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Tres firmas internacionales ofertaron por el Planetario

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El viejo Spitz: se va a conservar, aunque se sustituirá el sistema actual de sujeción con cables de acero. Foto: F. Ponzetto

EL PASEO PREFERIDO DE LOS ESCOLARES

Incorporará proyectores digitales que cuestan US$ 1,2 millones y reabrirá a mediados de 2019.

La Intendencia de Montevideo conformó esta semana una comisión especial para evaluar las tres propuestas internacionales que se presentaron al llamado para la transformación del Planetario.

Las ofertas para digitalizar su funcionamiento sustituyendo el histórico proyector —el más viejo del mundo en actividad— provienen de tres importantes empresas ubicadas en Estados Unidos, Francia y Suecia. Una de estas será la que provea los proyectores, computadoras y software, a un costo cercano a los 1,2 millones de dólares.

La última función pública que dio el Planetario —si bien mantiene algunas actividades académicas— fue el 8 de diciembre del año pasado, durante la edición de Museos en La Noche. Se estima que volverá a abrir a mediados de 2019, con todas las obras e innovaciones prontas. De todos modos, ya se han hecho algunos cambios internos con personal propio, como levantar buena parte de la instalación eléctrica y retirar las butacas de la sala principal, que fueron enviadas a otras dependencias municipales como ser el Museo Blanes, el Jardín Botánico, el Zoológico y el Auditorio Canario Luna, que se encuentra en la zona donde se construye el Antel Arena.

El director del Planetario Municipal, Óscar Méndez, dijo a El País que la licitación implica proveer e instalar un nuevo sistema constituido por seis proyectores con determinadas características de iluminación y contraste, que se fabrican exclusivamente para instituciones. "Son proyectores que no son de venta al público, con 14 computadoras cuyas características están en el pliego. A su vez, se incluye una decimoquinta computadora que va a ser una estación de trabajo. Y todo el software, el lineamiento del sistema y la cúpula de proyección, que es una pantalla semiesférica", explicó.

El viejo proyector se va a conservar, aunque se sustituirá el sistema actual de sujeción con cables de acero por un elevador eléctrico, que se va a adquirir con otra licitación y será instalado seguramente por alguna empresa local de ingeniería industrial.

"Esto va a permitir que el antiguo proyector pueda ser usado en algunas oportunidades al año, pero la idea de conservar el instrumento es por motivos patrimoniales. En estos momentos hay solo tres planetarios en el mundo con sistemas similares al nuestro. Los nuevos proyectores láser, en vez de colocarse en el centro, como el actual, irán a nivel del horizonte", explicó Méndez.

El edificio del Planetario comenzó a construirse en 1953 y el proyector, de la marca Spitz, llegó a mediados de 1954 a Uruguay. La primera función se dio el 11 de febrero de 1955.

Villa Dolores: la última función pública del Planetario fue el 8 de diciembre de 2017, durante la edición de Museos en la Noche. Foto: archivo El País
La última función pública del Planetario fue el 8 de diciembre de 2017. Foto: archivo El País

Obra civil.

Todo el proyecto de recuperación del Planetario está en el entorno de los dos millones de dólares e incluye la restauración e impermeabilización de la cúpula externa. El edificio tiene en realidad dos domos, el techo que se ve por fuera y otro interior de hierro que se va a desmontar y a sustituir por uno de aluminio.

"Después se van a hacer una serie de modificaciones para adecuar el edificio a la normativa actual, instalando por ejemplo una rampa para el acceso de personas con sillas de ruedas (hay una actualmente pero no cumple con la normativa) y se va a colocar un ascensor para bajar a la planta inferior, donde funciona el Museo de Ciencias", agregó el director.

"A su vez, se va a hacer todo el proyecto de detección y prevención de incendios; se va a poner aire acondicionado y se colocarán otras butacas. El aforo disminuirá, porque las butacas nuevas, más anchas y cómodas, ocupan más lugar. La sala principal cerró el año pasado con 239 asientos y cuando reabra tendrá menos de 200", concluyó Méndez.

Más de seis décadas enseñando el cosmos

El nombre "Planetario" proviene del mismo proyector que permite reproducir el cosmos, aunque por extensión el edificio adopta la misma denominación.

El Planetario de Villa Dolores se construyó en poco tiempo. La obra comenzó en 1953 y quedó lista en un año y medio, de acuerdo al diseño del arquitecto Juan A. Scasso, quien era director del sistema de parques y áreas recreativas de Montevideo, recordado hoy por monumentales trabajos como el Estadio y su Torre de los Homenajes.

Antes, en 1952, se había fundado la Asociación de Aficionados a la Astronomía, que incidió también en la concreción del sueño. Dos años después llegó el proyector Spitz, de origen norteamericano, que fue instalado en la sala principal, Galileo Galilei, apuntando a una bóveda de 18 metros de diámetro. Cuando cerró, en diciembre del año pasado, contaba con un aforo de 239 espectadores, pero con el cambio pasará a tener menos de 200 butacas.

Ver el cielo del futuro y de la época de los dinosaurios

Óscar Méndez: el director del Planetario, contento por los cambios. Foto: archivo El País
Óscar Méndez: el director del Planetario, contento por los cambios. Foto: archivo El País

El director del Planetario Municipal, Óscar Méndez, explicó que los nuevos planetarios digitales tienen la posibilidad de proyectar "cualquier cosa que exista en el universo, desde una partícula subatómica hasta los objetos astronómicos más distantes conocidos por el ser humano".

"Y además, todo eso se mueve; uno puede accionar el tiempo y proyectar el cielo en la época de los dinosaurios o dentro de dos millones de años", indicó.

Hasta que cerró en diciembre del año pasado, asistían al Planetario entre 130 y 150 mil personas por año. La mitad correspondía a visitas de escolares y liceales, que se hacían de martes a viernes, mientras que los sábados y domingos se recibía al público en general, con acceso gratuito.

A su vez, la institución cuenta con una de las bibliotecas más completas del país en temas del espacio, tanto a nivel escolar y liceal como de profundización.

Inaugurado en 1955, fue pionero absoluto en Iberoamérica y uno de los primeros del mundo en instalarse después de la Segunda Guerra Mundial.

Nigel Wolf, primer director del Planetario de Montevideo, afirmó en esos días: "El extremo entusiasmo que está mostrando Montevideo por su planetario es arrollador. El gran interés por la ciencia y la cultura en esta ciudad ya había anticipado éxito para el planetario, ¡pero no ciertamente al punto de necesitar escuadrones de Policía montada para controlar a la multitud demandando su admisión! La reacción pública prueba que este novísimo planetario debe ser también el más popular del mundo".

El Planetario de Villa Dolores fue durante sus inicios un referente continental y reflejó la inquietud de un grupo de personas vinculadas a la astronomía, entre las que se encontraba el propio ingeniero Germán Barbato, quien no sólo era intendente de Montevideo en esa época, sino también docente de Cosmografía en Secundaria y un connotado aficionado a la Astronomía.

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