NARCOTRÁFICO
El mandamás del Clan del Golfo se enfrenta a una condena mínima de 20 años de cárcel y a una máxima de cadena perpetua.
Estados Unidos anunció ayer jueves varios cargos de narcotráfico contra el jefe de la banda criminal colombiana Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, al que considera uno de los capos más peligrosos del mundo.
Otoniel, extraditado el miércoles desde Colombia a Nueva York, está acusado de “liderar una empresa criminal continuada” entre el año 2003 y octubre de 2021, cuando fue capturado, y de “participar en una conspiración internacional para fabricar y distribuir cocaína, a sabiendas y con la intención de que las drogas serían importadas ilegalmente a Estados Unidos”.
Así lo anunció el fiscal federal Breon Peace antes de la primera comparecencia del capo ante la jueza encargada del caso, Vera Scanlon. Peace describió a Otoniel como un criminal sanguinario para quien “el asesinato carecía de significado” y la “violencia era la principal divisa”.
“Es responsable de traficar grandes cantidades de cocaína, medidas en toneladas, no en libras o kilos. Ganó enormes beneficios, que se cuentan en miles de millones. Supervisó un ejército de secuaces que asesinó, secuestró y torturó a víctimas, incluidos policiales y militares colombianos”, añadió.
Según detalló Anne Milgram, de la agencia antidrogas estadounidense (DEA), se considera que entre 2003 y 2021 el Clan del Golfo trató de importar más de 90.000 kilos de cocaína a Estados Unidos, una cantidad cuyo valor en la calle sería hoy de más de 2.000 millones de dólares.
El narco colombiano se enfrenta a una condena mínima de 20 años de cárcel y a máxima de cadena perpetua. “Creía que era intocable, hasta ahora”, dijo Peace, que advirtió que “nadie está por encima de la ley”.
Otoniel también es conocido por otros alias como “Mao”, “Gallo” o “Mauricio Gallo”. Su Clan del Golfo, es responsable del 30% de las exportaciones de cocaína de Colombia.
Con más de 6.000 miembros, el Clan del Golfo ejerce “control militar sobre cantidades de territorio” en la región de Urabá en Antioquia, “una de las zonas narcotraficantes que genera más ganancias dentro de Colombia”, dijo el fiscal.
La captura y extradición a Estados Unidos de Otoniel es el golpe más contundente que ha recibido el narcotráfico colombiano desde la muerte de Pablo Escobar en 1993.
El Clan ha sido diezmado por una serie de golpes de las autoridades colombianas contra el círculo cercano de Otoniel. Tras su captura, el presidente Iván Duque proclamó el principio del fin de la que es considerada la mayor banda narco del país.
Otoniel pasó a encabezar el grupo tras la muerte de su hermano Juan de Dios, “Giovanni”, en enfrentamientos con la policía en 2012. Se inició en las armas como guerrillero del Ejército Popular de Liberación, una guerrilla marxista desmovilizada en 1991.
En protesta por la extradición de su líder, el Clan del Golfo empezó ayer jueves un “paro armado” en varios departamentos de Colombia.
En varios panfletos difundidos en diferentes regiones del país, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), como también se conoce al Clan del Golfo, anunciaron que el paro armado durará cuatro días y que quienes no “acaten la orden” serán “dados de baja”.
En los paros armados, los grupos criminales restringen el desplazamiento de vehículos por carreteras y la movilidad de las personas, amenazando con ataques a quienes transiten por las vías, incluso si van en caravanas escoltadas por militares. La mayor tensión se vive en Antioquia.