Vecinos de Plaza Zabala reclaman a Intendencia por falta de preservación

| Se necesitan cambios para que se integre al circuito turístico peatonal, según los integrantes del grupo de amigos

Inaugurada el 31 de diciembre de 1890, la Plaza Zabala "es uno de los pocos sitios históricos de Montevideo que aun hoy conserva casi todas sus características originales". Mantiene su reja perimetral, un bebedero de fines del siglo XIX, la fuente de hierro y algún banco de la época.

Este es uno de los argumentos que esgrime la Comisión de Amigos y Vecinos de la Plaza Zabala para reclamarle a la Intendencia de Montevideo mayor atención al mantenimiento y preservación de ese espacio público.

Su particular ubicación, que quiebra el diseño de damero del resto de la Ciudad Vieja, obdecede a que en ese lugar estuvo instalado el Fuerte de Montevideo desde la fundación de la ciudad en 1724 hasta 1880, cuando fue demolido.

Carlos Barañano, presidente de la comisión, envió una carta abierta al intendente Ricardo Ehrlich invitándolo a una visita guiada por la plaza para que vea "cómo conviven desperdicios de una feria junto a la venta de artículos robados y colgados en la reja de la plaza, conjuntamente con inadaptados que han arrancado hojas de palmera para hacerse un escaparate de venta, o a otros que hacen sus necesidades a pleno sol, a los pies del fundador de la ciudad que ese mismo jefe comunal administra".

La extensión de la feria que funciona los martes y viernes de mañana en la calle Alzáibar es la preocupación mayor de los vecinos. En las veredas de la plaza se instalan vendedores de objetos de procedencia dudosa —en algún caso robados, como comprobó una vecina al ver libros suyos con dedicatoria y todo—que incluso cuelgan artículos de las rejas.

La cuadra de Alzáibar entre Circunvalación Durango y Sarandí es asumida como la continuación natural de la peatonal hacia el distrito de diseño de Pérez Castellanos y 25 de Mayo, que se extiende hasta el puerto. Según Barañano, en esas condiciones "la feria no puede convivir con la hipótesis de paseo turístico".

Mientras recorre la plaza junto a la secretaria de la comisión, Iris Parodi, Carlos Barañano relata que un relevamiento botánico reciente reveló que la Zabala es la plaza con mayor diversidad de especies de la ciudad, aunque perdió dos árboles durante el ciclón del 23 de agosto del año pasado.

A simple vista el estado de la plaza es correcto: se ve limpia, el mobiliario está en buenas condiciones —papeleras, faroles, bancos— y guarda la característica de ser un rincón silencioso, íntimo y sombreado.

Los miembros de la comisión reconocen que no hay problemas de seguridad, ni falta iluminación y respiran porque está en retroceso la tugurización de edificios vecinos que era sinónimo de prostitución y de distribución de drogas. Aun así, son muy puntillosos en señalar lo que hay por hacer (o por mantener).

Queda poco césped porque no se habilitaron las bocas de agua para riego, algunos hurgadores tienen la costumbre de reciclar en las veredas de la plaza junto a los contenedores de basura, el monumento a Zabala está "orinado y pintarrajeado", a la plaqueta frente a la estatua le robaron el marco, y los bancos se deshacen cuando los cambian de lugar porque son de fundición y no están fijados al suelo. Ideas y voluntad no faltan, pero sobran promesas y plazos dilatados, sostienen los miembros de la comisión. Entre otras cosas, Autoparque se había comprometido a donar los U$S 3.600 necesarios para instalar seis portones en los ingresos a la plaza.

Sin embargo, la Intendencia demoró en autorizar la gestión y para cuando se aprobó la empresa ya no disponía de la suma comprometida.

La Plaza Zabala fue diseñada por el paisajista francés Eduardo André y su hijo, a imagen y semejanza de la moda en Europa pero muy original para el entorno montevideano.

Dalias, malvones y lazos de amor, senderos de arena y altos arbustos que sobresalían por encima de las rejas le daban un caracter especial a ese rincón de la Ciudad Vieja.

Iris Parodi, quien se mudó hace unos meses de Villa Biarritz a la Ciudad Vieja, se para en un lugar de la plaza y dice, como revelando un secreto estratégico: "desde acá se ve el mar para los dos lados". Y espera que alguna autoridad "con disponibilidad ejecutiva" se dé una vueltita por allí y no precisamente para pasear.

Hoy Ehrlich anda cerca

Las obras de rehabilitación del edificio Jaureguiberry, en Pérez Castellanos y Piedras, serán visitadas esta mañana por el intendente Ricardo Ehrlich y el ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Mariano Arana.

Se proyecta peatonalizar una zona que comprende la proa del Mercado del Puerto y la calle Pérez Castellanos hasta 25 de Mayo. En el reciclaje del edificio Jaureguiberry, que data de la primera década del siglo XX, se mantendra su destino original: locales comerciales en planta baja y viviendas en los pisos superiores. A esto se le agregará un centro cultural.

Una de las particularidades del edificio Jaureguiberry son las siete unidades en dúplex que ocupan la tercera y cuarta planta de la histórica construcción de valor patrimonial.

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