Por Pablo Mannino, La Nación/GDA
Oscar Jegou, de 20 años, y Hugo Auradou, de 21, los jugadores de la selección de rugby de Francia que habían sidodenunciados en Mendoza por violación fueron imputados por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos personas.
La decisión fue tomada por Cecilia Bignert, fiscal subrogante de la Unidad Fiscal de Delitos Contra la Integridad Sexual de Mendoza, después de una audiencia donde los dos deportistas acusados se decidieron no declarar.
La investigación quedará a cargo del Darío Nora, funcionario que estaba de turno el día en que ocurrió el ataque sexual.
La defensa de Jegou y Auradou, encabezada por el abogado Rafael Cúneo Libarona, hermano del ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, pidió la “detención domiciliaria” de sus asistidos.
“La solicitud de la defensa será resuelta oportunamente”, informaron fuentes judiciales.
La investigación comenzó el lunes pasado, tras la presentación que hizo en la fiscalía especializada la denunciante, que es representada por la abogada Natacha Romano. Para la querella, según pudo saber La Nación, es importante que los rugbistas continúen detenidos y en Mendoza.
La denunciante contó que conoció a uno de los jóvenes en el VIP del boliche Wabi, en la ciudad de Mendoza. Tomaron unos tragos y pasadas las 5, fueron en taxi al hotel donde él, jugador del seleccionado francés de rugby, estaba alojado con el resto de la delegación. Subieron a la habitación 603. Ella declaró que la había invitado a “tomar algo”, pero que cuando entraron, quiso ir al baño y él la agarró “sin mediar palabras” y la violó.
Relató que mientras era sometida por él sonaron golpes a la puerta y entró otro joven, que también participó activamente del ataque sexual. Ninguno de los dos usó preservativo. El detalle de todo lo que contó que le hicieron es escalofriante. La Nación tuvo acceso a la denuncia, realizada ante la Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual de Mendoza.
Cuando todo terminó -duró horas-, ella contó que fue al baño y advirtió que tenía marcas de golpes (incluída una trompada en un ojo), mordidas y estrangulamiento (por momentos -dijo- la dejaron sin oxígeno “al punto del desvanecimiento”). Que incluso en las piernas tenía hematomas porque la arrastraron por el piso. Contó que finalmente, a las 8.35 del domingo, pudo salir de la habitación y se fue a su casa.
Ayer fue internada por una “descompensación general”. Sufrió un trastorno del ánimo llamado “hipotimia” y “una descompensación general del cuerpo”, según informó su abogada a la agencia AFP.
“Fue producto de todo lo sucedido y está internada”, dijo Romano.