GUSTAVO TRINIDAD
En una noche fresca y con 1.500 personas aproximadamente dio comienzo el Concurso Oficial del Teatro de Verano.
Actuaron la comparsa "Senegal" cuya puesta fluyó con buen ritmo brillando en el canto de los solistas.
A segunda hora subió a escena la murga "Todavía no se sabe", con un espectáculo muy disfrutable basado en buenas ideas bien apoyadas por el libreto.
Para cerrar la jornada le tocó el turno a los parodistas "Adams", que superando un problema de energía, que demoró la presentación, ofreció un espectáculo muy profesional que no sólo brilló en la producción.
Los primero a destacar de la murga "Todavía no se sabe" de "Pingüino" González, es la idea central de la puesta en escena que plantea un director de orquesta que no encuentra "la armonía".
La idea ofrece un eje claro del que el espectáculo no se despega nunca y a la vez recorre con buena dosis de humor, una galería de composiciones y autores clásicos.
En este sentido los arreglos musicales se apoyan en una dúctil batería.
Notable es el texto y la ejecución en la secuencia en que fumadores realizan un piquete contra el director de la orquesta al son de "chin chimenea, chin chimenea", del legendario film "Mary Popins".
La emoción no faltó a la cita cuando el personaje de "el silencio" presiente un silencio aún más grande que se levanta por sobre los muros.
Así trata la murga el tema de los desaparecidos.
La dirección incluso juega con las palabras como generadoras de puros sonidos, como otro instrumento más.
El texto del "Tano" di Lorenzo está muy inspirado y alcanza secuencias ocurrentes como un diálogo del director de la orquesta, con la musa, representada por la experiente Lidia Chipas, que utiliza solo nombres de instrumentos musicales.
La utopía finalmente es la que guía al director hacía la armonía. Un espectáculo muy logrado de "Todavía no se sabe" que sin duda ajustará algunos puntos para la segunda rueda.
Uno de ellos es la disposición escénica del coro que a veces canta muy alejado de los micrófonos debilitándose así su caudal vocal como ocurrió en alguna parte de la despedida.
TITERES. La comparsa "Senegal" invita a un mundo a medio camino entre "la fantasía y el carnaval".
La historia de un veterano matrimonio de titiriteros permite un fluir con buena solución de continuidad que da paso a los diferentes números de la comparsa. Buenas actuaciones de la dupla protagonista, Washington Sassi y Rosario "Charo" Martínez, sin impostaciones.
En esta última recaen los textos y la puesta en escena es responsabilidad de ambos.
Varios puntos rindieron con excelencias como todas las intervenciones de sus solistas, los arreglos corales a cargo de Gustavo Balta que incluyen una fusión de tango y candombe, las coreografías y el desempeño de las bailarinas, su cuerda de tambores y un cuidadoso vestuario de Beatriz Cantero, que combinó colores y difíciles realizaciones que dieron vida a los títeres humanos.
La debilidad tal vez esté en el texto que parece no jugarse por el humor, ni la emoción ni la reflexión y planea sobre una ternura melancólica que no crece.
PRODUCCION. Los parodistas "Adams" dejaron todo en el escenario demostrando que este año no solo mejoraron en el aspecto de la producción, que realiza un llamativo despliegue de vestuario y escenografía.
Sus parodias, bien diferentes, se inspiran en Inodoro Pereyra y Casablanca, esta última más lograda, incluye escenografía basada en films del despampanante Brodway.
En este sentido también se destacaron las voces del grupo y la banda sonora que respondió con efectividad a cada requerimiento de los arreglos musicales.
"Adams" y la potencia en peligro
Por suerte el problema generado con la corriente eléctrica que demoró varios minutos la presentación de los parodistas "Adams", no influyó en los nervios del grupo que lograron un buen espectáculo.
El problema surgió por la carga lumínica que el grupo llevó para su puesta y que peligraba que las instalaciones del Teatro de Verano no soportaran la potencia que esta insumiría.
En suma se peligraba el desastre de un apagón en medio de la actuación.
Hugo Ligrone, responsable del conjunto, alentaba a sus integrantes diciendo "si se apaga la luz seguimos actuando", por suerte nada de esto pasó.