China declaró ayer lunes haber “completado con éxito” tres días de maniobras militares en torno a Taiwán, en las que desplegó decenas de aviones para simular ataques y el “bloqueo aéreo” de la isla, que reivindica como parte de su territorio.
Los ejercicios son la respuesta de Pekín a la reunión de la semana pasada en California de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, con el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy.
Durante las maniobras, Pekín simuló ataques selectivos contra Taiwán así como el cerco de la isla, incluido su “sellado”, y los medios estatales informaron que decenas de aviones habían practicado un “bloqueo aéreo”.
Los buques militares chinos actuaron en el noroeste, el suroeste y el este de Taiwán. En caso de conflicto, las aguas al este de Taiwán son consideradas por las autoridades isleñas como una zona de evacuación, por lo que las acciones chinas en esas aguas “cumplirían un papel importante” en la interceptación de barcos que huyesen de la isla, explicó un experto local al rotativo local Global Times.
Según CNA, agencia oficial taiwanesa, un total de 59 aviones y once buques militares procedentes de China realizaron incursiones ayer en áreas alrededor de Taiwán.
La fuente, que cita a la cartera taiwanesa de defensa, agregó que 39 de los aeroplanos chinos cruzaron la línea media del Estrecho de Formosa, que en la práctica es una frontera no oficial tácitamente respetada por Taipéi y Pekín en las últimas décadas.
Los movimientos se detectaron hasta las 10.00 de la mañana de ayer (hora local).
Por su parte, Estados Unidos, que había pedido repetidamente a China moderación, envió ayer lunes el destructor lanzamisiles “USS Milius” a través de sectores disputados del Mar de China Meridional.
Según un comunicado divulgado ayer por la Séptima Flota de la Marina de EE.UU., el destructor clase Arleigh Burke USS Milius navega “cerca” de las islas Spratly, a 1.300 kilómetros de Taiwán, en una zona que China se disputa con Filipinas, Taiwán, Malasia, Vietnam y Brunéi.
Indicaron que se trata de un ejercicio en defensa de la “libertad de navegación consistente con el derecho internacional”.
“Esta operación de libertad de navegación respetó los derechos, libertades y usos legítimos del mar”, indicó la marina estadounidense.
En particular, el texto añade que el buque realiza “operaciones normales” en las doce millas náuticas (el límite establecido por la ONU para designar la soberanía de un estado en territorios marítimos) del arrecife Mischief.
El despliegue del “Milius” provocó inmediatamente la condena de China, que afirmó que el buque había “invadido ilegalmente” sus aguas territoriales.
Por otra parte, Pekín advirtió ayer que la independencia de Taiwán y la paz a ambos lados del estrecho son “mutuamente excluyentes”, y culpó por las tensiones al gobierno taiwanés y a “fuerzas extranjeras” a las que no identificó.
“Si queremos proteger la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán, debemos oponernos firmemente a cualquier forma de separatismo independentista de Taiwán”, advirtió el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.
Rusia, aliado de China, defendió las maniobras, y un portavoz del Kremlin afirmó que Pekín tenía el “derecho soberano” de responder a lo que Moscú calificó de “provocaciones”.
Tras el fin de las maniobras, el ministerio de Exteriores de Taiwán condenó a China por socavar “la paz y la estabilidad” en la región.