Antes del trasplante Sergio se lavaba los dientes y, agotado, tenía que sentarse a descansar. Después, cruzó los Andes en bicicleta. Suena exagerado, pero es real. Será por eso que los trasplantados hepáticos insisten en que volvieron a nacer.
Desde que en el año 2009 se comenzaron a resolver otra vez los trasplantes de hígado en Uruguay (durante una década las operaciones se hacían en Argentina), los pacientes se reúnen todos los años con los médicos y el equipo de enfermería para confirmar el éxito del Programa Bi Institucional de Trasplantes Hepáticos que funciona en el Hospital Militar y el Hospital de Clínicas.
Los trasplantados y sus familias se juntan a celebrar que están vivos, que nacieron de nuevo gracias a hígados de anónimos donantes que ahora funcionan en sus cuerpos.
Octavio fue el primero en ser operado desde que la técnica se retomó en el país. No se olvida más, por supuesto. "El 14 de julio de 2009: `El Día D`. Lo recuerdo como una victoria, como un nacer de nuevo", cuenta. Su hígado se había reducido y funcionaba al 30% de su capacidad. Necesitaba un trasplante para seguir viviendo.
La operación duró doce horas; a los dos días ya había pasado del CTI a una sala común y cinco días después ya estaba en su casa. Dos meses más tarde había retomado su vida normal y el trabajo.
"Es un milagro de vida. Nacés de nuevo, pero sos otro. Con otra idea sobre la vida", insiste a sus 59 años.
Sergio, de 54 años, puede dar fe sobre eso de "ser otro" tras el trasplante. En el año 1996 se le diagnosticó la enfermedad: un virus le había generado una cirrosis hepática. Años más tarde, la necesidad de un trasplante se hizo imperiosa y estuvo ocho años en lista de espera. Viajó dos veces a Buenos Aires (cuando los trasplantes se hacían allá) para hacer evaluaciones, pero el órgano no aparecía.
"Fue una espera bastante tediosa. Cuando el hígado te funciona mal, te falta energía. Yo antes del trasplante, me lavaba los dientes y me tenía que sentar porque quedaba totalmente agotado", recuerda Sergio.
El 16 de febrero de 2010 lo trasplantaron. Desde ese día es otra persona. A los nueves meses de la operación fue a competir a los Juegos Latinoamericanos para trasplantados en Buenos Aires, y ganó varias medallas en Ciclismo.
En marzo de este año, en homenaje a los donantes, cruzó la cordillera de los Andes en bicicleta. Fue pedaleando desde Argentina hasta Chile para agradecer el gesto de todos los que deciden que al morir donarán sus órganos.
"Si no hay donantes, no hay vida para muchos de nosotros", reflexiona.
ESPERANDO. Actualmente hay unas 30 personas en lista de espera "activa" para recibir un trasplante de hígado. Hay unas 15 personas más que están haciendo trámites y evaluaciones para ingresar a la lista.
Solange Gerona, coordinadora del Programa Bi Institucional, informó que desde 2009 se concretaron 52 trasplantes hepáticos. La gran mayoría fueron exitosos: murieron solo cinco pacientes tras ser trasplantados, menos del 10% del total.
Además, en todo este tiempo, se han realizado con éxito operaciones inéditas en el país. A una mujer de 54 años le hicieron un trasplante combinado de hígado y de riñón y un joven de 18 fue retrasplantado. Recibió dos veces un hígado. Ninguna de las dos operaciones se había hecho antes en Uruguay.
Para Gerona la clave está en el modelo de gestión de este programa. "La modalidad de trabajo de los médicos es un ejemplo. Se trabaja full time, no se paga por acto, el equipo está siempre al servicio de los pacientes. No existe en Uruguay esa modalidad", destaca.
La apuesta del servicio es permanente. Se incorporan médicos jóvenes y se invierte en capacitación en el exterior.
Para concretar las primeras operaciones hubo años de capacitación previa en Portugal y España.
Gerardo Grecco, uno de los médicos que trabaja en el programa lo recuerda bien. "Todos fuimos formados en el exterior. La curva del aprendizaje no se hizo a costa de vida de pacientes, sino afuera".
Solange Gerona destaca además que a diferencia de otros programas de trasplante, los pacientes no tienen por qué esperar en Montevideo, donde se realiza el trasplante.
"El paciente puede vivir en Artigas, que gracias a la colaboración de la Fuerza Área, se lo va a buscar en avión o helicóptero si aparece un órgano. Así disminuís el impacto social que tiene la espera".
Una espera que está siempre ligada al azar. Si no que le pregunten a Giselle, de 36 años, que vivió todo el proceso de una forma "muy rápida". Le diagnosticaron cirrosis y seis meses más tarde ingresó a la lista de espera para un hígado.
La llamaron a los 15 días de ingresar, cuando estaba almorzando y ni siquiera se lo esperaba.
"Dejá de comer que tenemos un órgano para vos", recuerda hoy con su bebé en brazos, su "otro milagro", que nació con ella después del trasplante.
El día de donación y el trasplante
Con diversas actividades, se celebra hoy el Día Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos.
En el año 2001 se declaró así al tercer domingo del mes de noviembre de cada año y se celebra desde entonces.
El Instituto Nacional de Donación y Trasplante (INDT) preparó algunas actividades. A las 10.00 horas, en Bulevar Artigas y 18 de Julio frente al monumento "Al donante", se realizará un homenaje al donante solidario y un lanzamiento de globos en agradecimiento. Esto es en el marco de la asociación estratégica entre el INDT y la Asociación de Trasplantados del Uruguay (ATUR). Una hora después se dirigirán hacia la Rambla y Avenida Brasil, donde se entregará material informativo y habrá una proyección de audiovisuales vinculados a la donación y trasplante. La jornada se cerrará con la misma rutina en Plaza Virgilio.