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Cerca de EE.UU. y pragmático con las izquierdas, política exterior argentina será clave para salir de crisis

Cerca de EE.UU. y distante o pragmático con las izquierdas Política exterior del gobierno argentino será clave para la salida de la crisis

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Javier Milei asume este domingo como presidente de Argentina
JUAN MABROMATA/AFP fotos

Medio arregló su melena de león, ajustó su corbata y salió al encuentro de la banda y bastón presidencial. Seguramente estos fueron los últimos movimientos en privado de Javier Milei antes de su investidura. Su política exterior no estuvo muy clara durante su campaña, pero hoy sí es seguro que recibe a los máximos mandatarios de todo el mundo, con Lula como el gran ausente, y los de Nicaragua, Cuba y Venezuela que poco y nada parecen interesarle.

El rey de España, Felipe VI, estará presente, como suele ser en estos casos; un buen augurio sobre las relaciones entre Argentina y España, a pesar de que el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, no felicitó a Milei cuando salió electo. Zelenski, por su parte, sorprendió con su venida desde Ucrania, en plena y encarnizada guerra.

El exmandatario Jair Bolsonaro desde hace varios días que está en Buenos Aires. La Casa Blanca anunció que una delegación presidencial asistirá a la ceremonia, pero Biden no lo hará. Tal vez una muestra más de que esta región no está entre la prioridades de Estados Unidos en este momento. Por su parte, Trump, con chances de regresar a la presidencia de su país el próximo año, celebró el triunfo de Milei casi como propio.

Viktor Orbán, primer ministro de Hungría y referente de la “nueva derecha” también ya pisó tierras argentinas, así como Santiago Abascal, presidente del partido ultranacionalista Vox de España.

Por supuesto que el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, estará en primera fila, con la convicción de que las relaciones con Milei serán más fluidas que con su predecesor Fernández. Gabriel Boric, con una postura de izquierda más abierta que varios de sus homólogos del mismo signo político, representará a Chile, que tiene una frontera bastante complicada con Argentina.

A grandes rasgos, esa escena muestra el tono de las relaciones que el libertario, ahora presidente, mantendrá con el exterior: más cercano a los gobiernos de derecha, distante con las izquierdas, y mirando siempre a Estados Unidos.

Sus discursos, más moderados en los últimos días que en campaña electoral, y la influencia de su canciller Diana Mondino, hacen prever que será pragmático en muchos casos, en especial en su relación con China, potencia que a mediados de este año renovó con Argentina un swap por 130.000 millones de yuanes (US$ 18.300 millones) por tres años y duplicó fondos de libre disposición de 35.000 millones de yuanes (US$ 5.000 millones) que había concedido con anterioridad; un salvavidas económico que se sumó a otros anteriores, y a los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo al que ya visitó Milei apenas resultó electo.

De hecho, su primer viaje luego de electo fue a Estados Unidos: visitó la Casa Blanca, organismos internacionales y la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, reforzando su posición pro-israelí, en medio de la guerra contra Hamás.

Todas esas visitas ya dicen mucho sobre sus prioridades y encare de gestión. Cabe agregar que Milei habló de trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén, algo a lo que ningún gobierno argentino se había atrevido a hacer.

Brasil

El “corrupto y comunista” que le lanzó Milei a Lula antes de ser electo, ahora pasa factura. De nada sirvieron las gestiones de Mondino en Brasil para arreglar la situación.

Lula no estará hoy en Buenos Aires y eso marca unas relaciones complicadas desde el inicio, en las que deberían primar los intereses de Estado.

Al respecto, Magno Karl, analista político brasileño y director ejecutivo de la asociación civil Livres, desde San Pablo dijo a El País: “Los planes de Lula para la política exterior parecen incluir la rehabilitación del mandatario venezolano, Nicolás Maduro. La actual administración brasileña cree que es la mejor estrategia para que Venezuela vuelva a las negociaciones (en el Mercosur y en otros espacios), pero probablemente enfurecerá a Milei”.

El “corrupto y comunista” que le lanzó Milei a Lula, pasa factura

“El comercio también será un asunto difícil en la relación entre los dos países. Las políticas proteccionistas de Lula chocarán en el enfoque de mercado abierto de Milei. Habrá enfoques extremadamente diferentes”, agregó Karl, recordando asimismo que el entonces presidente Bolsonaro tampoco, en su momento, se llevó nada bien con Fernández.

Un dato auspicioso para las relaciones argentino-brasileñas, es la decisión del gobierno de Milei de mantener en Brasil al embajador que tenía Fernández, Daniel Scioli, ya que ha calzado en la dinámica norteña y podría suavizar las asperezas que surjan.

“El gobierno quiere apuntalar a Argentina como productor de energía y de alimentos. Se van a desarrollar inversiones y obras de infraestructura. Enviaremos gas y petróleo a los países vecinos, en particular a Chile y a Brasil, entonces, es necesario no sólo resolver las relaciones económicas, sino las relaciones políticas regionales. La Argentina tiene que volver a ser una potencia (esa es una promesa de Milei) y hay que crear las condiciones para ello con los vecinos”, afirmó desde Buenos Aires Alejandro Corbacho, director y docente del departamento de Ciencias Políticas y Jurídicas de la Universidad Ucema.

Acuerdos regionales

Las negociaciones en el trancado Mercosur no se acaban con el fracaso del acuerdo Mercosur-Unión Europea (UE), que se esperaba en Brasil este mes. Con el ánimo por el suelo, Uruguay igual acoge la expectativa de que Milei sea un player que mueva el tablero a su favor, y que le dejen sellar acuerdos por fuera del bloque.

En entrevista con El País en el pasado febrero, Mondino reconoció que “Mercosur es una piedra en el zapato” para Uruguay y se mostró muy a favor del libre comercio. Falta ver si esta posición, compartida por Milei, cuaja en resultados reales de apertura.

Marcel Vaillant, profesor de Comercio Internacional de la Universidad de la República (Udelar), en diálogo con El País, se mostró escéptico: “No cabe esperar una apertura comercial como reforma de primera época del nuevo gobierno argentino. Uno lo podría esperar por el posicionamiento ideológico de Milei, pero dadas las distorsiones y restricciones económicas que tiene Argentina hoy, no se podrá hacer de primera”.

En otro orden, está pendiente la invitación a Argentina de unirse al grupo de los países emergentes de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) a partir de enero, un tema de discusión ya que Fernández había impulsado esta iniciativa, pero en el gobierno entrante hay posturas en contra, empezando por la propia Mondino.

Corbacho lo explica: “Los BRICS, más allá de las ventajas económicas que pueden traer, implican un alineamiento para contrapesar a las organizaciones lideradas en Occidente y puede generar posturas que nos llevarían a chocar contra los Estados Unidos”. Además, en la medida en que Argentina tiene ya establecida una relación estratégica con Brasil, China e India, el ingreso a los BRICS resulta no tan necesario. Es probable, entonces, que a las puertas del ingreso, el gobierno no lo concrete.

Sobre Rusia, Corbacho sentenció: “El ofrecimiento de Fernández de que la Argentina iba a ser la puerta de entrada de Rusia a América Latina, no se va a dar”. “Sí, estamos recibiendo muchos inmigrantes rusos en los últimos años, desde el inicio de la guerra con Ucrania, y mantendremos esa postura”, acotó.

En síntesis, Argentina no está en condiciones de abrir nuevos frentes de confrontación (ya tiene bastante con sus crisis internas), por lo que se espera que sus relaciones internacionales, lejos del discurso incendiario preelectoral de Milei, sean bastante más pragmáticas, sin llegar a sumarse a la estrategia política regional que emprende Lula desde Brasil.

Gobierno de Brasil molesto por relación de Milei con Bolsonaro

El encuentro del presidente electo Javier Milei y el expresidente de Brasil Jair Bolsonaro en Buenos Aires provocó molestia en el gobierno brasileño, según informó O’Globo.

El periódico afirma que la agenda fue interpretada por miembros del primer escalón de la administración del presidente Lula como una señal de que Milei no está interesado en construir una relación de asociación con el actual gobierno brasileño.

Según informó el columnista de O’Globo Lauro Jardim, Milei dijo en el encuentro con Bolsonaro que estaba muy “orgulloso” de su visita a Argentina y lo “admira mucho por su lucha contra la izquierda internacional, que intenta interferir dividiendo al país y al mundo luchando contra la libertad”. La reunión con la delegación tuvo lugar en el búnker de campaña después de que Milei se reuniera con Bolsonaro, Valdemar Costa Neto y algunos asesores en el hotel Libertador. El grupo incluía al diputado Eduardo Bolsonaro y a parlamentarios de la órbita del expresidente, como la diputada Bia Kicis, todos críticos acérrimos de Lula.

Analistas afirman que Lula no envió al vicepresidente de Brasil a la asunción de Milei, como era de esperarse (según protocolo de ese país), por el descontento que se generó entre los allegados a Lula y de él mismo, por esta situación. En su lugar, viajó el canciller Mauro Viera.

Además

Delegación de EE.UU. arribó a Argentina

El presidente electo Javier Milei recibió ayer en Buenos Aires a la delegación presidencial de Estados Unidos, encabezada por la secretaria del Departamento de Energía de ese país, Jennifer Granholm, que arribó a Argentina para asistir al traspaso de mando de hoy, 10 de diciembre.

La delegación estadounidense conversó con Milei “sobre las prioridades compartidas entre ambos países en la defensa de los derechos humanos, las inversiones en energía limpia, y la cooperación regional y multilateral”, según comunicó la embajada de Estados Unidos en Argentina, en sus redes sociales.

Además de Granholm y el embajador estadounidense en Argentina, Marc Stanley, la delegación norteamericana estuvo integrada por el subsecretario para Política de Transporte, Carlos Monje; el secretario Adjunto de Asuntos Internacionales del Departamento de Energía, Andrew E. Light, y el director Principal para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Juan González.

En el primer viaje a Estados Unidos que hizo Milei como presidente electo, a fines de noviembre, fue recibido por el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan; el subsecretario de Estado para Latinoamérica, Brian Nichols; y González.

Sus colaboradores se reunieron con representantes del Tesoro estadounidense y del Fondo Monetario Internacional, con el que Argentina tiene una deuda de 45 mil millones de dólares.

Presencia del enviado oficial de Xi Jinping

El enviado del presidente chino Xi Jinping a la toma de posesión de Milei se encuentra en Argentina desde ayer. El vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, el máximo órgano legislativo del país asiático, Wu Weihua, llegó a la terminal para vuelos privados del Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini, en Ezeiza.

Tras su victoria electoral, Xi envió un mensaje de felicitación a Milei, y expresó su disposición a trabajar con él para “impulsar la amistad y la cooperación entre los dos países”.

A lo largo de su campaña, Milei había asegurado que él, al frente del Estado, “no haría negocios con China”, país al que calificó, igual que a Brasil, de “comunista”, y afirmó que cortar relaciones con el gigante asiático “no sería una tragedia macroeconómica”.

La Cancillería china declaró el mes pasado que sería un “gran error” para Argentina cortar los lazos con “países tan grandes como Brasil y China”, una posibilidad sugerida por Milei y algunos de sus colaboradores.

Pekín y Buenos Aires han mantenido buenas relaciones: Argentina se sumó en 2022 a las Nuevas Rutas de la Seda, la principal iniciativa económica internacional de China. El país asiático tiene inversiones en Argentina en áreas estratégicas como infraestructura y minería. [EFE]

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