El resultado de las elecciones argentinas de este domingo significó una nueva sorpresa para el mercado y dejó dos lecturas: que la probabilidad de una dolarización se aleja y que el Gobierno seguirá desplegando todas las herramientas que tenga disponibles para controlar el mercado cambiario de cara al ballottage de noviembre.
En ese escenario, la reacción inmediata que tuvieron los dólares financieros fue una caída de hasta $175, luego de que el viernes marcaran valores históricamente altos en términos reales. Sin embargo, el dólar blue se mantuvo firme en los $1100, convirtiéndose en la cotización más alta del mercado de cambios.
En la primera rueda de la semana, el dólar contado con liquidación (CCL) “libre” apareció en las pantallas del mercado de capitales a $935,45, un desplome diario de $175 (-15,8%). El viernes, ante la expectativa electoral, había cerrado en los $1110.
Se había tratado de un valor nominal récord, pero también marcó el precio en términos reales más alto de las últimas tres décadas. Únicamente fue superado por momentos como la guerra de Malvinas ($1495, al ajustar por inflación), la híper de 1989 ($2410) y el Rodrigazo ($3018), según un análisis de Fernando Marull, economista de FMyA.
“El escenario ‘sorpresa’ que imaginaba el mercado era que Javier Milei ganara en primera vuelta. Eso había tensionado mucho al dólar paralelo. Para el corto plazo, no esperamos grandes cambios en la política económica del Gobierno. Las mismas medidas para ganar el ballottage”, señaló el analista, quien aventuró que el dólar paralelo debiera “aflojar en el corto plazo”, ante un “menor riesgo de dolarización”.
En las calles de la City porteña, las cuevas retomaron su actividad, tras haber permanecido prácticamente paralizadas durante la semana pasada. Hoy, el dólar blue se vendió a $1100. En la última rueda de cara a las elecciones, había una marcada distorsión de precios.