Una orquesta sin instrumentos y el uso de fracs de músicos fallecidos

Parlamento. El sindicato del Afusodre denunciará carencias en el Senado

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LORELEY NICROSI

El uso de fracs de músicos fallecidos, atriles rotos para sostener las partituras, sillas desequilibradas y falta de instrumentos, son algunas de las realidades que viven los integrantes de la orquesta del Sodre. Se suman los reclamos salariales.

Por falta de presupuesto, los músicos de la orquesta del Sodre debieron acostumbrarse a usar los fracs de sus antiguos compañeros muertos para brindar sus conciertos.

Las propias costureras del instituto hacen "milagros" según el gremio del Sodre, para adaptar los trajes de violinistas o pianistas fallecidos por ejemplo, para que quienes ejecutan el trombón, lo hagan con la flexibilidad en la prenda para tocar con soltura el instrumento.

La propia ministra María Simon fue testigo de las "pinzas" que las costureras del Sodre le hicieron a un viejo frac, para que uno de los integrantes de la orquesta del instituto cultural pudiera cumplir con su trabajo.

Sin supersticiones, los músicos sinfónicos debieron adaptarse a la realidad de heredar los trajes de los compañeros que van dejando el camino terrenal, de la misma forma que se transforman en hábiles obreros a la hora de reparar con "cinta" los dispositivos de altura de los atriles donde sostienen las partituras, al estar en su mayoría "destrozados".

Pero más allá del ingenio a los que los lleva la necesidad de no tener la luz adecuada para leer las obras que desvelaron las noches de genios de siglos anteriores, los músicos del Sodre tienen que desistir de ensayar grandes clásicos de todos los tiempos por no tener instrumentos.

Según los integrantes de Asociación de Funcionarios del Sodre (Afusodre), también realizan trabajos de carpinteros, para intentar equilibrar las sillas en las que brindan los conciertos, por carecer de "regatones", y tratar de suplirlos con simples elementos que impidan la movilidad mientras tocan. Desde que se inició la administración del Frente Amplio, los músicos reclamaron sin éxito la adquisición de cuatro timbales, cuyo costo es de US$ 8 mil cada uno, ante el estado "calamitoso" de los instrumentos de percusión que ya cumplieron más de tras décadas.

La falta de una sala fija para poder tener continuidad en los ensayos, la ausencia de una programación que les permita cumplir en forma decorosa su labor, son parte de las denuncias que realizaron ante Simon durante meses, al tiempo que reclamaron mejoras salariales y la regularización de más de treinta músicos que componen la orquesta pero que no cobran de la misma forma que el resto de los funcionarios del Estado.

Una situación similar padecen los integrantes del cuerpo de ballet y el coro del Sodre, admitieron fuentes gremiales.

Ante la falta de respuestas por parte de las autoridades, los integrantes del Sodre resolvieron movilizarse para que la ciudadanía conozca sus planteos.

En lugar de vociferar consignas como lo suelen hacer el resto de los sindicatos, las protestas consistirán en espectáculos artísticos como el que brindaron en pleno 18 de Julio el viernes pasado.

La ausencia de una política que permita el desarrollo de la cultura según Afusodre, será puesta en conocimiento del Parlamento el próximo jueves, cuando una delegación de músicos, bailarines y cantantes concurran a la Comisión de Cultura del Senado, dijo a El País el integrante de la organización gremial, Raúl Saavedra.

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