Violentas acusaciones, hasta de ¡gallina! en Comisión de Diputados

—¿Se enteró que la directora del República, Dra. Milka Barbato, y el diputado Mieres anduvieron casi a las trompadas?

—¿Fue durante la sesión de la Comisión Investigadora de la Corporación Nacional para el Desarrollo?

—Exactamente, esta vez más calma doña Milka le salió con todo a unas declaraciones que había formulado Mieres al diario "Acción" de Mercedes.

—Cierto, doña Milka leyó en voz alta el artículo en el cual el legislador muestra su preocupación por la vinculación directa entre la presidenta de aquel entonces de la CND, y un funcionario de un banco.

—Pero Mieres agrega que existía una relación personal afectiva y que en la guía aparecían ambos con los mismos teléfonos particulares.

—Más, le preguntan a quién se refiere y Mieres da el nombre de un profesional.

—¡Oh, la, la!, eso sí que es meter el dedo en la vida particular de una persona y el cuchillo a fondo.

—Don Pablo alegó que si tenía que pasar por la vida privada, lo hacía con tal de lograr más datos para su averiguación.

—¡Mala tos le siento al gato!

Dura respuesta y grito de ¡es bajeza!

—Fue la diputada de la 15, la siempre activa Glenda Rondán, la que asumió primero la defensa de Milka Barbato (Foro Batllista).

—Así es, pero Glenda reiteró que Mieres no tenía derecho a entrar en la vida personal de nadie, merecía las mismas críticas si ella se metiera en la vida personal de los diputados, hablando de sus mujeres, sus novias o sus amantes, que sabemos existen en algunos.

—Doña Glenda reconoció que Mieres tenía todo el derecho de preguntar, averiguar y recibir respuesta, pero aclaró que incursionar en intimidades ¡es vergonzoso!

—Le cuento que agarró la "bolada" doña Milka y espetó: "a mí me enseñaron de chiquita que el hombre que hace eso que está haciendo usted es ‘un gallina’. No se atreve a meterse con los hombres, se mete con las mujeres".

—Pero no paró allí la cosa, Barbato, la topadora, como le dicen por su ímpetu y carácter fuerte, exclamó señalando a Mieres: ¡aquí está el gran inquisidor, no distingue entre la vida pública y privada, no quiero entrar en el mismo juego y recordarle ciertas empresas y ciertas universidades!

—¡Oh, la, la! !¡Mala tos le siento al gato!

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar