DÉBORAH FRIEDMANN
Pablo Maytia ya no se siente el raro del ómnibus. Otra vez tiene a su oreja derecha. A Toribia Luna todavía le parece mentira que sus ojos se vean "igualitos". Iris Barreto pudo volver a hablar y a comer porque una prótesis interna que se lo permite.
El Servicio de Prótesis Buco-Maxilo-Facial de la Facultad de Odontología de la Universidad de la República efectúa las más diversas prótesis. Con ellas se rehabilitan personas mutiladas, principalmente en el área de la cabeza y del cuello. Cada año 200 nuevos pacientes acuden allí para tratarse. A eso se le suman todos los que periódicamente concurren a controlarse o a que les realicen ajustes.
"Las prótesis sufren un deterioro. Las que son externas se van decolorando y las que son internas están sustentadas en tejidos que van modificándose. Entonces, estos pacientes necesitan constantemente modificar o ajustar sus prótesis. Además, en un período de entre tres y cinco años hay que cambiarlas", explicó Roberto Soler, director del Servicio.
Del total de tratados, 65% sufrió mutilaciones por tumores. El restante 35% tuvo un problema congénito o un accidente traumático. La proporción de quienes necesitan una prótesis debido a siniestros de tránsito aumentó en los últimos años. "Cuando comenzamos, el 85% eran por causas ajenas a los accidentes", señaló Soler.
Actualmente, casi la mitad de los usuarios (48%) son del interior del país y deben trasladarse a Montevideo. Eso motiva que en ocasiones se utilicen camas de internación en centros de salud, que podrían liberarse antes, afirmó Javier De Lima, odontólogo integrante del Servicio y uno de los impulsores de su descentralización, que comenzó a concretarse (ver nota aparte en página B2).
Entre los pacientes hay un porcentaje "bastante alto" de niños, que oscila entre el 15% y 20%. De ellos, la mayoría nacieron con una enfermedad congénita y necesitan una prótesis ocular.
EVOLUCIÓN. El Servicio, con 29 años de funcionamiento, comenzó originalmente a modificar prótesis bucales de pacientes que padecían de problemas en los maxilares, explicó Soler.
"Eran personas que por cirugías o traumas también perdían parte de los maxilares. Entonces, se modificaban prótesis o se hacían prótesis diferentes a las comunes. Y eran protesistas maxilo faciales quienes lo hacían", contó.
De las prótesis bucales se pasó a confeccionar otras como las nasales, oculares y auriculares. Actualmente, las oculares son las más demandadas. Le siguen las bucales obturatrices -con un obturador que sella y separa la comunicación entre la boca y la nariz-, las bucales, nasales y auriculares. También han realizado de extremidades y de testículos.
Aunque en primera instancia pueda llamar la atención que un odontólogo sea quien desarrolle estos elementos, son los profesionales capacitados para hacerlo: los materiales y las técnicas de impresión para cualquier tipo de prótesis son básicamente los mismos que se usan para los moldes que se toman para un trabajo en la boca.
Utilizan silicona y acrílicos, aunque en una mayor gama de colores. "La diferencia que hay es que por ejemplo los acrílicos, en lugar de ser rosados como los que se usan para las dentaduras, son color piel o blancos para las esferas de las ojos", contó Soler.
Las prótesis suelen ser la opción cuando la mutilación o el trauma sufrido no pueden ser reparados mediante una cirugía plástica. Por ejemplo, no hay ningún tipo de cirugía que pueda reparar un globo ocular perdido. Y muchas veces también las prótesis son internas -de silicona, titanio o acrílico- que los cirujanos colocan al momento de operar. Eso fue, por ejemplo, lo que hicieron para Antony Orosco, un joven nicaragüense que padecía de un tumor benigno altamente expansivo. En Uruguay el Servicio de Odontología fabricó una prótesis de titanio, que fue colocada durante la intervención quirúrgica en Nicaragua, a la que asistió De Lima, y que hizo en ese país el equipo del especialista Roger Antonio Padilla.
PODER MIRAR. Cuando como en el caso de Antony se puede planificar la prótesis de antemano, el paciente sufre menos psicológicamente y su recuperación se acelera. Eso sucedió con Iris Barreto (66), quien hace unos siete años padeció de un tumor y le tuvieron que sacar la mitad del paladar.
"Si a ella no le hubiéramos puesto la prótesis en el momento de la cirugía hubiera tenido que quedar internada y alimentarse con una sonda nasogástrica. Además, pudimos planificar las diferentes etapas. En otros casos, cuando eso no es posible, los pacientes vienen muy mal de ánimo, porque suele suceder que no se imaginen con qué grado de defecto van a quedar", indicó De Lima.
Sin la prótesis, Iris prácticamente no puede hablar. Y tampoco ingerir más que líquidos. La prótesis que utiliza actualmente es la tercera que tiene y ahora se prepara para que le efectúen un implante. "Acá me han ayudado mucho. Me han devuelto el comer, el habla, todo. No tengo palabras para agradecer todo lo que han hecho aquí por mí", dijo.
Dentro de ese agradecimiento, también está el poder haber accedido al tratamiento por más que no pudiera pagarlo. Es que cada paciente que llega al Servicio es evaluado por un asistente social que determina si la persona puede o no costear el tratamiento. Y si no cuenta con los medios, lo recibe igual.
Parte del Servicio es subvencionado por la Comisión Honoraria de Lucha Contra el Cáncer que aporta el salario de un asistente social, un laboratorista y dos protesistas.
Iris tuvo la suerte de conocer el Servicio de Prótesis Buco-Máxilo-Facial a través de la madrina de su nieta. Pero no a todos le sucede lo mismo. Toribia Luna (72) tenía 15 años cuando recibió un fuerte pelotazo en uno de sus ojos. "Me trataron pero no mejoré. Y no veo nada con esa vista", contó.
La pérdida de visión de Toribia era evidente y le traía problemas de relacionamiento. Así vivió hasta hace cinco años, cuando fue a la Facultad de Odontología para efectuarse un tratamiento bucal. "La señora que me atendió me sugirió ir al Servicio de Prótesis, que allí me podían ayudar", recordó.
Y lo hicieron. Su nuevo ojo le cambió la vida. "Ahora puedo estar mirando a los demás sin problema. Y también mejoró mucho mi aspecto. Me quedó perfecto. Me parece hasta mentira, ni me molesta ni nada", sostuvo.
"ME MIRABAN". Pablo Maytia (22) es otro de los pacientes del Servicio. Llegó en septiembre de 2006, poco después de que durante una pelea le arrancaran una oreja. Pablo no perdió la audición, pero verse sin una oreja claramente lo afectaba.
Su proceso fue extenso. Primero le hicieron una prótesis adhesiva. Para ello fue necesario importar un pegamento especial desde Estados Unidos. Pero la alegría le duró poco: se le despegaba constantemente.
Para ese entonces ya estaba en proceso una prótesis que no presentaba ese problema. "Ahí surgió el inconveniente de que en Uruguay no se fabrican los `tornillitos` que van en el cráneo. Los hacen en Brasil y Argentina pero tampoco había en ninguno de esos dos países. Al final se consiguieron en Suecia. Con todo eso, tuve que esperar un año y medio para los implantes. Y después hay que esperar un mínimo de ocho meses para realizar la prótesis externa, lo estético", contó Pablo.
Durante ese período Pablo vivió con todo lo que conlleva andar por la vida sin una oreja. "Es sobre todo en el relacionamiento. No me asustaba la gente, pero te falta algo. A todos los que te conocieron con oreja tenés que contarles qué te pasó. Yo tenía una venda blanca. Me miraban, por ejemplo, cuando me subía al ómnibus", recordó.
Fue por esa época que comenzó tratamiento psicológico. Al principio había sentido que podía sólo, pero después supo que no.
El 1° de abril de este año Pablo recuperó su oreja. Y es otro, aunque tenga "oreja entre comillas". Estuvo dos años y medio esperando eso, y sabe disfrutarlo.
Él sí pagó por parte de su tratamiento. "Las prótesis costaron unos $ 15.000, y a eso hay que sumarle los clips de oro, más la barra de plata. Ahora me estoy haciendo otra. Por las dudas, para tener dos", comentó.
Su oreja está caracterizada y se despinta. Así que cada tres o cuatro meses tienen que retocarla, como sucede con la mayoría de las prótesis.
Además, si bien con su nueva oreja su calidad de vida mejoró, no es lo mismo tener una prótesis que una oreja real. Si tenía alguna duda de eso, su trabajo con niños en una escuela se la quitó. "Directamente me dicen: `Es de mentira`, o ¿qué te pasó?. Está buenísimo esa naturalidad. Aprendés a decirles que sí, y saben que es de mentira, lo incorporan y no preguntan más", contó.
En algunos casos, además, las prótesis deben ser removidas por algunas horas. Toribia se quita su ojo dos veces por día para limpiárselo y enseguida se lo coloca. Pablo se saca su oreja para bañarse y dormir. "Tengo una barra fija en el cráneo, que tiene tres clips de oro, y entonces yo pongo y saco la oreja. Al principio también me costó con mi novia. De viejo voy a tener la dentadura y la oreja al lado. Esperemos, en realidad, que la dentadura no. Con una prótesis alcanza", dice riéndose.
Un servicio que es referencia regional
El Servicio de Prótesis Buco-Maxilo Facial de la Facultad de Odontología de la Universidad de la República ha formado profesionales de varios países de la región como Brasil, Chile, México, Cuba y Nicaragua, dijo su jefe, Roberto Soler.
A su vez, desde que tienen página web reciben numerosas consultas del exterior. Como el Servicio está conectado con otros en la región, suelen referir a esos pacientes al especialista más cercano a ellos. Aunque sí han asistido a argentinos que necesitan prótesis y que han venido a tratarse al servicio de Odontología.
Una de las características de estos especialistas es su permanente actualización. "Estamos siempre trabajando en base a las últimas técnicas que se desarrollan en otros países", contó Soler.
El especialista preside actualmente la Sociedad Latinoamericana de Rehabilitación de la Cara y Prótesis Buco-Maxilo Facial. "Dentro de Latinoamérica estamos en el primer nivel", dijo Javier De Lima, especialista del Servicio. Soler fue elegido presidente de la Sociedad en el marco del IX Encuentro, que se llevó a cabo en octubre de 2008 en Punta del Este, cuya temática principal fue "innovación".
También están en contacto con universidades de fuera de la región y actualmente realizan en conjunto una investigación con un hospital en Suecia para ver la reacción que tienen los tejidos alrededor de los implantes.
En 2008 el Servicio inició el desafío de descentralizarse y atienden también en Durazno. "Esto permite que el paciente del Norte no tenga que viajar tanto, y además quedarse, ya que a Durazno muchas veces pueden ir y volver en el día", dijo Soler.
Actualmente está en proceso la firma de un convenio entre el Ministerio de Salud Pública y Odontología para formar el Servicio de Prótesis Buco-Maxilo Facial en el Hospital de Durazno, con toda la infraestructura necesaria y un ritmo de atención "mucho mayor", señaló De Lima. Esto permitirá además racionalizar recursos.
La cifra
48% Es la proporción de pacientes que acuden al servicio y que son del interior del país. Un número importante es del Norte.
Las cifras
15% Entre esa proporción y el 20% de los usuarios del Servicio son niños. La mayoría padece de problemas congénitos.
35% De los pacientes que llegan al servicio padecen de problemas congénitos o tuvieron un accidente traumático.
Público y de alcance nacional
UNIVERSITARIO El Servicio de Prótesis Buco Máxilo Facial de la Facultad de Odontología de la Universidad de la República se dedica a la realización de diferentes tipos de prótesis para la rehabilitación de pacientes mutilados, principalmente en la cabeza y el cuello. Trabajan con un equipo multidisciplinario.
DERECHO Es un servicio público y de acceso libre a toda la población del país, independientemente de su cobertura de salud, condición socioeconómica y ubicación geográfica.
TIPOLOGÍA En el 65% de los casos las mutilaciones se deben al resultado de la extirpación de tumores. El restante 35% padeció problemas congénitos o accidentes traumáticos.
PRÓTESIS Hay dos tipos, las removibles, que se retiran para la higiene o para el descanso de los tejidos, y las internas, que son rellenos subcutáneos para la cara, el cuello, articulaciones para mano reumática y testículos, entre otros.
REMOVIBLES Dentro de las removibles se distinguen las bucales obturatrices (que tienen un obturador que sella y separa la comunicación entre la boca y la nariz), las oculares, las óculo palpebrales (cuando el defecto abarca el glóbulo ocular y los párpados), las nasales, las auriculares, las faciales extensas y las somato prótesis (reponen parte de órganos).
UBICACIÓN Es en Las Heras 1925, Planta Baja, teléfono 487.30.48 interno 140. El mail es pbmf@odon.edu.uy; web www.odont.edu.uy/caterdras/bmf.