ALEJANDRO MENDIETA
El Programa de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino captó a través del examen de Papanicolau sólo al 18% de las mujeres uruguayas de entre 30 y 64 años, edad en la cual se desarrolla con mayor frecuencia la enfermedad.
Este cáncer se desarrolla en el cérvix o cuello del útero. Sucede cuando las células se transforman en anormales y empiezan a crecer de manera descontrolada. Es un proceso que puede tardar años.
La meta que el Ministerio de Salud Pública se dispuso alcanzar en dos años de trabajo era el 80% de ese total, es decir unas 533.000 mujeres, explicó a El País el médico ginecólogo y coordinador del programa, Guillermo Rodríguez. "Con esa cifra se logra modificar la incidencia y mortalidad por cáncer", explicó.
Sin embargo, de 667.102 mujeres en edad de riesgo, sólo se alcanzó el 18% de cobertura.
El jerarca reconoció que se está lejos de alcanzar la cobertura total, o al menos llegar hasta el 80%, pero igualmente calificó de importante el número conseguido hasta el momento: 120.405 mujeres (65.587 por Salud Pública y 54.818 por privadas).
Rodríguez explicó que el bajo porcentaje responde a que el programa absorbió una gran cantidad de recursos y fue necesaria una planificación que se publicó el año pasado.
También señaló como un problema la falta de coordinación con las Asistencias Médicas Colectivas, las cuales no siempre enviaron la información que Salud Pública requería, destacó el ginecólogo.
El MSP tiene los mecanismos para forzar el envío de esa información y aunque lo aplica, siguen sin llegar los datos "por diversos motivos de organización", dijo.
Para Salud Pública el 80% es un objetivo alcanzable ya que se tendrían que realizar 177.000 Papanicolau (o PAP) por año; unos 14.000 por mes.
"Es un número importante, pero que podemos abarcar", afirmó Rodríguez, tomando en cuenta que el laboratorio del Hospital Saint Bois tiene una productividad de 2.000 exámenes por mes; el Hospital Filtro 2.500 y la IMM 2.000.
Rodríguez dijo que entre 1994 y 2006 en Uruguay se realizaron 380.000 PAP. "Siempre anduvimos en los 30.000 anuales", dijo. Pero agregó que a diferencia de años anteriores, no se contaba con la posibilidad de control que existe ahora.
ENFERMEDAD. De transmisión sexual, es causada por algunos tipos de Virus de Papiloma Humano (VPH). Existen más de 100 tipos y alrededor de 15 son los que causan el cáncer, siendo los más peligrosos los números 16 y 18 y son los que producen las infecciones persistentes que derivan en la mortal dolencia.
El programa se basa en responder la pregunta de cómo evitar el cáncer pese a tener el virus persistente. Esa enfermedad tiene características diferentes a otros cánceres ya que no comienza como tal.
Se inicia con una serie de lesiones menores que se llaman precursoras del cáncer, como las displasias del cuello uterino y persisten muchos años en el espesor del epitelio pavimentoso del órgano femenino.
Su detección se logra a través del PAP, se diagnostica con una biopsia y luego se realiza una extirpación de una pequeña parte del cuello del útero mediante una técnica llamada "conización".
Eso se llama prevención secundaria: tratar estas lesiones para evitar que el cáncer se manifieste y la mujer muera. La otra es, lógicamente, la prevención primaria. En este caso se busca evitar la presencia del agente causante: el VPH.
La forma más efectiva es evitando el mecanismo de transmisión que es la relación sexual. Por eso las mujeres vírgenes prácticamente no tienen riesgo de contraerlo al no contraer la infección.
Papiloma en hombres: menos frecuente que en las mujeres
En el hombre el PVH es menos riesgoso que en la mujer. "El cáncer de pene tiene muy baja frecuencia", explicó el médico Guillermo Rodríguez. Inclusive las verrugas genitales en el hombre son mucho menos frecuentes que en la mujer, ya que la piel que cubre el pene es menos sensible que la piel que cubre el cuello uterino. Las verrugas en el pene del hombre se pueden detectar a simple vista o mediante la penescopía, que las hace visibles. "La técnica magnifica la zona, como si se usara una lupa gigante", agregó el especialista. Y también es más sencillo, se explicó, el tratamiento para el varón.
Se puede tratar con cremas que aumentan la respuesta inmunitaria en la zona y elimina la verruga o se pueden utilizar ácidos y aplicarlos en la zona específica. En ambos casos es fundamental el uso del preservativo durante las relaciones sexuales ya que es una enfermedad de transmisión sexual.
Y un aspecto interesante del preservativo, explicó Rodríguez, es que si bien es el método ideal para no contagiarse de otras enfermedades sexuales como el Sida, la gonorrea o la sífilis, la protección no es total para el caso del papiloma virus ya que se puede presentar en áreas que no necesariamente quedan cubiertas por el condón.
Igualmente, Rodríguez afirmó que "siempre" debe ser usado más allá de esta característica.
Más de 100 tipos de papiloma
Hay más de 100 tipos de VPH y aproximadamente 15 de ellos pueden originar células anormales del cuello uterino que pueden progresar a cáncer.
La mayoría de las mujeres que contraen VPH lo eliminan en un período entre seis y 24 meses sin enterarse de que lo han tenido.
Actualmente la vacunación puede proteger a las mujeres frente a dos de los tipos de VPH más comunes, el 16 y el 18, que son la causa de aproximadamente 2/3 de todos los cánceres de cuello uterino y de muchos resultados anormales de las citologías.
La vacuna, que es preventiva y no terapéutica, alcanza máxima protección cuando es suministrada a las mujeres antes de la primera relación sexual y se recomienda su aplicación entre los 10 y los 13 años de edad.
No hay constancia de que los tipos de VPH que puedan causar el cáncer tengan efecto en el embarazo. La paciente con este virus no tiene necesidad de alterar su cuidado obstétrico normal.
9 de cada 10 mujeres tienen resultado normales tras el PAP.
La frecuencia recomendada para el examen es de cada tres años si los resultados son normales.
48 horas antes de hacerse el examen no se deben mantener relaciones sexuales, ponerse óvulos ni realizarse irrigaciones.
Alrededor de 1 cada 10 pruebas debe repetirse por los siguientes motivos:
-Se tenga una infección que deba ser tratada antes de obtener una muestra utilizable.
-Las células cervicales en la muestra de la prueba pueden quedar ocultas por sangre o mucosidad.
-No hay suficientes células cervicales en la muestra que permitan una valoración exacta.
-La muestra no se preparó debidamente.
-La lámina de vidrio se rompió.
El laboratorio que estudia la muestra la guarda por lo menos durante 5 años, lo que permite comparar resultado actuales con otros resultados anteriores.
Toda mujer debería empezar sus exámenes luego de los 30 años y repetirlo cada tres años.
La incidencia y mortalidad por cáncer de cuello uterino en Uruguay es la más baja de América del Sur, pero está en los lugares más altos si se compara con los países desarrollados.