Iba a colgar la ropa, pensó que agarraba una media, pero era un murciélago: mirá el video

Redacción El País
"Otro día en Parque Rodó. Aproveché mi única tarde libre de la semana para hacer los quehaceres del hogar, pero pasaron cosas. Estaba colgando ropa cuando agarré lo que creí que era una media y resultó ser un murciélago". Así comenzó su relato Agustina Centurión, una joven que vive en ese barrio de Montevideo y que, según contó a El País, terminó recibiendo cinco inyecciones para prevenir la rabia.

La joven compartió video y fotos de la experiencia que le tocó atravesar este viernes, cuando la simple tarea de lavar y colgar la ropa la terminó llevando a comunicarse con Zoonosis para luego ser derivada por el Ministerio de Salud Pública a su mutualista, donde le dieron cinco inyecciones: cuatro dosis de la vacuna antirrábica y una de inmunoglobulina.

"Llamé a Zoonosis y me dijeron que lo ponga en un frasco y lo lleve a la sede en Bulevar España. Les conté la situación y me dijeron: “¡No desesperes! Vení, traé el murciélago y acá te damos las indicaciones de lo que tenés que hacer”, contó Agustina en la red social y agregó que luego de tomarle los datos le indicaron que se dirija a la Emergencia de su mutualista para que se vacune contra la rabia, enfermedad que fue registrada en los últimos meses en murciélagos en distintos barrios de Montevideo.

El relato avanzó: "El análisis para saber si el bicho está enfermo o no demora varios días, pero mejor prevenir que curar (CURAR = MI MUERTE, pues la rabia es mortal). Me dieron el certificado y me llamaron del MSP. Además de la vacuna antirrábica, me dijeron que me tenía que dar inmonoglonulina YA. Todo muy dramático".

"Todo por un murciélago que tenía frío y buscó abrigo entre la ropa sucia, justo el único día que aprovecho las tardes para mirar el techo", finalizó su hilo la joven, que contó que es usual que estos animales sobrevuelen la zona en la que vive y que, más de una vez, alguno ha chocado contra los vidrios de su ventana en un sexto piso.

Pero esta no fue su primera experiencia con un murciélago. Agustina relató en conversación con El País que hace dos años estaba saliendo de bañarse y agarró una toalla dentro de la que también había uno. "Ahí llamé al vecino y lo sacó él. Otra vez también entró uno y lo sacó el vecino y otra vez lo saqué yo. Pero esas veces yo no sabía que existía Zoonosis, no estaba todo el tema de la rabia tan latente como ahora", relató.