Una fiesta para famosos que animó la hija de Mick Jagger

José Ignacio. El batero Roger Taylor como DJ para un evento exclusivo

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La hija de Mick Jagger, Jade, y el baterista de Duran Duran, Roger Taylor, visitaron José Ignacio, donde combinaron trabajo con placer. Animaron una fiesta exclusiva, en la que hasta famosos y empresarios "rebotaron" en la entrada.

Eran las 14 horas del martes y en el kilómetro 198 de la Ruta 10, camino a la balsa de Laguna Garzón, una cantidad de vehículos se agolpaba al costado de la ruta, junto a un grupo de fotógrafos que, cámara en mano y sin sombra alguna, hacían guardia.

Es que por allí iban a pasar desde el baterista de Duran Duran, Roger Taylor, una de las hijas de Mick Jagger, Jade, hasta figuras más cercanas, como la actriz Juanita Viale y su pareja, el actor Gonzalo Valenzuela, la modelo Araceli González, la ex mujer de Andrés Calamaro, Julieta Cardinali, la nieta de Susana Giménez, Lucía Celasco, empresarios y otros menos conocidos pero de "peso".

En total se trataba de unos 200 invitados que iban a la fiesta de una marca de bebidas vitaminizadas, Vitaminwater, en el exclusivo parador La Caracola, también regentado por los dueños de La Huella, y donde para llegar es necesario atravesar un kilómetro de laguna en bote. Pero ese no fue el único obstáculo para los invitados al exclusivo evento.

A la entrada cuatro guardias de seguridad, con sudor en la frente y cara de pocos amigos, cortaban el paso a cada uno de los invitados, que con soltura y pose displicente iban llegando al lugar y daban su nombre "como al pasar", esperando que al instante le abrieran paso. Sin embargo, el control era estricto.

"Soy Teresa Calandra", se presentó la empresaria en el rubro de óptica, mientras se acomodaba el pelo e intentaba hacer que la espera no fuera tan incómoda. Luego de revisar varias veces la lista con los nombres, el suyo no aparecía. "Me invitaron, no voy a venir hasta acá con mis nietos para colarme en esta fiesta", dijo ya en tono irritado.

Finalmente, y luego de varios minutos de tensión, desde el handy de uno de los guardias, una voz que venía del otro lado de la laguna, dio el visto bueno, y pudo ingresar.

La entrada no fue fácil ni siquiera para una de las socias de La Caracola, Patricia Torres, que no pudo hacer ingresar a su hija, a pesar de haber llegado allí en helicóptero. "Esto es mío y entro cuando quiera y con quien quiera. A vos te parece que yo voy a venir en helicóptero y mi hija no va a estar invitada. No da esto", expresaba ya a los gritos la empresaria, mientras su pareja trataba de calmarla por todos los medios.

Cruzando la laguna, el clima era la antítesis. Mientras algunos disfrutaban de la playa, se hacían masajes o cabalgaban a orillas del mar, otros sacudían sus brazos en la pista electrónica adornada con una carpa al estilo beduino.

Araceli González, por ejemplo, optó por charlar con el modelo Iván de Pineda y hacer sociales en un sillón frente a la laguna; Julieta Cardinali se movió de la playa solo para hacer algunas fotos con Taylor; y Juana Viale y Gonzalo Valenzuela fueron de los primeros en irse, una hora y media después del arranque de la fiesta. Los invitados (todos con un look casual, pero con algún toque glamoroso) degustaron distintas variedades de carnes y tragos hasta la noche.

VIDA TRANQUILA. Lejos de lo que, a priori, podría imaginarse de la hija de uno de los rockeros más emblemáticos del mundo como lo es Mick Jagger, y del baterista de la banda británica que explotó en los `80, la estadía de Jade y Taylor por el Este uruguayo fue "tranquila". Un poco de shopping, algunas sesiones de masajes, paseos al aire libre, buena comida y mucho descanso. Así podría resumirse su breve paso por el balneario, que empezó el martes y culminó hoy.

Jade y Roger llegaron al Este especialmente para la fiesta. Ella recibió a los invitados en su función de hostess internacional, y él marcó el ritmo del evento con sus dj sets.

Luego de cumplir con su trabajo, el martes a la noche, bastó una cena íntima en Casa Suaya, donde se hospedaron, para luego ir a dormir.

"Roger (Taylor) es un muchacho muy tranquilo, muy sano y así lo demostró acá", contó a El País uno de sus allegados, que lo acompañó durante toda su visita.

El baterista de Duran Duran paseó por La Barra, pidió para conocer "el pueblo de pescadores de José Ignacio", donde almorzó variedades de frutos del mar en el Almacén El Palmar, y probó helado de dulce de leche en Freddo. Además, hizo compras en locales comerciales de la zona de Manantiales y una vez en el hotel, solicitó una sesión de masajes para relajarse. "Quedó encantado con el balneario y bromeó con que lo invitaran para el año que viene".

Mientras tanto, Jade estuvo más tiempo recluida en su habitación del hotel, con su marido y uno de sus hijos. Ayer, luego de descansar lo suficiente, alquiló un auto y salió de paseo por Manantiales, La Barra, hasta llegar a Punta del Este.

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