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La historia del Graf Spee y una batalla frente a Punta del Este: fotos y el rol de Uruguay en la Segunda Guerra Mundial

La historia del buque alemán, el combate frente a Punta del Este en medio de la Segunda Guerra Mundial, las imágenes dentro del acorazado nazi y la decisión de refugiarse en Montevideo.

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En el mundo sigue habiendo interés por el acorazado alemán hundido en 1939 a siete millas de Punta Yeguas.
En el mundo sigue habiendo interés por el acorazado alemán hundido en 1939 a siete millas de Punta Yeguas.
Foto: archivo

Redacción El País.
Era diciembre de 1939 y la Segunda Guerra Mundial había iniciado de forma oficial hacía cuatro meses. El buque Graf Spee, que había zarpado poco antes del inicio de la guerra desde el puerto de Wilhemshaven (norte de Alemania) con el fin de hundir barcos mercantes enemigos en el océano Atlántico, se encontraba a 280 millas náuticas de Punta del Este.

Para ese entonces el buque alemán ya había enviado al fondo del mar nueve barcos y había tomado a sus tripulantes como prisioneros. Pese a que se conocía como un “acorazado de bolsillo” se trataba de una nave de enorme porte: 186 metros de eslora y 21,5 metros de manga. El Tratado de Versalles establecía que el desplazamiento del barco debía ser de 10.000 toneladas, se sospechaba que en realidad superaba las 16.000.

Tripulantes del Graf Spee en traje de baño
Tripulantes del Graf Spee en traje de baño
Foto: archivo

El 13 de diciembre de 1939 el buque alemán Admiral Graf Spee divisó las siluetas de tres navíos de guerra frente a Punta del Este. El capitán Hans Langsdorff interpretó que escoltaban un convoy comercial, por lo que decidió atacar.Sin embargo, se trataba de tres cruceros, el Exeter, el Ajax y el Achilles, parte de un grupo de 23 barcos encomendados por los ingleses para dar caza al Graf Spee.

Tras el primer disparo lanzado por el buque alemán, el combate se volvió despiadado. El Achilles y el Ajax eran más rápidos que el Spee, pero este dispuso del mayor alcance y calibre de sus cañones (entre ellos, seis de 280 mm y ocho de 150 mm). Los cruceros livianos contraatacaron, colocándose a ambos lados del “acorazado de bolsillo”, logrando acertarle en el casco y la cubierta. De esa forma, aunque este logró provocar graves daños al Exeter, también sufrió averías importantes.

Graf Spee boxeo

Tras el combate, el Exeter quedó prácticamente fuera de combate, además de sufrir más de 60 bajas entre muertos y heridos. El buque se retiró del combate hacia Las Malvinas.

El comandante Langsdorff ordenó luego desplegar una cortina de humo para ocultar su nave, seguramente pensando que los dos barcos enemigos que seguían en combate podían atacar con torpedos.

Después de algunas horas, el Graf Spee se dirigió hacia la costa uruguaya, perseguido por el Achilles y el Ajax. El intercambio de disparos, sin embargo, continuó durante ese día. En la tardecita el Spee se dirigió hacia Montevideo, lo cual fue interpretado como la intención de refugiarse en el puerto de un país neutral para realizar reparaciones.

Refugio en Montevideo

¿Sería el Graf Spee bienvenido en Montevideo? Si bien Uruguay había declarado su neutralidad en la guerra, en el país predominaban las simpatías hacia Francia y Gran Bretaña. Apenas parte de la pequeña colonia de ascendencia germana, más algunos grupos menores de tendencias fascistas, apoyan al régimen de Hitler.

El gobierno uruguayo designó una comisión para inspeccionar los daños y decidir sobre el tiempo que podía permanecer en puerto. La comisión abordó el buque a las 19 y permaneció dos horas.

El crucero alemán Graf Spee. Foto: Archivo El País
El crucero alemán Graf Spee.
Foto: Archivo El País

Según el capitán Hans Langsdorff, el motivo del ingreso era la necesidad de efectuar algunas reparaciones. En Montevideo se realizó el sepelio de los 36 marinos del Spee muertos durante la batalla del 13 de diciembre y varios heridos habían sido trasladados por ambulancias de la Asistencia Pública a los hospitales Militar, Italiano y Pasteur.

Varias personas hicieron el saludo nazi al paso de los féretros de los marinos del Graf Spee. Foto: Archivo El País
Varias personas hicieron el saludo nazi al paso de los féretros de los marinos del Graf Spee.
Foto: Archivo El País

Finalmente el gobierno uruguayo concedió hasta el domingo 17, a la hora 20, para que el Graf Spee completara sus reparaciones y abandonara el país. La incertidumbre crecía con lo que podía acontecer una vez que el Graf Spee zarpara de Montevideo, ya que los dos buques británicos lo esperaban en el Río de la Plata y se especulaba con que otros barcos podrían llegar a la zona para reforzar el combate.

Para ese entonces, el hecho había puesto a Uruguay en el mapa del mundo y los ojos estaban puestos en lo que podría pasar si el buque decidía no abandonar el país en el plazo estipulado.

La decisión de Langsdorff y los espectadores uruguayos

Al ver que no habría escapatoria, tras vencerse el plazo, el capitán Hans Langsdorff decidió hundir el barco frente a la costa uruguaya para evitar que cayera en manos británicas. Miles de uruguayos se acercaron a la escollera y a la rambla para ver partir al Graf Spee, presuntamente a la batalla.

Una multitud acudió a la escollera y a la rambla para ver partir al Graf Spee, presuntamente a la batalla. Foto: Archivo El País
Una multitud acudió a la escollera y a la rambla para ver partir al Graf Spee, presuntamente a la batalla.
Foto: Archivo El País

Tras navegar unas cuatro millas, el acorazado de bolsillo viró hacia el oeste y se detuvo, a la altura de Punta Yeguas. Desde la distancia se pudo ver cómo se le acercaban embarcaciones menores, a las cuales trasbordaron los últimos marinos del Spee, y en especial Langsdorff.

Langsdorff había ordenado colocar granadas, pólvora y cabezas de torpedo en distintos puntos de su barco, sincronizadas para estallar al mismo tiempo. Luego de que el último hombre abandonara el Spee -su capitán, por supuesto- corrió una cuenta regresiva de 20 minutos para alejarse de allí.

El Graf Spee ardió durante varios días luego de las explosiones dispuestas por su capitán, Hans Langsdorff, el 17 de diciembre de 1939. Pese a ello, la parte superior de su estructura siguió asomando durante algún tiempo sobre las aguas del Río de la Plata.

Aguila del Graf Spee
Águila del Graf Spee.
Foto: Archivo

En febrero de 1940, la legación alemana en Montevideo vendió los restos del barco a un particular, Julio Vega Helguera, que resultó ser testaferro de Gran Bretaña. En una operación no informada al gobierno uruguayo, los ingleses enviaron un especialista para inspeccionar el pecio, con el objetivo de acceder a algunos de sus avances técnicos. No pudieron encontrar nada que sirviera.

La empresa Regusci & Voulminot, que había rechazado reparar al Spee en diciembre de 1939, fue contratada en 1940 para su desguace. En abril de 1941, tres buzos británicos que trabajaban en la tarea quedaron atrapados en el casco al cerrarse una compuerta. Uno murió en el lugar y otro en el Hospital Británico.

El paso del tiempo fue ocultando al Spee. Lo último que sobresalió de las aguas fueron la torre de combate y la chimenea, muy escoradas. La popa se había desprendido del resto del barco con la voladura de 1939 y giró unos 120 grados al hundirse.

En marzo de 1997, el arqueólogo marino Héctor Bado coordinó el rescate de uno de los cañones del Spee, de 150 mm. Fue reparado y puesto en exhibición en el Museo Naval en Montevideo. En febrero de 2006 fue retirada de las aguas el águila de bronce que adornaba la popa del buque. Se trata de una figura de dos metros de altura, dos metros ochenta entre la punta de las alas y 400 kg de peso, con una corona de roble y una esvástica.

Producción: Luis Prats

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