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Claves para entender el conflicto entre China y Estados Unidos por Taiwán tras visita de Pelosi

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Nancy Pelosi en Taiwán. Foto: AFP
This handout photo taken and released by Malaysia's Department of Information on August 2, 2022, shows Speaker of the US House of Representatives Nancy Pelosi waving as she leaves the Parliament House after a meeting with Malaysian officials in Kuala Lumpur. - US House Speaker Nancy Pelosi arrived in Kuala Lumpur for her second stop in an Asian tour that has sparked rage in Beijing over a possible stop in Taiwan. (Photo by NAZRI RAPAAI / MALAYSIA DEPARTMENT OF INFORMATION / AFP) / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT "AFP PHOTO / MALAYSIA'S DEPARTMENT OF INFORMATION / NAZRI RAPAAI" - NO MARKETING NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS
NAZRI RAPAAI/AFP fotos

INCERTIDUMBRE

El país asiático anunció ejercicios militares desde el jueves y hasta el domingo con fuego real en seis zonas alrededor de la isla.

¿Por qué se generó un fuerte conflicto entre China y Estados Unidos por Taiwán? La visita de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, a la pequeña isla en las últimas horas reavivó un conflicto —en plena guerra en Ucrania—, que se extiende desde hace décadas. China intenta aislar del mundo a Taiwán y se opone a todos los países que mantienen una relación oficial con la isla. Por este motivo, ya se desplegó un operativo militar de consecuencias, por ahora, desconocidas.

¿Qué originó la tensión?

La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi empezó días atrás una gira por Asia, pero no hizo ninguna mención a la posibilidad de visitar Taiwán, isla que China reclama como parte de su territorio. La gira incluía Singapur, Malasia, Corea del Sur y Japón. Pero finalmente Pelosi aterrizó en Taiwan. 

¿Cuál era el objetivo del viaje?

"Nuestra delegación (...) llegó a Taiwán para dejar claro, de forma inequívoca, que no abandonaremos nuestro compromiso con Taiwán y que estamos orgullosos de nuestra amistad duradera", declaró Nancy Pelosi, de 82 años. Visitó el Parlamento taiwanés y se reunió con la presidenta de la isla, Tsai Ing-wen, quien le impuso una condecoración por su "apoyo" al territorio. Según recogieron medios taiwaneses, Taiwán es un "modelo para la región" dado el "éxito de su pueblo y su valentía para convertirse en un país más democrático". Además, elogió a Taiwán por la "construcción de un exitoso sector tecnológico", del que el Semiconductor Manufacturing International Corporation (SMIC), el mayor fabricante de microchips del mundo, es uno de los mayores exponentes.

El gesto político fue histórico porque se trató de la primera visita a Taiwán de un presidente de la Cámara de Representantes de Estados  Unidos desde 1997, cuando el republicano Newt Gingrich viajó a la isla.

Para ser más claros: la visita de Pelosi —tercera autoridad de EE. UU. y segunda en la línea de sucesión a la Casa Blanca— fue la de mayor nivel por parte de un representante estadounidense desde esa fecha, si bien varias delegaciones de congresistas han pasado por allí en los últimos meses.

El gobierno de la isla presenta fuertes diferencias con el Gobierno chino encabezado con Xi Jinping que insiste desde hace décadas en el concepto de "una sola China", por lo que busca "reunificar" la República Popular con la isla, que presenta resistencia.

¿Por qué molestó a China?

Taiwán es uno de los mayores motivos de fricción entre China y Estados Unidos, debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de un eventual conflicto bélico con China.

China reclama la soberanía de la isla y considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949 tras perder la guerra civil contra los comunistas. El Acta de Relaciones de Taiwán de 1979 no garantiza que Estados Unidos vaya a intervenir militarmente si la República Popular China atacase la isla, pero tampoco lo descarta. Por este motivo, el asunto se ha convertido en uno de los mayores motivos de fricción entre China y Estados Unidos.

Por esto, el Gobierno chino dejó en claro que percibe el viaje como una amenaza y, esta semana, el portavoz de la Cancillería, Zhao Lijian, avisó de que el gigante asiático "responderá con firmeza" y que EE.UU. tendrá que "asumir todas las consecuencias" que surjan.

¿Estados Unidos qué respondió?

La Casa Blanca ha asegurado que "no hay ninguna violación o problemas de soberanía" con la visita de Pelosi a la isla y que EE. UU. no apoya la independencia de Taiwán ni ha cambiado su política. 

Nancy Pelosi en Taiwan. Foto: EFE
Nancy Pelosi en Taiwan. Foto: EFE

Una fisura que supera los 70 años

China y Taiwán están separadas de hecho desde 1949, cuando las tropas comunistas de Mao Zedong derrotaron a los nacionalistas del Kuomintang, que se refugiaron en la isla. Desde entonces China reclama la soberanía de la isla y considera a Taiwán una provincia rebelde.

Estados Unidos reconoció en 1979 al Gobierno de Pekín como representante de China, aunque siguió dando respaldo militar a Taiwán. En el plano diplomático reconoce a Pekín y no a Taipéi, pero respalda al gobierno democrático de Taiwán y se opone a un cambio por la fuerza en el estatuto de la isla.

Un estrecho y tres grandes crisis

El estrecho de Taiwán, que separa a la isla del mismo nombre de la China continental, con un ancho de solo 130 km es un punto de tensión geopolítica importante desde el final de la guerra civil china en 1949, y ya ha sido escenario de tres graves crisis militares. 

Al final de la guerra civil china en 1949, las fuerzas comunistas de Mao Zedong lograron repeler a los nacionalistas de Chiang Kai-shek, que se instalaron en Taiwán. La primera crisis del estrecho de Taiwán estalló en agosto de 1954, cuando los nacionalistas de la República de China -el nombre oficial de Taiwán- desplegaron miles de soldados en Kinmen y Matsu, dos pequeñas islas situadas a pocos kilómetros del continente.

La China comunista respondió con bombardeos de artillería sobre el archipiélago y tomó las islas Yijiangshan, a unos 400 km al norte de Taipéi. La crisis terminó finalmente, pero casi provoca un conflicto directo entre China y Estados Unidos.

El segundo enfrentamiento estalló en 1958, cuando las fuerzas de Mao bombardearon Kinmen y Matsu con el objetivo de desalojar una vez más a las tropas nacionalistas. Temiendo que la pérdida de estas islas condujera a la derrota de los nacionalistas y a la toma de Taiwán por parte de Pekín, el presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower ordenó a sus militares escoltar y reabastecer a sus aliados taiwaneses.

Estados Unidos llegó a considerar el uso de armas nucleares contra China. Al no poder tomar las islas situadas cerca de sus costas ni someter a los nacionalistas con sus bombardeos, Pekín anunció un alto el fuego y luego se estableció un statu quo tenso, si bien las fuerzas de Mao continuaron bombardeando Kinmen de forma intermitente hasta 1979.

La tercera crisis se produjo 37 años después, en 1995, un largo tiempo en el que tanto China y Taiwán habían cambiado drásticamente. Tras la muerte de Mao en 1976, China permaneció bajo el control del Partido Comunista, pero inició un periodo de reforma y apertura al mundo.

Taiwán, por su parte, salió paulatinamente de la dictadura de Chiang Kai-shek y empezó a evolucionar hacia una democracia, dando lugar al desarrollo una fuerte identidad taiwanesa, diferente de la china.

Las tensiones estallaron nuevamente en 1995, cuando Pekín comenzó a probar misiles en las aguas que rodean a Taiwán para protestar por la visita del líder taiwanés Lee Teng-hui a Estados Unidos.

Lee estaba a favor de que Taiwán se declare formalmente un estado independiente.

China realizó nuevos ensayos con misiles un año después, mientras que Taiwán organizó sus primeras elecciones presidenciales por sufragio universal directo.

Pero estas pruebas se volvieron en contra de Pekín: Estados Unidos envió dos grupos de portaaviones para hacer que China retrocediese, y Lee Teng-hui obtuvo una victoria electoral aplastante.

¿Qué medidas tomará China?

Las medidas de China serán "las que tengan que ser" y tendrán una naturaleza "contundente y efectiva", declaró este miércoles portavoz de la Cancillería china Hua Chunying tras la reciente llegada Pelosi a Taiwán, informaron medios chinos. Incluso sostuvo que las fuerzas estadounidenses y las que "apoyan la independencia" de Taiwán "notarán las medidas".

La portavoz china aseguró que Pelosi "intenta confabularse con las fuerzas separatistas taiwanesas" para "violar la soberanía y la integridad territorial de China".

En ese tono, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi calificó en esta jornada de "completa farsa" el viaje de Pelosi y advirtió de que "quien ofenda a China será castigado".

Wang también acusó a EE.UU. de "violar la soberanía de China bajo el disfraz de la democracia" y avisó de que aunque Taiwan se apoye en el poder de Washington "no cambiará el consenso internacional de que solo existe una China en el mundo" ni se revertirá "la histórica tendencia a la reunificación entre la China continental y Taiwán".

La respuesta militar china ya generó respuestas

Maniobras militares de China. Foto: AFP
Maniobras militares de China. Foto: AFP

Como era de esperarse, la respuesta de China no quedó solo a nivel discursivo y anunció ejercicios militares —que se acercan hasta 20 km de las costas taiwanesas— desde el jueves y hasta el domingo con fuego real en seis zonas alrededor de Taiwán.

El Ministerio de Defensa de Taiwán acusó este miércoles a China de "violar gravemente" sus "derechos y soberanía territorial" con las maniobras militares, que aseguran, equivalen a un "bloqueo marítimo y aéreo" de Taiwán. Esto en referencia a que las operaciones incluirán el cierre del espacio marítimo y aéreo en las zonas donde se efectúen. De todos modos, la cartera fue enfática en señalar que las fuerzas taiwanesas "responderán a cualquier acción".

Japón también reaccionó a los pasos militares anunciados, al asegurar que está "preocupado por las actividades militares anunciadas por China", dijo hoy en rueda de prensa el portavoz gubernamental nipón, Hirokazu Matsuno. Se mostró en contra de que los ejercicios se desarrollen en una zona marítima que abarca parte de la zona económica exclusiva (ZEE) de Japón. "La paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán es importante no sólo para la seguridad de Japón, sino para la estabilidad de la comunidad internacional", remarcó.

Sin embargo, el paso que dará China evoca la crisis de 1995-1996, la última vez en la que Pekín disparó misiles en el estrecho de Taiwán, que considera su "provincia rebelde", sin descartar una invasión en el futuro.

Según el diario Global Times, los próximos ejercicios podrían incluir el disparo de misiles desde embarcaciones del Ejército situadas al este de la isla, un movimiento "dirigido a las fuerzas extranjeras que intentan intervenir en el proceso de reunificación".

De todos modos, las fuerzas militares chinas ya están desplegadas en la zona. Medios estatales del gigante asiático confirmaron ayer, martes, más maniobras militares hasta el sábado en el mar de China Meridional (cerca de las costas de la isla sureña de Hainan, a más de 1.000 kilómetros de Taiwán) y hasta el jueves en el mar de Bohai, en el norte de China.

Al mismo tiempo, los portaaviones chinos Lianoning y el Shandong se encuentran fuera de sus bases desde el domingo y el lunes, respectivamente, y el Ministerio de Defensa de Taiwán denunció que China envió ayer 21 cazas a la zona de identificación de defensa aérea del suroeste de la isla.

¿Y ahora, qué pasa?

Si bien la respuesta de China es firme y dispara las alertas en Taiwán, se prevé que todas las partes involucradas trabajen por evitar una escalada mayor. No obstante, se dan los elementos para que la situación también pueda descontrolarse.

El Ministerio de Defensa de Taiwán acusó este miércoles a China de violar sus "derechos y soberanía territorial" con las maniobras, que dejarán la isla prácticamente cercada y ocuparán parte de sus aguas territoriales, lo que podría propiciar una respuesta por parte de Taiwán si hay intrusiones en sus dominios.

Mientras tanto, la Marina de EE.UU. vigila los movimientos de China y mantiene embarcaciones navegando en el mar de Filipinas. La flota del Pacífico de EE.UU. incluye el portaaviones USS Ronald Reagan, el destructor USS Higgins y los cruceros con misiles guiados USS Antietam y USS Chancellorsville, precisó una fuente a EFE.

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