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Confirman pago de sobornos

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Nestor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.

El impacto de los cuadernos de las coimas

Empresario dijo que lo presionaron para hacerlo y tener obras; chofer quemó los cuadernos.

Las voces de tres protagonistas surgieron ayer para dar nueva dimensión al escándalo de los Cuadernos de las Coimas revelado por el diario La Nación, que estremece a Argentina: Juan Carlos de Goycoechea, ex CEO de la constructora Isolux, se convirtió en el primer empresario arrepentido, y confirmó el pago al gobierno que encabezó Cristina Fernández de Kirchner para mantener contratos de obras públicas; Óscar Centeno, el chofer del ex viceministro de Planificación, Roberto Baratta, que anotó con detalle en ocho cuadernos todos los movimientos referidos al transporte del dinero y los pagos efectuados, declaró que quemó todos los documentos; Jorge Bacigalupo, un policía retirado de 73 años, a quien Centeno le confió la custodia de los cuadernos, relató por qué decidió entregárselos al periodista Diego Cabot de La Nación.

De Goycoechea declaró en la causa que investiga el juez Claudio Bonadio sobre el pago de sobornos por US$ 200 millones a funcionarios kirchneristas para tener los contratos de obras públicas. Ante el fiscal Carlos Stornelli, admitió que le pagó al gobierno de Cristina Kirchner, pero resaltó que los montos son inferiores a los US$ 6 millones, como estimó el chofer en sus anotaciones, y que lo hizo porque lo apretaban pidiéndole dinero para campañas electorales. Sostuvo que no tenía más remedio que pagar.

Hasta febrero, encabezó la representación en Argentina de la constructora española Isolux, pero enfrentó un sumario y los españoles lo echaron con acusaciones de malversación de fondos. La constructora facturaba en Argentina más que en España. A 2015, la facturación de Isolux en Argentina representaba 35% de los ingresos totales que sumaban 1.000 millones de euros.

Cuaderno K
Foto: AFP

Con la confirmación de De Goycoechea —quien no ingresará en el programa de protección de testigos e imputados, como sí lo hizo el chofer Centeno—, la investigación judicial da un paso gigantesco porque dos fuentes independientes sin relación entre sí pueden verificar que existió una cadena de recaudación ilegal.

Los quemó.

A su vez, Óscar Centeno, el militar retirado y chofer del Ministerio de Planificación, que transportó el dinero y durante diez años anotó en los cuadernos con toda suerte de detalles las rutas, pagadores y destinatarios de los sobornos, declaró el viernes por la noche en el juzgado de Bonadio, lo que jura es su última versión sobre el destino de esos documentos: "Los quemé en la parrilla del fondo de mi casa". Dijo que estaba solo y fue cerca de mayo de este año.

Bonadio le había dado una última oportunidad para homologar el acuerdo para ser tenido por arrepentido y quedar excarcelado, porque el chofer dio diferentes versiones.

En la fiscalía de Stornelli primero dijo que él tenía los cuadernos y después que su mujer quizás los hubiera llevado a lo de su madre o hermano (suegra y yerno de Centeno). Pero, Stornelli decidió salir a buscar los cuadernos y lo llevó a Centeno y el prosecretario del juzgado de Bonadio. Cuando llegaron a la casa de Centeno, se encontraron con la mujer de éste. "¿Qué cuadernos?", preguntó ella ni bien su marido entró y le dijo lo que estaban buscando. Centeno fue directo a un ropero, revisó una y otra vez el estante y aseguró que se suponía que era allí, debajo de unas carpetas con documentos donde él los había dejado.

Roberto Baratta,
Roberto Baratta, Foto: AFP

"¿Pero, no te acordás que los habías quemado?", le dijo entonces su mujer, mirándolo fijo a los ojos.

"Sí", contestó Centeno. Cansado de las vueltas, Stornelli pidió a los policías que revisaran toda la casa. No encontraron nada. Entonces se dirigieron a la supuesta casa del cuñado de Centeno, pero tampoco estaban allí. Stornelli se hartó. "Péguenme un tiro, pero yo no los tengo", se disculpó Centeno.

Bonadio, al enterarse de lo que estaba pasando, decidió que en esas condiciones no iba a beneficiar a Centeno. Ante esa realidad y asesorado por su abogado, el defensor público Gustavo Kollmann, Centeno pidió ampliar su indagatoria y contó ante Bonadio que efectivamente había quemado los cuadernos. Que lo había hecho en la parrilla, sin testigos. Sobre la temporada que no los tuvo en su poder, dijo que había decidido sacarlos de su casa porque pensaba que su actual mujer se los leía y tenía miedo de que ella pudiera usarlos en contra de su voluntad. Según pudo reconstruir La Nación, también contó que, cuando los recuperó, se enojó con el hombre que se los había guardado porque se dio cuenta de que le había abierto la caja.

Empatía.

El hombre al que alude Centeno es Jorge Bacigalupo, policía retirado de 73 años, que trabajó en una empresa de remises donde conoció a Centeno.

En enuna entrevista de 18 minutos con el periodista Diego Cabot, dijo que recibió los originales de manos de Centeno. "Un día me trae una caja cerrada y me dijo: Por favor, guardame esto. Yo le pregunté: ¿Qué hay acá adentro? Y me dijo que eran anotaciones de él, de su trabajo en el ministerio con Baratta".

Bacigalupo fue quien entregó a Cabot los cuadernos y le dijo que lo eligió "por una cuestión de empatía, de haber leído su libro, que fue un regalo de mi hijo. Además, La Nación me mereció confianza, Y después de seguir las notas suyas en el diario". Cree que Centeno le dio los cuadernos porque confiaba en él y no quería tenerlos en su casa. FUENTE: LA NACIÓN-GDA

Más "valijeo"

Óscar Centeno hizo anotaciones hasta el 21 de diciembre de 2010. En el Cuaderno N°6, retomó sus anotaciones en mayo de 2013. "Hoy vuelvo a escribir después de la muerte de Néstor C. Kirchner que dejé de hacerlo. Pensé que después del fallecimiento no se haría más valijeo. Pero sí disminuyó la frecuencia, con la diferencia que se recolectaba el dinero para el ministro De Vido y el propio Baratta, no quise anotar más por temor que me descubran y quede sin trabajo", escribió en el cuaderno que comenzó a utilizar el 6 de mayo de 2013.

PROTAGONISTAS

Los "K" van a volver si no se logra pararlos

Diego Cabot le preguntó a Jorge Bacigalupo, en la entrevista por el Canal LN+, si era consciente que el contenido de los cuadernos iba a publicarse. "Es la lógica", respondió Bacigalupo. "Yo no iba a presentarme con una caja en la Justicia, donde no conozco a nadie".

Al preguntarle por qué quería que se conociera la información, afirmó: "Es más que obvio. Por la situación que estamos viviendo en el país. Esta gente se llevó puesto todo. El problema no son los que están, sino que estos van a volver si no se los para de alguna manera".

Oscar Centeno. Foto: AFP
Oscar Centeno. Foto: AFP

Cabot le advirtió que al publicarse la entrevista su vida va a cambiar. "Es obvio, pero si no tomamos ese tipo de riesgo esto va a ser cada vez peor", indicó Bacigalupo.

Recordó que el ex viceministro Roberto Baratta le pidió los cuadernos. Pero, lo entretuvo durante un mes hasta que llamó a Cabot para que se los devolviera. Cuando el periodista fue a la casa de Bacigalupo con los cuadernos, Centeno "estaba arriba, los había venido a buscar. Yo le había dicho que me los iban a traer y él me respondió que entonces venía para acá". Agregó que Centeno "agarró así la caja y se subió al coche que dejó estacionado enfrente. Después me llamó porque habiamos discutido en casa".

Los cuatro nombres decisivos de la historia

El personaje más pintoresco de esta historia es Óscar Centeno, casado, 13 hijos, militar retirado, chofer del Ministerio de Planificación, quien durante diez años tomó apuntes en ocho cuadernos que describen recorridos por Buenos Aires con el exviceministro de Planificación, Roberto Baratta, para llevar bolsos con dólares en efectivo. Esas anotaciones, que son reveladas por La Nación, constituyen la base de la investigación.

Otro protagonista es Roberto Baratta, el exfuncionario de más alto rango del gobierno kirchnerista detenido en este caso. Su jefe, el exministro de Planificación, Julio De Vido, se encontraba en prisión por otra causa vinculada a corrupción.

Los cuadernos nombran en varios pasajes al expresidente Néstor Kirchner, fallecido en 2010.

El juez Bonadio citó a indagatoria a la expresidenta Cristina Kirchner para el 13 de agosto. Como senadora, Cristina tiene fuero parlamentario. Puede ser juzgada, pero no detenida. FUENTE: AFP

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