mauricio rodriguez
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Nicolás Aquino tiene 12 años y fue el ganador del certamen musical Código Fama en Uruguay. Uno de los premios que recibió y el que más disfruta es un celular. Cada tanto, interrumpía el ensayo de la coreografía para enviarles mensajes de texto a sus amigos. El actor y director teatral Ignacio "Nacho" Cardozo lo esperaba pacientemente mientras le daba algunos consejos para su primer viaje en avión. Luego se concentraban y volvían a repasar juntos, frente a un espejo, los pasos, los movimientos y la música. Así, con esta rara mezcla de inocencia y responsabilidad, Nicolás se preparó para representar a Uruguay en el reality show Código Fama Internacional. El evento reúne a niños del mundo y se realiza en México desde hace dos semanas. Nicolás representó a Uruguay en el certamen y basta escucharlo cantar unos minutos para saber que, gracias a su voz potente y firme, este es apenas el despegue de un futuro artístico promisorio.
TRAYECTORIA. Mónica Goicoechea, la madre de Nicolás, señaló que su hijo demostró una gran pasión por el canto desde muy pequeño. Como es de esperar en estos casos, los cumpleaños y las reuniones familiares eran el ámbito ideal para que demostrara sus virtudes. "Siempre cantó y también recitó poemas en la escuela. Después, sus padrinos lo contactaron con una profesora de canto y luego salió en el Carnaval de las promesas", señaló Goicoechea.
Y Nicolás agregó, repasando una niñez a la que, a pesar de sus 12 años, se refiere como a algo lejano en el tiempo: "Siempre me gustó la música, desde chiquito. Empecé cantando tangos porque era lo que me daban, pero a mí me gusta la melódica, aunque no tengo un artista preferido".
A esos estilos acudió para seleccionar las canciones con las que se presentó en Código Fama. Al principio no lo entusiasmaba la idea de responder a ese llamado que vio en la televisión. Pero una amiga, Joanna Duarte (que finalmente terminó segunda en el certamen), le insistió y entonces preparó las canciones La quiero a morir y Vieja viola. Era principios de marzo y el último día del casting se fueron a Canal 4. Mientras esperaban en la cola, entre cientos de niños, Nicolás se cansó y le dijo a su madre que prefería irse. Pero en ese momento, ella dio un estratégico golpe de timón que cambiaría la vida de su hijo. "Yo no estoy muy de acuerdo con los casting y siempre dejé que mis hijos hicieran lo que quisieran. Pero igualmente fuimos al Canal. Había mucha gente y estábamos lejos de la puerta. De pronto me dijo que se quería ir y por primera vez le dije que no, que íbamos a quedarnos. Tuve suerte, porque así quedó seleccionado", recordó Goicoechea.
CERTAMEN. Código Fama se realizó en 22 países del mundo. Cada ganador representa a su país en estas finales en México. En Uruguay, el certamen convocó a más de 1.200 niños. Primero se seleccionaron 170, luego quedaron 20 y a la final llegaron cinco. Nicolás impactó desde el primer día. "Cuando lo escuchamos, fue uno de los que más nos llamó la atención, por su voz clara y firme. Y, además, por su gran personalidad que asombra por la poca edad que tiene. Es muy simpático y tiene un enorme potencial", señaló Nacho Cardozo, uno de los integrantes del jurado y encargado de preparar a los finalistas para la última etapa del concurso.
Como parte de su firme personalidad, Nicolás no se sintió nervioso a medida que iban pasando las etapas. El día de la final, realizada a principios de abril en el programa De igual a igual, cantó Penélope. Cuando escuchó que era el ganador se paró para agradecer y, como era de esperar, lo ganó la emoción y se puso a llorar.
Desde ese momento, su vida cambió radicalmente y empezó a alternar el liceo con varias horas por día dedicadas a ensayar, atender a la prensa y concurrir al Canal. Incluso recibió una carta del presidente Tabaré Vázquez, quien le deseó suerte y destacó sus dotes naturales y la importancia de los afectos familiares para cualquier emprendimiento. "Todo esto me emociona, desde viajar en avión hasta conocer personas de otros lugares o la casa del reality show en la que estaré en México", contó Nicolás antes de viajar. Comentó que, por pura ansiedad, vio en Internet la casa que finalmente fue su hogar durante tres semanas. Allí estuvo con otros 21 niños de todo el mundo. A su madre, que viajó con él, solo la pudo ver dos veces al día y en el festejo por el Día de la Madre organizado por la producción del programa para todos los participantes. Esa falta no le preocupó porque vivió una experiencia única que, entre otras cosas, le permitió conocer a la cantante Verónica Castro y al popular actor Roberto Gómez Bolaños, creador de El Chavo y El Chapulín Colorado.
Se presentó con tres canciones (Penélope, una lenta y otra con base de candombe) preparadas por el maestro Raúl Medina y su equipo. Con Cardozo preparó la coreografía. "Trabajamos pasos, voces y actitudes para que las use a su favor, tratando de que la interpretación se valorice y de que la canción no sea solamente una linda voz", señaló Cardozo. A esto se agregaron trajes típicos del Uruguay y diferentes vestuarios que dieron forma al sueño cumplido de Nicolás. "Me gustaría dedicarme a cantar y todo esto que me está pasando es un sueño hecho realidad", dijo. Cardozo sostiene que, con todo lo que vivió, Nicolás "ya ganó". Y concluyó que "con él, tuvimos una gran representación y sin duda nos dejó bien parados en México".