Trastornos por trombos venosos

Eduardo Casanova

Médico de UCM

Los coágulos patológicos en el interior de los vasos se llaman "trombos", y cuando migran e impactan en un vaso distante se llaman "émbolos". Los trombos se originan en la luz de las venas o en la pared de las arterias.

Los trombos venosos ocasionan trastornos obstruyendo el drenaje de sangre del sector que está por detrás, donde aumenta la presión y causa pasaje de líquido (edema) al intersticio de los tejidos, por ejemplo en las piernas, que duelen y aparecen hinchadas.

Los trombos arteriales se forman sobre lesiones arterioesclerosas de la pared. Cuando llegan a ocluir la luz, lo mismo que los émbolos, causan una falta de sangre oxigenada en el tejido que queda sin irrigación sanguínea. Ello es motivo de un infarto de ese tejido, por ejemplo en cerebro o miocardio. Los coágulos venosos desprendidos causan sobre todo infartos cerebrales y trombo-embolismo pulmonares, con o sin infarto pulmonar.

Existen mecanismos hereditarios y adquiridos que incrementan la tendencia a formar coágulos. Los primeros, poco frecuentes, se relacionan con mutaciones genéticas que causan síntesis defectuosa de proteínas como la C, S y Antitrombina III. Puede llevar a formar una fibrina patológica, o a que ésta no se degrade.

La hipertrombicidad adquirida, más frecuente, se vincula a anticuerpos antifosfolipídicos en enfermedades hepáticas, cancerosas, o autoinmunes, como el lupus.

La llamada coagulación intravascular diseminada, que se ve en patologías como la sepsis con vasculitis difusa, puede causar sangrados ulteriores por consumo masivo de factores de coagulación.

Es frecuente la trombo- sis por trastornos mecánicos que causan rémora con enlentecimiento del flujo sanguíneo, ya sea a nivel venoso o cardíaco. A nivel de la pared arterial, sobre la lesión arterioesclerosa (placa de ateroma), pueden formarse trombos. En todos los casos la trombicidad puede potenciarse por trastornos en el proceso de activación o autorregulación, ya sea para formar coágulos, o para degradarlos.

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La inmovilización prolongada lleva a formar trombos; la enfermedad varicosa, por aumento de presión, el aumento de presión venosa abdominal por obesidad, embarazo o insuficiencia cardíaca; la fibrilación auricular; los cánceres y la administración de hormonas femeninas.

Tratamiento.

Se actúa sobre el trombo, removiéndolo, por medios quirúrgicos. A nivel coronario se realiza by pass arterial o angioplastia. También se utilizan fármacos (estreptokinasa y aspirina) que coadyuvan a degradar el trombo, siguiendo con heparina y warfarina, útiles para prevenir trombosis.