Obstrucción
Cuando existe una obstrucción por debajo de la vejiga, en el inicio de la micción el niño esboza cierto titubeo. En casos de obstrucciones a nivel de la vejiga el chorro de orina es delgado, con poca fuerza, con goteo continuo. Las imágenes radiológicas muestran dilatación de la vejiga, irregularidades en su pared y reflujo ureteral. En algunos casos en la vejiga neurógena (la vejiga no se contrae por parálisis muscular) existe una incapacidad para la retención de orina (incontinencia), y se orina por rebosamiento en goteo con constante orina residual en la vejiga. En las obstrucciones por encima de la vejiga pueden faltar todos los síntomas referidos, expresándose sólo por la evacuación esporádica de grandes cantidades de orina coincidente con el vaciamiento de un uréter distendido o de una hidronefrosis. A veces causan dolores abdominales vagos en forma de cólicos referidos a la región renal, pudiendo palparse tumoraciones fluctuantes en ese lugar.
Infección
Los lactantes suelen tener fiebre acompañada de escalofríos sin un foco evidente. En la orina se observa pus (piocituria), sangre (hematuria) y alto nivel bacteriano (bacteriuria) en forma intermitente o persistente. Existe malestar general con pérdida de apetito que lleva a la desnutrición.
Insuficiencia renal
Si no se revierte el proceso, se llegará en forma progresiva a la insuficiencia renal con un cuadro más grave que cursa con aumento de la urea en sangre, y que puede asociar cifras elevadas de presión sanguínea. La sospecha de una malformación congénita de las vías urinarias debe motivar un examen urológico completo, desde la observación del chorro de orina al análisis de orina, de urea y creatinina en sangre y, fundamentalmente, a los estudios de imágenes por ecografía y rayos X.