La Nación/GDA
Los rugbistas franceses Hugo Auradou y Oscar Jégou, acusados de abuso sexual y arrestados desde el 8 de julio en Mendoza, declararon en las últimas horas e insistieron en que no llevaron a cabo las acciones por las que fueron denunciados. Tras permanecer detenidos casi un mes y luego ser liberados el 12 de agosto pero con prisión domiciliaria y obligados a permanecer en el país, se conocieron detalles de la declaración que hicieron, en la que los dos deportistas (que son defendidos por el abogado Rafael Cúneo Libarona, hermano del ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona) insistieron con su versión.
Ante las autoridades, los jugadores de la selección francesa de rugby confirmaron haber mantenido una relación sexual con la mujer de 39 años que los denuncia pero negaron el abuso sexual. Incluso también rechazaron que el encuentro haya involucrado violencia como para dejarle en el cuerpo los moretones y los rasguños que el Cuerpo Médico Forense constató en la víctima.
Auradou y Jégou tienen ambos 21 años. El primero de ellos, al declarar sobre lo ocurrido, indicó que esa noche –el sábado 6 de julio– salieron a festejar tras vencer a Los Pumas y que tras cenar fueron todos a un bar y después al boliche Wabi. Fue allí que entabló contacto con la víctima, de acuerdo con lo que dijo cerca de las 5 de la madrugada. “Nos empezamos a conocer pese a que había mucha música y el inglés de ambos no era muy bueno. Ella me dio un beso. Teníamos ganas de seguir juntos entonces le propuse venir al hotel y aceptó. Le avisé que dormíamos de a dos en la habitación”, contó de acuerdo con lo publicado por el diario Uno de Mendoza.
Luego habló sobre la llegada al hotel Diplomatic y el ingreso a la habitación, secuencia que quedó captada con las cámaras de seguridad. Ya dentro del lugar relató que la mujer era quien “tomaba la iniciativa” y que él no podía tener una erección. Se refirió entonces a la presencia de su compañero Jégou y dijo: “Entró, se puso un calzoncillo y se fue acostar. Todos intercambiamos miradas pero no hubo molestias”.
A continuación Auradou afirmó que la víctima se acercó a la cama de su colega y comenzó a tener sexo con él, por lo que tomó la decisión de dormirse. “Nunca escuché gritos ni un pedido de volver a su casa”. Tras ello el rugbista aseguró que se despertó y se dio cuenta de que se había hecho pis encima, por lo que se metió en el baño para ducharse.
Asimismo dijo que en un momento tomó su celular, la filmó y que “ella jugó con la cámara”; sin embargo contó que el video se perdió. “Nunca fui violento con ella. Si nosotros le hubiéramos pegado, la podríamos haber matado o haberla dejado en un estado deplorable. Hoy estoy enojado. Si bien entiendo que la acusación es muy grave, este asunto ensucia todo lo que quiero: mi familia, el rugby. Somos inocentes”, cerró ante la Fiscalía.
Por su parte Jégou declaró en la misma línea. Indicó que al llegar a la habitación su compañero estaba allí, con “una chica desnuda en la cama”. “La situación era un poco incómoda pero igual me puse en calzoncillos y me acosté”, añadió. Luego marcó: “A los 5 minutos la chica se vino a mi cama” y entonces dijo que comenzaron a tener relaciones. “No me negué”, declaró y sumó que a los pocos minutos la denunciante estaba de regreso en la cama de Auradou.
“Entiendo que la Justicia tiene que hacerse frente a hechos tan graves, pero soy inocente. Quiero expresar que nunca fui violento ni violé a esta chica”, cerró.
El caso
Los detalles de la declaración de los franceses llegan semanas después de que la denunciante, una mujer de 39 años, declarara que había llegado a la discoteca con amigas y conocido allí a Jégou, con quien luego se dirigió al hotel a bordo de un auto contratado a través de la aplicación Cabify. Entonces afirmó que fue sometida sexualmente por el rugbista francés y, luego, por su compañero de cuarto. También dijo que fue golpeada.
También se conocen después de que salieran a la luz los audios que intercambiaron la víctima y una amiga, algo que se sumó a la investigación.
En ese material se registra una frase de la denunciante que se analiza: “No sabés lo lindo que era este francés, el más alto, era terrible el pendejo”. De igual modo, la mujer indicó que eran “un poco fuertes”, por lo que le contó que le quedaron moretones en diferentes zonas del cuerpo.
Luego de escuchar ese detalle, la amiga le advirtió que podría haber sido víctima de un abuso sexual, por lo que le sugirió que hablara con su madre y contactara a un abogado.
De acuerdo con el informe del Cuerpo Médico Forense “no hubo golpes de puño, ni lesiones en el cuello por situación de asfixia”, aunque sí marcas en los pechos y en las piernas.