El dispositivo intrauterino (DIU) tiene sus orígenes como método anticonceptivo antes de Cristo cuando mercaderes árabes introducían objetos, habitualmente piedras en el útero de las camellas durante las travesías por el desierto. Desde entonces han ido variando sus formas y constituyentes hasta convertirse actualmente en un método seguro, eficaz y accesible.
El Dr. Pablo Suaya, Profesor Adjunto de Ginecología de la Clínica Ginecotocológica B. del Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina se refirió a este método anticonceptivo que tiene gran difusión en nuestro medio.
¿Cómo actúa? Durante muchos años se pensó que el mecanismo de acción del DIU era impedir la implantación del huevo fecundado; lo que determinó su rechazo por motivos religiosos o filosóficos ya que se lo consideraba un método abortivo. Sin embargo, a partir de estudios de la década de los noventa se demostró que actúa afectando la capacidad de los gametos y del propio útero.
Hay dos tipos de DIU: los inertes, constituidos exclusivamente por polietileno (plástico) y los bioactivos que contienen metales (cobre, plata, oro) u hormonas de lenta liberación (levongestrel). Los bioactivos agregan otros mecanismos de acción a los que ya presentan los inertes.
Los DIU actúan de cuatro maneras. Todos los tipos producen una reacción inflamatoria del recubrimiento interno del útero. Además de esto, los DIU de cobre actúan como espermaticidas, es decir que "matan" a los espermatozoides y alteran el transporte del óvulo y de los espermatozoides. También modifican el moco que se encuentra en el cuello del útero dificultando el ascenso y la llegada de los espermatozoides a la cavidad uterina. Los que contienen hormonas modifican el moco y el funcionamiento del endometrio (recubrimiento interno del útero) por atrofia de las glándulas. Esto afecta la capacitación y sobrevida de los espermatozoides.
Colocación. En el momento de colocarlo la paciente no debe estar embarazada ni estar cursando una infección genital por lo que su inserción es segura durante la menstruación o en cualquier momento del ciclo si se descartó embarazo.
Se pueden colocar a las 48 horas de un aborto no infectado o luego de 30 a 40 días del parto. Se recomienda el primer control al mes de insertado y luego cada seis meses por tres a cinco años. A partir de allí se aconseja recambiarlo.
Un 2 a 7% de las pacientes pueden expulsarlo durante el primer año. Luego esta eventualidad es muy poco frecuente.
El DIU tiene unos hilos que quedan saliendo desde el cuello del útero hacia la vagina y que permitirán luego la extracción del dispositivo tirando de los mismos. Cuando no se ven los hilos en el examen con espéculo puede ser porque se han retraído hacia el canal. Es necesaria una ecografía para confirmar la ubicación del DIU en el útero. Raramente ocurren la expulsión inadvertida o la perforación uterina.
Embarazo. Los efectos anticonceptivos del DIU son reversibles. Una vez retirado más del 90% de las mujeres logran un embarazo entre los seis y doce meses posteriores.
Efectos adversos. Pueden aumentar la cantidad y o duración del sangrado menstrual. Son frecuentes los coágulos. Con los DIU hormonales sucede lo contrario; determinan escaso sangrado o aún ausencia del mismo.
Luego de la inserción del dispositivo la mujer puede presentar dolor en el bajo vientre que se supera rápidamente, aún sin analgésicos. También es posible el dolor o molestias durante la menstruación
Es probable la aparición de infección luego de la inserción. Esto explica el uso de antibióticos profilácticos. Hay también un aumento de las enfermedades de transmisión sexual, sobre todo en mujeres con factores de riesgo para las mismas.
Contraindicaciones. Actualmente la OMS plantea categorías para seleccionar a las pacientes a las cuales se les puede colocar un DIU, aquellas que tienen contraindicaciones relativas y otras contraindicaciones absolutas. Según esta clasificación la trombosis venosa, que limita el uso de anticonceptivos, no contraindica el DIU. Así mismo considera que las mujeres que no han tenido hijos podrían usar DIU.
Son contraindicaciones relativas un sangrado menstrual abundante o prolongado con anemia, paciente con VIH-SIDA o paciente con alto riesgo de Enfermedades de Transmisión sexual. La contraindicación es absoluta si la mujer tiene cáncer genital, alteraciones de la forma del útero o está cursando una infección uterina.