Londres - El envenenamiento del espía ruso Alexander Litvinenko, entre la vida y la muerte en un hospital de Londres, fue "un encargo de Estado" y "sólo" los servicios de inteligencia de Moscú lo pueden haber hecho, manifiesta hoy un ex jefe del KGB al diario The Times.
Oleg Gordievsky, ex responsable de espionaje en Gran Bretaña para la antigua agencia de la Unión Soviética KGB y que en los años 80 supuso su deserción más importante, declara que aunque no podía asegurar la identidad de la persona que envenenó a Litvinenko, sospecha que es un ex amigo y colega ruso.
"Claro que se trata de una acción organizada de forma oficial", explica Gordievsky, amigo cercano de Litvinenko.
"Se trataba evidentemente de un enemigo. Sólo el KGB está preparado para hacer eso. El veneno era muy sofisticado", manifiesta al periódico, refiriéndose a la actual agencia de espionaje rusa FSB con su anterior nombre bajo el régimen soviético.
"Nadie se hubiera atrevido a hacer una cosa así por cuenta propia", considera Gordievsky para quien este plan de asesinato sólo se puede haber hecho con el permiso del Kremlin.
"Por supuesto, el KGB lo negará. Los rusos siempre han negado todos los planes para matar", precisa.
Gordievsky, que vive exiliado en Gran Bretaña desde 1985, dice que el sospechoso del envenenamiento es un ex socio del oligarca Boris Berezovsky, quien ahora también está exiliado en la islas británicas, a pesar de que en la entrevista no da su nombre.
"Acostumbraba a estar en el entorno de Berezovsky y estuvo encarcelado en Moscú. Después, de forma repentina, salió en libertad y, rápidamente, se convirtió en un hombre de negocios y millonario. Algo muy sospechoso", relata.
"Pero el KGB recluta a agentes en las cárceles y campos de prisioneros desde 1930. Es como trabajan", cuenta Gordievsky.
De acuerdo con su versión, el sospechoso se presentó en Londres como un negociante y amigo, y se reunió con Litvenko en un hotel donde le puso el veneno en un té.
El ex responsable del KGB también afirma que el último hombre en ver a Litvinenko, un italiano identificado como Mario Scaramella, no es el culpable.
"¿Por qué debería ser este italianoâ Lo conozco. Es un hombre respetable. Y Sasha (Litvinenko) ya se encontraba mal antes del almuerzo. Había sido envenado antes de comer con el italiano".
Gordievsky, por otra parte, manifestó a la agencia británica Press Association (PA) que debería haber más protección para los exiliados en Gran Bretaña.
"Gente como yo hemos ayudado enormemente a los británicos con nuestros conocimientos. ¿Por qué las autoridades británicas permiten a estos asesinos viajar al paísâ", se pregunta el ex agente.
"Hay otros objetivos, incluidos el mío. Estoy bajo pena de muerte desde hace 21 años", advierte el interesado.
"Él (Litvinenko) se pensaba que conocía a todos sus enemigos, pero no era verdad, obviamente", se lamenta.
Litvinenko, un ex teniente coronel del FSB, se refugió en Gran Bretaña después de haber avisado de un plan de su agencia para asesinar a Berezovsky.
Una unidad especializada de detectives ha lanzado una investigación para esclarecer los hechos. El ex agente de 43 años se encuentra en el Hospital del Colegio Universitario, en el centro de Londres, en estado muy grave a causa de un veneno que los expertos consideran que es talium, un metal tóxico.
AFP