Sebastián Ríos | La nación
El robot forma parte de una nueva generación de tecnología aplicada a la medicina, que ofrece nuevas posibilidades diagnósticas y terapéuticas, entre las que se cuentan, por ejemplo, modernos equipos de imágenes o dispositivos de cirugía ocular.
En el caso del Da Vinci, explicó el doctor Oscar Damia, coordinador general de cirugía robótica del Hospital Italiano, éste será utilizado en urología (de adultos y pediátrica), y en menor medida en afecciones de la vejiga. Sin embargo, el campo de acción de la cirugía robótica se encuentra en expansión en todo el mundo, ya que hoy son 860 los robots en funcionamiento (en Sudamérica hay sólo cinco: dos en Brasil y dos en Venezuela, además del instalado en el Italiano).
"Se empezó a usar para ablación de próstata, en trasplantes renales y para cáncer de riñón, pero luego otras especialidades comenzaron a ver la utilidad de su alta precisión -contó Damia. Permite realizar cirugías menos agresivas, con menor analgesia y que casi no requieren transfusiones. Es así como hoy se usa en ginecología, para distintos tipos de cáncer, en cirugía general para hernias de esófago, en cirugía bariátrica para hacer bypasses e incluso en cardiología." En cuanto a las cinco cirugías realizadas con el Da Vinci en el Italiano, comentó el doctor Carlos Giudice, de la Sección Oncología Prostática, "todas fueron prostatectomías radicales, que sigue siendo la principal indicación del Da Vinci." Vale recordar que si bien este es el primer Da Vinci instalado en Argentina, la primera cirugía robótica realizada en ese país fue en 2005, en el 76° Congreso Argentino de Cirugía, que contó con la visita del robot.
MÁS TECNOLOGÍA. Así como el Da Vinci del Hospital Italiano es el primer sistema quirúrgico robótico de Argentina, la Clínica Adventista de Belgrano ha sido la primera (no sólo en ese país, sino también en Iberoamérica) en adquirir un sistema de resonancia magnética intraoperatoria en neurocirugía o Remain. Su costo fue de un millón de dólares, pero la adaptación del quirófano demandó otro millón. ¿Qué aporta esta moderna tecnología? "Es un equipo especialmente diseñado para la extracción de los gliomas, que son los tumores primarios del cerebro, y de los tumores de hipófisis", dijo el doctor Roberto Herrera, jefe del Servicio de Neurocirugía de la citada clínica. El problema de estos tumores es que no se distinguen del tejido cerebral sano, con lo cual puede ocurrir que en su extracción quirúrgica no se remueva la totalidad del tumor, lo que hará que la enfermedad vuelva, o que se remueva tejido sano. Y cada milímetro de más que se remueve son diez millones de neuronas que se pierden."
A diferencia de otros sistemas que se emplean para guiar la mano del neurocirujano, como la esterotaxia o la neuronavegación, en los que el experto basa sus maniobras quirúrgicas en estudios de imágenes previos a la cirugía, el Remain cuenta con un resonador magnético de última generación que permite obtener imágenes del campo operatorio en tiempo real, durante la cirugía.
Así, esta tecnología evita complicaciones asociadas a la remoción de tejido sano, a la vez que reduce el riesgo de que haya que reoperar al paciente para extraer vestigios del tumor. "En muchos de estos casos, una remoción completa permite la cura del paciente, que en su mayoría son chicos y adultos jóvenes", dijo Herrera.
¿Cómo funciona?
Da Vinci fue desarrollado originalmente por ingenieros de la NASA para hacer operaciones a distancia. Aprobado por la Food and Drug Administration de Estados Unidos en 2001, la extirpación de la próstata es su principal aplicación, pero también se utiliza en cirugía abdominal, cardíaca, torácica, pediátrica y ginecológica. De todas formas, este robot quirúrgico, fabricado por la empresa Intuitive Surgical, no sustituye al cirujano sino que traduce los impulsos que éste envía a través de los comandos en suaves y precisos movimientos ejecutados por un diminuto instrumental.
Uno de su brazos tiene dos cámaras de alta resolución que proporcionan al médico un campo de visión ampliado y además tridimensional. Mediante unos pedales, el cirujano maneja esas cámaras, envía a los instrumentos corriente eléctrica para coagular los vasos y guía el cuarto brazo, un ciberayudante que le permite separar o tensar tejidos.
Adelanto de la medicina
El robot Da Vinci es capaz de reproducir con sus cuatro brazos los movimientos que, desde la consola a distancia, realiza un cirujano. Y los efectúa aún con mayor precisión, ya que sus circuitos filtran los casi imperceptibles temblores que pueda tener la mano humana más entrenada. Quien opera lo hace frente a un visor que le ofrece una visión del campo operatorio ampliada diez veces y además en tres dimensiones. Esta es la principal innovación que lo diferencia del resto de los equipos de cirugía laparoscópica convencional, que manejan imágenes planas. Los movimientos precisos y armónicos que realizan sus brazos robóticos ocasionan un menor daño a los tejidos que rodean a las lesiones. Además, sus nano y microinstrumentos permiten trabajar en espacios muy reducidos del organismo. El aparato costó 1,5 millones de dólares, y sus dos módulos (el que contiene los brazos robóticos y la consola que maneja el cirujano) pesan más de media tonelada. Esta nueva tecnología está funcionando en Argentina desde hace una semana en el Hospital Italiano de Buenos Aires, donde ya lleva realizadas cinco operaciones quirúrgicas.