porque otra gente intente tomarse el municipio. A muchos les da miedo los coletazos de la captura", sentenció el personero municipal de Zarzal, Argemiro Becerra.

La población de las casas aledañas a la hacienda "El Pital", donde Montoya fue detenido, ha debido sobrellevar la disputa por el control del negocio de la droga entre las organizaciones mafiosas de narcotraficantes. A fines de 2003 y comienzos de 2004, la región padeció el momento más álgido de la lucha entre "Los machos" y "Los rastrojos", el grupo armado de Wilber "Jabón" Cabrera, un ex policía convertido en narcotraficante. "Los niños buenos se acuestan temprano", rezaban los panfletos que se tiraban por debajo de la puerta de las casas de los vecinos. El mensaje era claro: "la calle es nuestra".

Poderoso. "Don Diego" o simplemente "El Patrón" era una figura temida por su carácter y sus actividades. Montoya integraba la selecta lista de los criminales más buscados no sólo por el gobierno colombiano, sino también por Washington.

El FBI y la agencia antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) habían puesto el precio de cinco millones de dólares a su cabeza. Algunas cifras dan miedo: el cártel de Norte del Valle proveyó el 70% de la cocaína que Colombia exportó a Estados Unidos en los últimos años, y a su líder se le atribuyen 1.500 asesinatos.

El poder de Montoya llegó a infiltrar las esferas del gobierno colombiano. "Tenía gente en el DAS (Servicio secreto), la Fiscalía, la Registraduría y gobiernos municipales del Valle y el Eje Cafetero", indicaron fuentes de inteligencia.

El golpe que significó la captura de "El Ciclista" -calificado por el gobierno colombiano como el más importante desde la muerte de Pablo Escobar Gaviria en 1993- requirió la participación de 200 hombres, de los cuales unos 15 fueron los que efectivamente intervinieron en la detención del narco.

Horas después cuando los medios de comunicación difundieron las primeras imágenes de "Don Diego" en años, su imagen distaba mucho de la que recordaban los vecinos de Zarzal. Con la cabeza rapada y barba corta, su apariencia iba en concordancia con la austeridad del rancho en el que fue detenido.

Sin embargo, el dinero no era un problema para un hombre como Montoya. Producto de sus negocios ilegales, "el señor de la guerra" colombiano había conseguido amasar una inmensa fortuna, estimada en más de U$S 1.000 millones. En 2004, las autoridades colombianas lograron quitarle 110 propiedades valuadas en 130 millones de dólares. No le afectó.

Desde su captura, las autoridades de Estados Unidos han acelerado las gestiones para procurar la extradición de Montoya, requerido por la Justicia de ese país. Esta es una posibilidad que no ve con malos ojos el propio gobierno colombiano.

Sin embargo, "Don Diego", en las horas que lleva en su calabozo, ya les aseguró a los representantes de la Fiscalía que no va a colaborar con la Justicia. Su silencio encierra nada menos que dos décadas de guerra interna entre los "lores" del mundo de la droga.

El capo y sus mujeres

Montoya no estaba solo en su finca de Zarzal cuando el Ejército penetró su guarida. Georgina Sánchez -su madre- y María Nancy Ríos -una modelo- estaban con él. Antes de ser trasladado, "Don Diego" se despidió de su madre y le dijo "tranquila, que ya veremos cómo me salgo de esto". Según el historial de la Justicia, Montoya siempre estaba con mujeres hermosas, actrices y modelos.

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