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Las dos versiones sobre el club de fútbol que Orsi quiere desalojar en Parque del Plata

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Yamandú Orsi. Foto: captura de video

CANELONES

“Nos han dicho de todo, que tenemos prostitución, drogas. Podés escuchar de nosotros lo peor. No hay una denuncia que diga algo de eso”, dice directivo.

La Intendencia de Canelones lleva adelante un juicio de desalojo contra el club Parque del Plata. El centro de la discusión es un comodato -o la falta de uno-, ya que la construcción se hizo sobre tierras que son públicas. La comuna canaria tomó la decisión de ir a la Justicia ante la falta de documentación y por la constatación de irregularidades. Por su parte, desde la institución deportiva aseguran que durante “muchos años” fueron víctimas de un “manoseo muy grande” y afirmaron que hay una “falta de ética total”.

El camino que derivó en la situación actual inició en 2016, con la idea por parte de la comuna de la instalación de un programa de fútbol infantil. Para ello, se pusieron en contacto con el club Parque del Plata para entablar un vínculo formal para desarrollar actividades en la sede de la institución. Quien era alcalde en ese entonces (2015-2020) es el actual director general de Administración de la intendencia, Pedro Irigoin. Este dijo a El País que “al principio no empezaron mal las cosas”. Pero, en determinado momento, intendencia y club empezaron a discutir por un comodato que “supuestamente existía” por 99 años.

El jerarca de la comuna canaria comentó que realizaron un “trabajo de rastreo” y que se buscó el documento en la Junta Departamental. Además, pidieron “diferentes informes y no había nada vigente ni un registro de ningún tipo”. Entonces, se planteó la posibilidad de que se genere uno, es decir, que se inicie un vínculo formal que dijera que la “intendencia de Canelones le daba al club el uso o usufructo” de las tierras donde está la sede y la cancha.

“Y ahí empezaron las dificultades: la no presentación de documentación por parte de las supuestas autoridades” y los “relatos de jugadores y socios sobre que no había elecciones” en el club. Se “empezó a entreverar el proceso porque no había voluntad de formalizar un vínculo”, dijo Irigoin. Entonces, añadió: “nos dejaron en una situación donde nosotros constatábamos irregularidades de denuncias permanentes de los vecinos, que tienen que ver con lo ilegal, y no teníamos un vínculo formal entre las personas que se decían representar el club y el club en sí mismo, ni de la vigencia de la vida activa de la institución”.

Irigoin explicó que se encontraron con que estaban hablando con “personas que no podían demostrar su vinculación formal con la institución y, entonces, la preocupación fue otra. Básicamente el formato de diálogo, a partir de eso, fue con individuos que estaban ocupando el predio y explotando las instalaciones, que sí sabíamos que las había construido el club social pero que no podíamos vincular las personas de ninguna manera con la institución. No había un acto eleccionario. No había un padrón de socios. No había absolutamente ninguna actividad más allá de un gimnasio privado que se le arrendaba y no sabemos bien de qué forma; y una cantina que también se arrendaba y tampoco tenemos claro bajo qué formato. A partir de eso, la opción que tomó la intendencia fue pedir el desalojo por la Justicia”.

Pero el presidente del club Parque del Plata, Michel Casadei, tiene una versión diferente de los hechos. El directivo aseguró a El País que, en el momento en el que hubo un acercamiento entre el club y la Intendencia de Canelones para el programa de fútbol infantil se les dijo que se iba a firmar un comodato por 25 años. Pero, a la siguiente semana, se enteraron de que iba a durar lo mismo que el primer gobierno departamental de Yamandú Orsi (2015-2020), al cual en ese entonces le quedaban dos años.

“Entendimos que no era lo más justo. En dos años nos podían decir que no lo querían renovar. Entonces, desistimos de esa propuesta porque no era lo que se había dicho”, afirmó Casadei. Y añadió: “Luego de eso estuvimos como un año y pico mal, sin comunicación y totalmente bloqueadas las dos partes. Luego nos acercamos a Irigoin. Me junté con él un lunes a las 7 de la mañana” y “me dijo que tenía la facultad de otorgar el comodato”. Pero, “cuando llegamos, nos comunican que habían decidido el desalojo”, a lo que les “dije que me parecía una tomada de pelo”.

Sobre la documentación del club, contó que la intendencia canaria “viene pidiendo hace años ver los libros” contables. Y que les contestó en “varias oportunidades” que la comuna “no es quien para solicitarlos” ya que, quien lo hace, es el Ministerio de Educación y Cultura (MEC). Asimismo, indicó que no tuvieron observaciones de la cartera y que están “tranquilos” de que tienen las “cosas bien”.

Casadei dice que hubo un robo de los libros -junto con otras cosas del club-, que se realizó una denuncia a la Policía y que reconstruyeron la información con una base de datos que poseían.

Por último, sobre las elecciones, comentó que “han estado perfectamente bien hechas”. En ese sentido, añadió: “A lo que capaz aluden es que hay personas que siguen en la directiva. Sí, pasa en todos lados. Si se presenta una lista y no se presenta otra, obviamente va a ser así. Esto es a pulmón y la persona que venga” sabe que “tiene que afrontar un montón de situaciones, tanto personales como económicas”.

Denuncias

Irigoin señaló a El País que en el lugar hubo una sede del casino de Maroñas, por lo que la institución recibió una intimación. Por su parte, Casadei indicó que hubo un cantinero que tenía maquinitas pero que se las hicieron sacar. Y añadió: “Nos han dicho de todo, que tenemos prostitución, drogas. Podés escuchar de nosotros lo peor. No hay una denuncia que diga algo de eso”.

Comuna y autoridades a diputados

El pedido de desalojo trajo repercusiones a nivel político. El diputado blanco Alfonso Lereté informó que se comunicó con su par Pedro Jisdonian para que cite a ambas partes -comuna canaria y club deportivo- a la Comisión de Deportes de la Cámara de Representantes.

El legislador, oriundo de Parque del Plata y exjugador del club, dijo a El País: “No es justo ni se merece que un intendente transitorio como el actual le quite su sede social y sabemos, además, que después seguramente le pueda retirar el estadio donde está practicando y jugando al fútbol”.

Y añadió: “No puede ser que este club, que tiene una antigüedad muy parecida a Juventud de Las Piedras y está trabajando con mucho esfuerzo, no solo no recibe un peso sino que el intendente le pone el pie arriba de la cabeza para hundirlo. Es lo que sentimos los que vivimos acá”.

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