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Descienden los contagios de covid-19 a un ritmo menor del esperado: ¿cuáles son las razones?

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Vacunación contra el coronavirus. Foto: Estefanía Leal
Vacunacion contra el Covid19 en vacunatorio del Hospital Pereira Rossell para combatir la pandemia de coronavirus Sars Cov 2 en Uruguay con la vacuna Coronavac de Sinovac, en Montevideo, ND 20210402, foto Estefania Leal - Archivo El Pais, personal de salud prepara dosis de vacuna contra coronavirus
Estefania Leal/Archivo El Pais

LA MARCHA DE LA PANDEMIA

Los expertos sostiene que una de las razones es el criterio de testeo que se mantiene; el 99% de lo que circula es la cepa ómicron.

Cuando comenzó la escalada de casos nuevos de covid-19 en Uruguay, tanto las autoridades como los científicos mencionaron que el descenso sería tan rápido como la suba, pero eso no es lo que se está viendo ahora. A pesar de que los expertos están de acuerdo en que terminó la “fase ascendente” de ómicron, la caída estaría demorando más de lo esperado y hay una meseta que se mantiene.

En cuanto al aumento de casos nuevos, el quiebre en la tendencia parece haber sucedido el 22 de enero, a pesar de que pico se suscitó el 28 de ese mes cuando se registró un total de 13.625 contagios en 24 horas. En los fallecidos y los casos graves el comienzo del descenso ocurrió en febrero y eso se explica por un “desfasaje natural”, explica el presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI), Julio Pontet, entre positivos, pacientes en CTI y muertes.

“Los que dan positivo y terminarán haciendo una forma grave de la enfermedad se ven entre el día ocho y el 12 en un CTI, por lo tanto, el desfasaje entre los indicadores es de entre una y dos semanas”, explicó.

Precisamente hoy, 15 de febrero, es el día en el que el ministro Daniel Salinas dijo que Uruguay comenzaría a experimentarse una caída. Esa fecha parece haberse adelantado, pero el descenso en los casos no tiene la misma velocidad que tuvo el incremento. “Los dos ejemplos paradigmáticos que comenzaron antes y que hay que estudiar son Sudáfrica y el Reino Unido. Ellos tuvieron una gran ola, que más que ola llamaron tsunami, y después a los 45 días bajó”, dijo el jerarca.

En cuanto a la tendencia al descenso que ya se registra, el virólogo e investigador del Instituto Pasteur, Gonzalo Moratorio, dijo este domingo en entrevista con El País que después de ómicron “se viene” el sublinaje denominado BA.2, que es “prima hermana” de esa variante. Moratorio señaló: “Por ahora solo hay datos preliminares de países nórdicos y en estos se vio que, luego de la bajada de casos de ómicron, este sublinaje ha hecho que se genere una meseta que no se asocia con mayor cantidad de hospitalizaciones ni ingresos a CTI. Por lo tanto, la BA.2 (también) parece ser más leve que otras variantes anteriores”.

El virólogo Santiago Mirazo, en tanto, explicó que “es posible” que esta derivada de ómicron “esté jugando su rol” en que la baja no sea tan pronunciada, sino que se esté generando una meseta, pero aclaró que esto “es hipotético”. Mirazo cree que hoy Uruguay “solamente tiene ómicron, porque según lo que se vio a nivel mundial aumentan los casos, pero parece ser más sensible a las vacunas y es posible neutralizarla mejor”.

El último informe del Grupo de Trabajo Interinstitucional (GTI) dio a conocer que el 99% de los casos que hoy circulan en Uruguay son por la variante ómicron y hay “muy pocos” casos de delta. En tanto, no hay señales aún de BA.2.

“Todavía no hemos encontrado nada de BA.2, pero tenemos las capacidades como para detectarla específicamente cuando circule”, explicó el director del Laboratorio de Genética Microbiana del Instituto Pasteur, Gregorio Iraola. Según explica, además, ómicron “fue ganando territorio” tal como sucedió anteriormente con las variantes gamma (p.1) y delta.

Aunque “no se puede asegurar que BA.2 no esté presente hoy”, indicó Iraola, “sí es cierto que en el informe actualizado la semana pasada no se encontró”. El científico, en tanto, dijo que “es complejo” explicar por qué la baja de casos no se da con la misma velocidad que se dio el incremento, e indicó: “Puede haber factores internos vinculados a las características de la población, la movilidad u otros indicadores sociales”.

Según Iraola, a fines de febrero “seguro vamos a estar con menos casos diarios que ahora” y “la meseta de estos días no se va a mantener mucho más”. Consultado acerca de cuándo se podrá hablar del final de la ola, el científico dijo que eso ocurrirá “cuando llegue a niveles menores de 200 o 300 casos por día” y “cuando la forma de la curva que lo indique.”

A pesar de que la BA.2 es prevalente en muchos países, en comparación con ómicron aún es baja la cantidad de pacientes infectados con esta nueva forma del virus. Hace algunas semanas Argentina reportó el primer caso de la BA.2 en una persona que había retornado de Uruguay una semana antes de dar positivo. El Ministerio de Salud de la vecina orilla informó que el hombre regresó a su país el 12 de enero y el 19 dio positivo para covid-19. El comunicado menciona que la persona cursó la enfermedad de manera leve.

A partir de esto, Iraola dijo que los científicos esperaban “encontrar la BA.2” en el último muestreo de variantes realizado la semana pasada, pero no fue así.

Sesgo por el testeo.

Según el virólogo Mirazo es “esperable” que los casos continúen bajando y, al igual que Iraola, cree que “la velocidad de esa bajada va a depender de factores sociales además de biológicos”. “Ya empezó a bajar y hay una clara diferencia, pero también bajó la cantidad de test diarios y eso puede dar una sensación de descenso que no es real porque cambiamos el criterio”, indicó Mirazo.

Durante los primeros días de enero el Ministerio de Salud Pública (MSP) emitió una ordenanza que decretó que solamente es necesario que las personas con síntomas sospechosos de covid-19 se realicen hisopados. De esta manera, todos los asintomáticos con un contacto estrecho dejaron de contabilizarse en las cifras.

A partir de esto, según Mirazo, se entró en una lógica por la cual los números de positivos “dependen de la cantidad de testeos” a personas sintomáticas que se hagan, y no de cuántos infectados hay en realidad.

Diagnosticar por síntomas “no está mal”

A medida que la ola causada por la variante ómicron genera un descenso en los contagios, los expertos se convencen cada vez más de que esta forma de covid-19 es verdaderamente leve y de que las únicas personas que están en riesgo de enfermarse gravemente son aquellas que prefirieron no recibir las dosis de la vacuna o tienen algún tipo de comorbilidad previa.

En este sentido, según la infectóloga Susana Cabrera, diagnosticar que una persona está infectada con el virus a partir de su cuadro clínico “no está mal” y “vamos hacia ahí”. “Al principio, cuando cambiaron los criterios del testo, me parecía un poco imprudente no testear asintomáticos, pero ahora, considerando que la letalidad solamente se asocia a las personas vulnerables, creo que tiene sentido utilizar el diagnóstico clínico si no aparece otra variante porque tendríamos que asumir que el virus ya está entre nosotros y cualquiera con los síntomas podría ser positivo”, indicó.

Cabrera cree que es necesario “centrar el cuidado en las personas vulnerables” y dejar el resto de los diagnósticos “más libres, tal como pasa con la gripe u otras enfermedades respiratorias”. Hoy los síntomas de covid más comunes son el dolor de garganta y la cefalea, según la infectóloga.

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