El director nacional de Educación es uno de los principales impulsores de la Universidad de la Educación (UNED), un proyecto que naufragó en la última década pero que el oficialismo busca concretar pese a las críticas de la oposición, sobre todo por diferencias en la gobernanza.
Gabriel Quirici habló en entrevista con El País sobre la “oportunidad” de crear una nueva institución, con rango universitario para la formación docente. El jerarca del MEC descartó que la iniciativa sea en “detrimento” de la Udelar, y que insumiría “muy poco” presupuesto.
-¿Por qué el MEC no envió aún el proyecto de ley de la Universidad de la Educación (UNED) al Parlamento que anunció hace cuatro meses?
-Se generó un proyecto de base para que ahora, luego de la discusión presupuestal, ingrese al Parlamento para que sea de los primeros proyectos en agenda para la conversación entre los diferentes partidos políticos el año próximo.
-No parece que puedan alcanzar la mayoría política necesaria para aprobarla...
-El país está en condiciones, y el Parlamento es la mejor caja de resonancia de esto, de tener una discusión de futuro para tener una tercera universidad pública en la formación en educación. La oportunidad que está en discusión no es solo un tema de la gobernanza. Hacemos una apuesta muy sencilla y simple con la tradición histórica de una gobernanza con autonomía y cogobierno, pero también existen posibilidades de articular nuevos formatos.
-¿Podría tener una gobernanza como la de UTEC?
-O la del Consejo de Formación y Educación (CFE), que tiene un representante docente, uno estudiantil y otros elegidos por el gobierno. Si hay una discusión madura, va a haber espacio para ser creativos y poder tener una gobernanza en donde las didácticas o pedagogías vinculadas a elementos clave para los docentes tengan un espacio de elección de sus representantes. No hay por qué copiar el modelo Udelar, UTEC o CFE. Quizás encontremos otro.
-¿Por qué es necesaria la UNED en este contexto?
-Supondría una posibilidad de que la experiencia de formación de maestros y profesores esté bien actualizada. Cuando pensamos en un sistema universitario, los estudiantes, además de tener su materia y dar parciales, empiezan a investigar, participan de congresos y pasan a ser parte de un sistema de creditización donde eso que estudió puede servir para hacer un posgrado. La formación docente tiene muchos elementos de alto nivel académico pero no siempre el sistema actual, por la rigidez que tiene, permite a sus estudiantes transitar estas otras cosas. Si lo convertimos en universidad, habría otra dinámica sin mayores costos.
-¿Su costo no es un nudo?
-No, el nudo actual es que el CFE anterior tenía déficit porque tenía un programa desmedido. Con la estructura actual de los centros, y con una interfaz sinérgica con la Udelar y UTEC, la UNED no representaría un costo, al revés. Capaz que en 2026 o 2027, con buena conversación política, y sin estar en detalles de chicana, tenemos elementos suficientes para crear una tercera universidad pública, con aportes de todos los partidos y todos los territorios.
-¿Qué presupuesto anual tendría la UNED?
-Muy poco, por lo que tengo entendido, unos $ 100 millones por año. No es una cifra alta. La creación de la UNED no es en absoluto en detrimento del presupuesto de la Universidad de la República. Es más, la nueva universidad sería en algunos aspectos un complemento positivo para Udelar, en tanto muchos estudiantes que absorbe en la primera generación, que es la más masiva, podrían estar teniendo estudios universitarios en otros centros descentralizados. Y si tenemos un ciclo básico terciario común, también podrían elegir carreras que estén en sus zonas.
-¿Cómo funcionaría el ciclo básico común que propone?
-Por ejemplo, alguien puede tomar materias en el Instituto de Formación Docente (IFD) de Carmelo, o en la sede de Udelar de Paysandú. De repente, luego se dio cuenta que no es la carrera que iba a hacer, pero esa base le permite después decir, tengo tantos créditos puedo terminar abogacía, por ejemplo, o me voy a estudiar a otro lugar.
-¿Se busca evitar la deserción a nivel universitario?
-Yo lo diría al revés, fomentar la continuidad. Hay una acumulación de conversación, producción académica y experiencias muy buenas en la posibilidad de un sistema integrado educativo terciario. Como país tenemos que empezar a pensar a tener verdaderamente un sistema terciario universitario público descentralizado.
-Se ha cuestionado desde la oposición política que las universidades pedagógicas están atrasadas…
-No estamos planteando una universidad pedagógica, sino una universidad de la educación, porque en Uruguay tenemos una sólida tradición de formación en educación de maestras, profesores y educadores sociales. Con la estructura que tenemos, sin mayores gastos, pero con un cambio de la dinámica en clave universitaria, eso sería un plus. No de gastos, sino de inversión cultural del país, para estar a tiro con lo que pasa en los países más desarrollados.
-¿El MEC recibió solicitudes de universidades extranjeras para instalarse aquí?
-No. Lo que se planteó en la delegación del Poder Ejecutivo en Estados Unidos (en setiembre) fue una fundación que tiene sede en una universidad de Florida pueda dar charlas en el verano. Pero no hay ningún proyecto de instalación de una universidad.
-¿El proyecto de reforma previsto para la Biblioteca Nacional lo convence?
-Quizá dentro de un par de años nos acordemos de la anécdota del cierre, pero estemos valorando la reapertura. Hay un equipo muy valioso detrás. Espero que lo que fue un sinsabor en mayo sea un factor de celebración común en un par de años, quizás en 2028 cuando se inaugure.