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Emblemático velero se alista para el desafío de su historia

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El velero de la Armada española Juan Sebastián Elcano en la bahía de Montevideo. Foto: R. Figueredo

UNA TRAVESÍA IMPERDIBLE

El buque escuela español “Juan Sebastián Elcano” en el Puerto de Montevideo.

VEA LA FOTOGALERÍA. Foto: R. Figueredo
El buque escuela de la Armada española estará hasta hoy en el Puerto de Montevideo. Foto: G. Pérez
El capitán español Ignacio Paz García en el Puerto de Montevideo. Foto: G. Pérez
Mitos: Minerva, diosa de la estrategia, en el mascarón de proa. Foto: G. Pérez
A bordo: el timón para aprender a dar la vuelta al mundo. Foto: G. Pérez

Hace 90 años, el 1° de agosto de 1928, el buque escuela español "Juan Sebastián Elcano" iniciaba su primer crucero de instrucción que culminaría nueve meses después, tras recorrer 13 puertos del mundo, entre ellos el de Montevideo. A casi un siglo de aquella expedición, el emblemático velero de la Armada de España está nuevamente en la capital uruguaya, realizando su XC crucero de instrucción y participando como invitado en la regata internacional "Velas Latinoamérica 2018", en la que también participan buques escuela de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Uruguay y Venezuela. Hoy todos zarparán hacia Ushuaia, en el sur argentino.

La travesía completa durará cinco meses y cumplirá un recorrido de 19.300 kilómetros tocando 14 puertos, hasta llegar —el próximo 2 de septiembre— a Veracruz (México), en donde concluirá el evento.

El español "Juan Sebastián Elcano" solo acompañará la regata hasta el puerto de Callao (Perú), desde donde proseguirá de forma solitaria su crucero de instrucción.

Para el buque español, que desde su construcción ha navegado 1.745.000 millas (un equivalente a 87 vueltas al mundo) y ha pasado por 71 países y 166 puertos distintos, esta experiencia no será una más: se enfrentará con el desafío de cruzar por primera vez el Cabo de Hornos, uno de los enclaves marítimos más peligrosos del mundo. Ubicado en el límite austral del continente, el lugar ha sido testigo de cerca de 800 naufragios y miles de muertes a causa de sus turbulentas aguas.

"Hemos cruzado de Atlántico a Pacífico en 14 ocasiones, pero esta vez no lo haremos por el Estrecho de Magallanes co-mo antes, sino por el Cabo de Hornos. Todo depende de las condiciones climáticas", explicó a El País el Capitán de Navío Ignacio Paz García, comandante de la embarcación española.

Será un viaje extraordinario, porque "navegar y doblar en esa zona no es tarea sencilla y menos en esta época del año. En el otoño austral, que es cuando vamos a cruzar, las borrascas, las tormentas, el mal tiempo, el viento fuerte y la baja presión, son más frecuentes y intensos", indicó el comandante, que invitó a El País a visitar las instalaciones mientras permanecía en el muelle del Puerto de Montevideo, junto a los otros imponentes veleros que participan en la regata.

Para estudiar el cruce, los comandantes de todas las embarcaciones se reunirán en Ushuaia, y junto a expertos de Argentina y Chile que han cruzado varias veces por esa zona, realizarán la planificación de la navegación.

"El barco tiene que estar preparado para cruzar de forma segura. Si yo, como comandante, veo que se puede comprometer la seguridad del barco, y lo más importante, de mi dotación, atravesaremos Tierra del Fuego por el Estrecho de Magallanes y seguiremos lo más felices nuestro crucero de instrucción", aseguró el comandante.

Hay otras embarcaciones de la Armada española que ya han hecho la travesía por el Cabo de Hornos y los buques escuela de Argentina y Chile la han hecho varias veces. A pesar de esos antecedentes, el capitán Paz García prefiere ir con cuidado y tomar todos los recaudos.

Además del velero español, habrá otras embarcaciones que participan de la regata internacional que cruzarán el enclave por primera vez.

Formando oficiales.

El buque escuela español —de 113 metros de eslora y 13 de manga— cuenta con una dotación de 235 personas, de las cuales 30 son mujeres: hay 170 oficiales, suboficiales y militares, 61 guardiamarinas más un profesor y dos maestros civiles.

El propósito del crucero es contribuir a la formación integral (militar, marinera, técnica, cultural, humana y física) de los alumnos embarcados, mediante la instrucción y el adiestramiento en el mar y en puerto.

Durante la travesía de seis meses, la embarcación pasa a transformarse en una miniciudad, que funciona las 24 horas, los 7 días de la semana. En cada jornada los tripulantes desempeñan distintas tareas.

"No solo reciben clases sino que participan en todas las actividades del barco", sostuvo Paz García. Algunos se encargan de realizar las maniobras, mantener las máquinas, los generadores, los equipos auxiliares y los servicios de comunicación, mientras otros se encargan del área de cocina, lavandería y la limpieza, entre otras tareas.

"Cada uno tiene su cometido y para que el barco pueda funcionar las 24 horas del día hay guardias: un tercio del barco debe estar permanentemente activo, pronto para reaccionar en caso de que surja algún problema", explicó Paz García.

Temporal.

El "Juan Sebastián Elcano" zarpó del puerto de Cádiz el 11 de febrero para su viaje de instrucción, y hasta el momento no han tenido mayores inconvenientes, solo algunas tormentas en ciertas zonas, entre ellas Uruguay.

"A la salida de Canarias cuando comenzamos el tránsito hacia Río de Janeiro, tuvimos un temporal intenso de 7 días que fue exigente con el barco. También entre Punta del Este y Montevideo, en un tránsito nocturno de 12 horas, nos agarró una sudestada típica de esta zona, con vientos de 50 nudos. En esos casos toca apretar los dientes y trabajar todos muy concentrados", explicó.

En primera persona.

En 1989, el actual comandante del buque escuela español era uno de los guardiamarinas que tomaban parte del crucero de instrucción. Recuerda como si fuera hoy la experiencia. "Ningún marino olvida el recorrido que realizó", asegura. Habían partido desde Cádiz y siguieron por Las Palmas, Costa de Marfil, Río de Janeiro, el Caribe, Londres y Hamburgo hasta regresar a Marín, en la provincia gallega de Pontevedra.

"La experiencia fue maravillosa, tanto en lo profesional como en lo humano. Realicé el crucero de instrucción hace 29 años y a pesar de que a lo largo del tiempo ha habido algunos cambios, la esencia del barco sigue igual",

Cada vez que el barco es sometido a reformas —como ocurrió el año pasado— la premisa fundamental es mantener el diseño y las formas originales.

"Han cambiado los sistemas de navegación, son más seguros, así como los equipos de la cocina, con hornos y frigoríficos modernos, o los nuevos sistemas de propulsión y de generación eléctrica. Pero cuando he vuelto al barco, en julio del año pasado como comandante, me pareció que seguía igual y recordé mis vivencias como guardiamarina: de mucho compañerismo, de momentos intensos en la mar y de mucho trabajo en cubierta pero muy gratificante", dijo Paz García.

En 1928, cuando comenzó a navegar, había que llevar animales vivos en cubierta porque no existían cámaras frigoríficas que pudieran mantener los alimentos por períodos prolongados. "Se los sacrificaba en el barco para poder alimentarse. Primero eran animales grandes, luego comenzaron a llevar aves de corral. Eso ha quedado muy atrás. Sí lo vivió la generación de mi padre", contó el capitán.

La vuelta al mundo en un velero que hace escuela

El buque escuela español Juan Sebastián Elcano visitó Montevideo por última vez en 2015 y en 90 años hizo 14 escalas en la bahía de la capital uruguaya.

La embarcación, que lleva el nombre del marino español que concluyó la primera vuelta al mundo en 1522, realizará la misma aventura en los próximos años.

"Será en alguno de los cruceros de instrucción entre 2019 y 2022, período en el que están previstas las conmemoraciones por los 500 años desde que un buque completó la primera vuelta al mundo. Nosotros tendremos un papel importante en esas celebraciones", dijo el actual comandante, Ignacio Paz García. En la lista de los guardiamarinas que embarcaron en el velero escuela a lo largo de su historia figuran, por ejemplo, el rey Juan Carlos I, (en 1958) y el rey Felipe VI (en 1987).

Primeras olas de un velero con abolengo

El velero Juan Sebastián de Elcano fue botado en Cádiz, España, el 5 de marzo de 1927, siendo su madrina Carmen Primo de Rivera, hija de Miguel Primo de Rivera. El primer nombre que recibió el barco fue Minerva, diosa de la estrategia militar que aparece en el mascarón de proa.

Pero el velero fue rebautizado por un decreto de Alfonso XIII el 17 de abril de 1925, a pedido de Primo de Rivera y Horacio Echevarrieta, dueño de los astilleros en donde se construyó.

Su primera travesía fue de Cádiz a Málaga, con el rey Alfonso XIII a bordo, un viaje con escalas en los puertos de Cádiz y Málaga que supuso el ensayo general antes de efectuar la primera circunnavegación, recalando en Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife.

Del 18 de abril al 15 de julio de 1928 el barco recorrió 5.769 millas. Y de inmediato llegó su primer crucero de instrucción, que consistió en dar la vuelta al mundo en dirección opuesta a la que tomó el navegante que le dio nombre.

El capitán de fragata Manuel de Mendívil, entre el 1° de agosto de 1928 y el 29 de mayo de 1929, lo condujo a varios puertos, entre ellos, Montevideo. Al regreso de su primer viaje y tras los diagnósticos oportunos, se supieron las virtudes y defectos del barco. Por eso, desde 1930 se le cambió el motor, se construyeron los pañoles en el sollado de proa y los tanques de agua se trasladaron de la toldilla a proa.

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