Estudio demostró que un 68% de hombres que quisieron tener un hijo tras el cáncer lograron embarazo espontáneo

Entre los encuestados, el cáncer testicular fue el más frecuente (64%) y solo el 12% tenía hijos al momento del diagnóstico. Buscan alternativas de criopreservación para pacientes fuera de la capital.

Paciente en consulta
Hombre en consulta médica.
Foto: Archivo.

A un año de la modificación de la Ley de Reproducción Humana Asistida para que el Fondo Nacional de Recursos (FNR) cubra las técnicas de criopreservación de gametos a todo paciente oncológico en edad reproductiva, científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República presentaron el primer estudio que evalúa los resultados reproductivos de hombres sobrevivientes de cáncer en nuestro país y la región. “Una vez que hayan pasado varios años de cobertura tendremos más datos; es un recurso que se va a utilizar muchísimo más”, adelantó Dana Kimelman, experta en oncofertilidad e integrante de la Clínica Ginecotocológica “B”.

Esta especialista y Rossana Sapiro, investigadora de la Unidad Académica Histología y Embriología, lideraron una encuesta a hombres sobrevivientes de cáncer que criopreservaron semen entre 1985 y 2021 y que recientemente publicaron en Frontiers in Cell and Developmental Biology.

En total, 135 hombres, con un edad promedio de 28,8 años, participaron de la encuesta. Esta reveló que el cáncer testicular fue el más frecuente (64%) -es el tipo de cáncer más común en la población joven masculina- y solo el 12% tenía hijos al momento del diagnóstico. Entre los sobrevivientes, el 50% intentó concebir después del tratamiento oncológico y el 68% logró un embarazo espontáneo. Entre aquellos que no lograron la concepción natural y utilizaron sus muestras de semen criopreservadas, el 45% logró el embarazo con su pareja.

Los riesgos

El 6% de los diagnósticos de cáncer masculino en Uruguay ocurre en pacientes menores de 40 años. Los avances en el diagnóstico y en el tratamiento han mejorado las tasas de supervivencia; sin embargo, las terapias pueden tener un impacto negativo en su fertilidad futura.

La gonadotoxicidad se divide en cuatro grupos: riesgo alto, riesgo moderado, riesgo bajo y riesgo desconocido. El efecto dependerá de las dosis, la edad del paciente y el estado de fertilidad previo. No hay riesgo cero. En el caso de una radioterapia, dosis bajas de radiación como 0,1 y 1,2 Gy pueden afectar negativamente la espermatogénesis (proceso de formación de las células sexuales masculinas); dosis superiores a 4 Gy pueden causar azoospermia permanente (ausencia total de espermatozoides tras la eyaculación).

“La infertilidad posterior no es una certeza, es una posibilidad. La idea es que las estrategias de preservación sean preventivas”, dijo Kimelman.

Dentro de las estrategias de preservación de la fertilidad masculina, la criopreservación de semen es la técnica estándar. Esta debe realizarse antes de iniciar cualquier tratamiento oncológico, por lo que la experta reclama que las derivaciones sean oportunas. “El cáncer de testículo siempre se consideró como una urgencia; es decir, que el paciente sea operado a la mayor brevedad posible. La realidad es que se puede contemplar un plazo de una semana para que los pacientes puedan guardar su semen antes de ser operados”, explicó.

Pero aquí ella ve “una barrera importante” de carácter nacional que persiste aunque el costo de la criopreservación sea cubierta por el FNR. “La distancia (y los costos asociados a un traslado hacia Montevideo) está entre los motivos por los que los pacientes dicen que no”, apuntó. Y agregó: “No tenemos la posibilidad de que una persona que está en Artigas pueda guardar semen allí y trasladar la muestra a Montevideo sin que tenga que venir”.

En este sentido, Kimelman dijo a El País que hay algunos proyectos de investigación en desarrollo para ofrecer alterativas para que los pacientes que no puedan viajar a la capital puedan igualmente acceder a la criopreservación en condiciones de calidad.

“Los pacientes deberían poder tener el número de hijos que quieren tener. Vencimos la barrera económica al conseguir la cobertura del FNR pero necesitamos seguir educando al personal de salud y mejorar las posibilidades para aquellos que están alejados de Montevideo”, dijo.

análisis posteriores

Semen congelado de calidad

A los pacientes incluidos en el estudio Fertility preservation in male cancer patients. Counseling and reproductive outcomes se les solicitó un análisis de semen en el momento de la criopreservación para evaluar la concentración de espermatozoides, la motilidad progresiva y total, la vitalidad y la morfología de los espermatozoides.

A los 12 hombres que requirieron la muestra para someterla a técnicas de reproducción asistida también se les evaluó la concentración y motilidad espermática post criopreservación; es decir, luego de haber superado el cáncer que los obligó a conservar su semen para si en un futuro querían tener un hijo. Y solo un hombre de este conjunto no tenía espermatozoides móviles después de la descongelación, dato que de todas forma no es considerado significativo por los investigadores a cargo de este estudio.

Todos los pacientes que pretendían utilizar las muestras criopreservadas finalizaron su tratamiento contra el cáncer más de 12 meses antes.

En julio del año pasado se produjo una modificación a la normativa que regula las tecnologías de reproducción asistida (la Ley N°19.167). Esta reforma establece que el Estado ahora está obligado a brindar cobertura financiera para los tratamientos de criopreservación de gametos a todos los pacientes con cáncer pospuberal que tengan menos de 40 años de edad.

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