Familiares que pierden a seres queridos en siniestros de tránsito acuden a psicólogos que buscan perfeccionarse.
Dolor en el pecho, temblor en los pies, un nudo en la garganta y un impacto "devastador". Así describen algunos uruguayos las emociones que sintieron tras perder un familiar. El año pasado, 446 familias se vieron afectadas por ello.
Daniel Hernández lo padeció hace ocho años. Su primo, que circulaba en una moto sin casco, chocó con otro motociclista de manera frontal en Durazno. Por la colisión, cayó contra el pavimento, lo que le causó un traumatismo de cráneo severo. Falleció en el hospital horas más tarde.
Cuando recibió la llamada que le informaba del accidente, no lo podía creer. "Él tenía 19 años. En muchas cosas lo veía como mi hijo y teníamos una relación muy cercana. Para mí fue devastador", expresó.
Después de ese episodio, la vida de Daniel cambió. Se sumó a la Red Nacional de Víctimas y Familiares de Siniestros de Tránsito, creada en 2009, y empezó a modificar su comportamiento al manejar: "Antes era un infractor común. Ahora soy muy estricto", indicó. Tanto se interesó que empezó a estudiar sobre el tema.
Después, ¿qué?
Luego del fallecimiento de un ser querido de manera inesperada, la reacción es distinta según la persona.
"Va a depender de su historia de vida, de los vínculos con el fallecido y de su personalidad", comentó a El País Ileana Poloni, psicóloga de la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev).
En el caso de Daniel, los primeros días vivió "una irrealidad". "No entendés lo que ocurre. Recién caés que no está más a los cinco días", confesó.
No obstante, lo que más le ocurre a los familiares es lo que en términos psicoterapéuticos se conoce como estrés postraumático: un trastorno que genera recuerdos reiterativos y angustiantes, pesadillas sobre el incidente, entre otros síntomas, según explica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. "Hace que se desmorone toda la red psíquica interna. El familiar queda desamparado", apuntó Poloni.
Daniel, hoy presidente de esta agrupación de víctimas, aseguró recibir todos los días al menos una llamada de una persona que sufrió la pérdida de un familiar en un siniestro vial. Estas personas suelen llamar a la red seis o siete meses después del siniestro. Hablan en promedio una hora sobre lo ocurrido.
La psicóloga de Unasev encuentra un patrón de comportamiento en padres que perdieron la vida de sus hijos en accidentes. "Cuando pasa el estrés postraumático, quieren que se haga justicia", contó Poloni.
La terapia.
Las terapias psicológicas son uno de los métodos para poder sobrellevar el dolor de semejante golpe. Son sesiones que requieren técnicas y herramientas "especiales" de los profesionales.
"Lo primero que debe hacer el psicólogo es que el paciente evite nuevos problemas en su vida", comentó Poloni. Por tal motivo, procuran que evite tomar decisiones importantes.
En Uruguay, los familiares de los afectados acuden a los psicólogos que ofrecen en servicios de salud públicos y privados. La "Guía de orientación y recursos para ciudadanos afectados por siniestros de tránsito", lanzada en noviembre del año pasado, señala que los prestadores tienen la obligación "dentro del Plan Nacional de Prestaciones en Salud Mental de abordar situaciones que sobrevengan por muerte inesperada, contemplando en este sentido a toda la población de nuestro país".
El Ministerio de Salud Pública (MSP) no posee un registro las causas por las cuales las personas piden sesiones terapéuticas, informó la cartera.
Los psicólogos no suelen estar muy especializados en la materia. De hecho, Ileana Poloni cuenta con una capacitación en psicología y siniestros viales en España. Como técnica de la Unasev, en las últimas semanas ha mantenido reuniones con la Facultad Psicología para generar cursos optativos para futuros psicólogos interesados en el tema.
"La psicología de la seguridad vial es una ciencia que tiene más de 30 años", comentó al reivindicar la formación técnica.
"La muerte de un familiar puede provocar problemas psicológicos en todo un entorno familiar. No es solo en una persona", comentó Hernández, quien, según declara, en muchos casos los profesionales terminan las terapias en dos meses. "Hay algunas que deben durar más", advirtió.
Desde Unasev recomiendan a los afectados recurrir a la guía de orientación. Allí ofrecen unas 15 páginas, divididas en dos capítulos, que dan sugerencias sobre cómo actuar con niños, adolescentes y adultos ante el fallecimiento de un ser querido.
"¿Por qué lo ha hecho, por qué conducía mal?", "¿Por qué lloras? (Si ven llorar a los adultos)", son algunas de las preguntas que suelen preguntar niños y que suelen sugerir respuestas a los mayores en este documento preparado por este organismo de Presidencia.
"Hablamos de siniestroy no de accidente".
Ileana Poloni, psicóloga de la Unidad de Seguridad Vial (Unasev) prefiere referirse a "siniestro" y no a "accidente", porque es "prevenible y evitable". El término accidente atribuye a un choque en la vía pública, a episodios "fortuitos".
Según Poloni, detrás de la colisión en el tránsito "hay una incorrecta decisión" de parte de los conductores. "Tratamos de que cada uno de nosotros nos hagamos cargo y responsables de nuestras decisiones", apuntó.
Por eso, en las campañas de prevención que pregonan, pretenden dejar el mensaje de "no transferir la responsabilidad".
"No fue la luz que no cambió, no fue la niebla", indicó.
Este mismo concepto fue repetido en la última semana por autoridades de la Organización Panamericana de la Salud en eventos de concientización hechos en Montevideo.
Un mes para concientizar.
Durante este mes, se lleva a cabo el Mayo Amarillo, un movimiento que nace en Brasil con el objetivo de hacer un llamado de atención sobre la tasa de muertes y lesiones a causa de siniestros de tránsito.
Por tal motivo, habrá jornadas de concientización en diferentes puntos del país. Hoy se hará una actividad a las 17:00 horas en Rambla Baltasar Brum y San Fructuoso sobre conducción responsable.
FAMILIARES ACUDEN POR AYUDA PSICOLÓGICA QUE SE DA GRATUITAMENTE.
Más consultas en la fundación Forlán.
La Fundación Alejandra Forlán es una de las pocas organizaciones que en Uruguay ofrece atención psicológica de manera honoraria.
Desde su creación, en el año 2011, ha destinado un área de atención para quienes pierden a un familiar por un siniestro de tránsito.
En 2016, ingresaron 17 pacientes nuevos al consultorio por esta causa. Y en lo que va de este año ya van 11. "Generalmente, son familiares directos. En la mayoría, padres o hermanos", contó a El País Fiorella, una de las encargadas de la fundación. "A partir de 2013 habían bajado las consultas, pero ya este año volvieron a subir", apuntó. También recordó que atienden a personas que protagonizaron siniestros.
En enero de este año fue un mes de ingreso inusitado: "Pidieron terapia cinco familiares de personas fallecidas. En general, es un mes donde no recibimos pacientes nuevos".
En promedio, dan ocho sesiones, que se desarrollan durante dos meses. Aunque hay algunos casos que puede derivarse a seis meses y en otros a más de un año.
Las psicólogas que trabajan para la fundación no reciben ningún tipo de remuneración por este trabajo y están especializadas en la psicología sobre esta materia.
SINIESTROS VIALES Y SU PROBLEMA FAMILIARJUAN PABLO DE MARCO