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"Registro de abusadores podría haber evitado crimen de la niña"

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AGRESORES SEXUALES

Cuando hay un secuestro de un niño, “hay que acudir a la prensa y a las redes”.

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Con un registro de agresores sexuales, como el que existe por ejemplo en países anglosajones, se podría haber prevenido la muerte de Brissa González, "esa niña tan frágil", asegura la psiquiatra Giannina Casali.

Los asesinatos de Brissa (12) y de la pequeña Valentina Walter (9), que se produjeron en el transcurso de apenas dos semanas, movió a la psiquiatra a llamar la atención sobre el encare que se está dando a estos crímenes.

"Como psiquiatra me preocupa enormemente el manejo que se ha hecho de estos casos, llegando a tipificar esos asesinatos como exponentes de violencia de género. En las muertes de las dos niñas hay elementos que deberían preocuparnos y asustarnos, por la falta de herramientas legales con las que contamos para prevenirlos", expresó a El País.

Según la Dra. Casali, el depredador sexual (que aplica, sobre todo, en el caso del asesino de Brissa), no es solamente un hombre violento, no es tampoco un pedófilo común, sino que es "mucho más peligroso y no estamos teniendo ni produciendo herramientas necesarias para lidiar con ellos", opinó.

"Estos individuos, cuando matan, lo hacen por placer, porque les genera un estímulo, que puede ser sexual. Son personalidades de excepción pero de igual forma la sociedad tiene que estar preparada, porque si no tomamos en cuenta que existen, no vamos a saber reconocerlos nunca", explicó Casali. Y agregó: "Si todo lo orientamos por el lado de la violencia de género y pensamos que allí tenemos una solución, eso va a impedir prevenir y resolver la situación. Tenemos que agregar otros insumos porque solamente con eso no se va a poder lidiar con este problema".

Casali afirma que el caso del asesino de Brissa González ilustra claramente lo que ella refiere. "Antes de haber cometido el asesinato, el homicida fue derivado a una ONG que trabaja con personas que han ejercido violencia doméstica y fue a una sola consulta. Pero en esa consulta lo que notaron fue que él tenía un comportamiento diferente a la mayoría de las personas que se atienden ahí: alejado, como desconectado emocionalmente, no reaccionaba a ninguna de las confrontaciones que se le hacían. Su perfil no encajaba. Por eso necesitamos incluir más información y no pensar todo desde la perspectiva de género", expresó.

Monitoreo.

"Frente a una persona que tiene antecedentes de atentado violento al pudor y se sabe que acechaba a niñas en otras escuelas, los sistemas de seguimiento deberían ser mayores. Cuando el peritaje psicológico y psiquiátrico revela que el grado de peligrosidad de esa persona es elevado, aunque haya cumplido con su pena debe seguir siendo monitoreada. Hay que hacer algo distinto a lo que se hace hoy", dijo.

"Con un registro de agresores sexuales se podría prevenir; nos duela o nos pese, es así. Se les obliga a registrarse, a comparecer ante una seccional todos los meses, se informa en el vecindario sobre su condición, y, según su peligrosidad, se usa tobillera electrónica. Pero para eso sería necesario rever el marco legal actual", aseguró Casali.

Sin culpa.

Según la psiquiatra, el perfil del asesino de Brissa se encuadra en los sujetos denominados sociópatas. "No es un loco. Distingue el bien del mal y la realidad de la fantasía. La diferencia es que piensa que las reglas o las normas no son para él: concibe a los demás como inferiores", explica. Los sociópatas, afirma, se encuentran en todas las clases sociales y no es producto de una cultura "patriarcal" o "machista". Los sociópatas comienzan a mostrar, a veces desde la infancia, ciertas tendencias hacia la crueldad, como torturar pequeños animales, mascotas o abusar de niños menores que ellos.

"En la edad adulta, a diferencia de lo que se cree comúnmente, son individuos que en general están bien insertados en la sociedad: estudian, trabajan, pueden incluso ser docentes. Pero tienen una alteración profunda en la afectividad y en la empatía: la capacidad de ponerse en el lugar del otro. No elaboran el sentimiento de arrepentimiento o culpa", explica. Eso "complica mucho a la hora de pensar en la rehabilitación. Si tú no te sentís mal con algo que realizaste, es muy difícil que esa conducta se pueda modificar. Sentir culpa te puede llevar a no reincidir, pero la tendencia en este tipo de personalidades es a reincidir", expresó.

Protocolo y alerta.

Otro de los aspectos importantes, afirma Casali, es el protocolo a seguir cuando un niño desaparece.

"A veces no alcanza solo con denunciar (a la policía). Hay otras cosas que se pueden hacer y que se implementan en otros países. "Una de ellas es la alerta Amber que surgió en 1996, luego del rapto y asesinato de la niña Amber Hagerman, en EE.UU. Esa alerta incluye acudir rápido a los medios de prensa y a las redes sociales. La foto del menor desaparecido se difunde y eso hace que que el secuestrador tenga menos libertad de movimiento. No siempre vas a impedir un desenlace fatal, pero vas a reforzar los caminos", opinó.

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