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Un niño de 12 años le escribió a Lacalle para recibir un nuevo tratamiento contra la hemofilia

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Jeremías Cotto, el niño de 12 años que le escribió al presidente Luis Lacalle Pou, fotografiado por su maestra. Foto: Luz Burgos

SARANDÍ DEL YÍ

Jeremías Cotto contó a El País que está "muy emocionado" tras hablar con el presidente, al que le escribió una carta contándole cómo es su vida y su deseo de "volver a jugar al fútbol".

"Hola, soy Jeremías Cotto, tengo 12, vivo en Sarandí del Yí", comienza la carta que envió este sábado un niño al presidente Luis Lacalle Pou, indicando que tiene hemofilia severa y que no está recibiendo un tratamiento que le permita "volver a jugar al fútbol" con sus amigos y hacer una vida "normal". 

La carta, escrita a mano por el niño duraznense, llegó al mandatario que el domingo se puso en contacto con la familia para conocer más del caso e interiorizarse sobre el tratamiento para esta enfermedad. El País informó en su edición del viernes que la hemofilia, la dificultad de la sangre para coagularse adecuadamente debido a los bajos niveles de producción de una proteína específica, afecta a unas 250 personas en Uruguay, de las cuales casi la mitad son menores de edad.

En diálogo con El País, el niño contó que está "muy emocionado" por lo que ha vivido en las últimas horas. La conversación con el presidente, la repercusión de su carta y las llamadas a lo largo de todo el día de diferentes medios para conocer su historia.

Su madre, Geovana García, dijo a El País que quería "hacer algo diferente , quería hacerle una carta al presidente". Así fue como redactó varias veces hasta que logró el texto que "más le llegó". La misiva fue enviada a un grupo de familiares con niños que tienen la enfermedad en el marco de una jornada de concientización por el Día Internacional de la Hemofilia, que se conmemora todos los 17 de abril.

"Jeremías logró el cometido, que como todo niño sueña, era llegar al presidente", dijo orgullosa su madre.

La carta comenzó a circular el sábado de tarde y el domingo cerca del mediodía Geovana recibió la llamada del presidente. "Me pareció que era su voz pero no la reconocí totalmente. Le pasé con Jeremías, y cuando le dijo que era el presidente, vi que el brillo en sus ojos decía 'estoy hablando con el presidente'".

La vida de Jeremías no es sencilla. Se debe inyectar un factor plasmático que dura en sangre de 8 a 12 horas. Después de este tiempo, "si se golpea o se hace una herida, tiene hemorragia". Este procedimiento lo debe realizar varios días a la semana.

El tratamiento que busca la familia es un factor plasmático de larga duración, sintético, que dura de 15 a 30 días. "Disminuiríamos de 200 pinchazos aproximadamente al año a 12 a 24 pinchazos, que serían subcutáneos, ni siquiera sería intravenoso". Esto, explicó la madre, le permitiría "no sangrar" y "hacer vida normal". Actualmente el tratamiento, desarrollado hace pocos años, no se encuentra en el país, agregó.

Frente a la consulta de si el presidente se comprometió a intentar solucionar esto en un plazo determinado, Geovana aclaró que "no lo hizo" y que "nosotros tampoco quisimos marcar, pedir o exigir".

"El plantó ayer la semilla en tierra fértil. Ahora es empezar a regar de a poquito. Se tienen que empezar a mover contactos. No es de hoy para mañana. No podemos decir 'mañana va a llegar esta nueva medicina' porque no va a ser así", resaltó la madre del niño, porque va a llevar "un trámite, un proceso, pero es mantener la esperanza de que eso va a llegar. Estamos seguros de que va a llegar", subrayó.

Jeremías contó en su carta que tanto él como su hermano tienen hemofilia severa."He pasado por muchos sangrados y he estado internado muchas veces. Me gusta jugar al fútbol, pero no lo puedo hacer", escribió el niño..

En cada línea, la inquietud del chico por lo que vive día a día se va haciendo más precisa. "Cuando sangro los tobillos o las rodillas voy en silla de ruedas a la escuela, porque no me gusta faltar". Con el tratamiento actual, "me pincho muchas veces mis venas al mes", graficó.

Jeremías siguió narrando que con el nuevo tratamiento no tiene que "faltar a la escuela, ni usar silla de ruedas".

"Podría jugar al fútbol. Por ahora solo puedo mirar mis amigos jugar. Por eso le escribo esta carta, Presidente, para pedirle ese factor", para él, su hermano y "todos los niños con hemofilia de Uruguay", subrayó el niño.

Después de confesar que quiere ser abogado cuando sea grande, Jeremías remató su carta de la siguiente manera: "Señor presidente, no se olvide de lo que le pido".

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