EDUARDO BARRENECHE
La crisis carcelaria no cesa: el senador del MPP Víctor Vaillant y el comisionado carcelario, Álvaro Garcé negociaron anoche con presos del Penal de Libertad la entrega de dos armas de fuego. El miércoles, un recluso murió en una pelea en Comcar.
Los encarcelados que entregaron un revólver y una pistola 9 milímetros a Vaillant y a Garcé son Luis Alberto Suárez Correa, alias "El Betito" y su hermano Pablo, según fuentes policiales. A cambio de la entrega de esas armas, los dos reclusos se ampararán en un régimen especial de protección y serán alojados en otra cárcel.
El "Betito" y su hermano son delincuentes considerados peligrosos. Un resumen del prontuario del "Betito" indica que creó y llevó adelante la llamada "superbanda" que cometió una docena de copamientos y atracos a restaurantes, agencias de pagos, distribuidoras y supermercados.
A las 16.30 horas de ayer, el senador Vaillant y Garcé se trasladaron en forma inmediata desde Montevideo hacia el Penal de Libertad tras recibir información acerca de que un recluso tenía armas de fuego en su poder. Cerca de las 19 horas, dialogaron con autoridades del Penal de Libertad para transmitirles la información recibida.
El legislador frenteamplista dijo a El País que, luego de la reunión con las autoridades del penal, se dirigieron hacia el celdario para mantener una entrevista con los reclusos.
En Cárcel Central, Marcelo Roldán, "El Pelado", se hizo cortes en los brazos.
Un informe técnico señala que es un enfermo psiquiátrico que padece de doble personalidad. Está siendo tratado por esa condición. Hace dos semanas consiguió su traslado desde la cárcel de La Tablada a los gritos, amenazando con matarse y con hacer "denuncias".
En Colonia, la Policía buscaba ayer al recluso Néstor Javier Silvia Fernández, alias "El Caballo", quien se fugó de la cárcel departamental.
CRíTICAS. En el marco del clima crítico que padecen los dos principales penales del país, Garcé dijo ayer a El País que contaba con "información general" acerca de que actos de corrupción de guardias permitían el ingreso de armas en el Penal de Libertad. "Una serie de episodios violentos en esta cárcel demuestran la existencia de armas. Hubo reclusos heridos por disparos y `cortes` carcelarios", expresó.
Para Garcé, las armas de fuego son difíciles de ingresar en un penal de alta seguridad como Libertad si "no hay algún tipo de colaboración" de la guardia. Sin embargo, admitió que "no he recibido" ninguna denuncia concreta por actos de corrupción. Sí, agregó, "me transmitieron denuncias informales o referencias generales sobre la existencia de corrupción" en la guardia del penal.
El comisionado penitenciario reconoció que entre los presos priman los códigos carcelarios que obligan a los penados a mantener reserva o son ultimados por compañeros de prisión.
Según guardiacárceles consultados, la mayoría de las armas y las drogas son ingresadas por las visitas a reclusos. Los penales uruguayos, agregaron, carecen de Rayos X para inspección genital de visitas sin necesidad de contacto físico.
DIFICULTADES. El director de Cárceles, Julián Rodríguez dijo a El País que los incidentes ocurridos en los últimos días en el Comcar se deben al hacinamiento. Esta cárcel, agregó, fue construida para albergar 1.200 reclusos y en este momento cuenta con unos 3.100. El miércoles falleció un recluso herido en una pelea.
El Penal de Libertad fue habilitado para 160 reclusos. Pero aloja a 500. La mayoría está en celdas individuales de seguridad. El problema del hacinamiento se agrava por la falta de guardias. En el Comcar, por ejemplo, tres agentes custodian un módulo con 600 presos.
Según fuentes de la guardia de Libertad, los policías cumplen horarios de trabajo "inhumanos": guardias de hasta 18 horas y llegan a estar 21 días separados de su familia. Trabajan una semana en el Penal, otra hacen servicio 222 y al finalizar la tercera semana en la cárcel regresan a su hogar. Ocho de cada 10 guardias son divorciados y tiene retenciones judiciales de sus haberes. Un porcentaje alto vive en asentamientos de Montevideo o en la periferias de ciudades del interior.
Comisionado: Ingresar armas a un penal no es fácil "si no hay algún tipo de colaboración"
12 policías presos por corrupción
En el último año, el Departamento de Información Penitenciaria (DIAP) atrapó a 12 agentes que entraban armas de fuego o drogas a recintos penitenciarios, según fuentes policiales. Inclusive, una profesional es investigada ahora por intentar introducir marihuana a una cárcel. Los presos ofrecen a los guardias un 30% de la venta de la droga o $ 1.500 por cada paquete de estupefacientes. El ingreso de un arma por un guardia cuesta entre U$S 750 y
U$S 1.500 y un celular, U$S 300. En un año, la Policía incautó dentro de las cárceles 233 celulares, cientos de "cortes" y 21 armas.