Ratifican prisión perpetua para uruguayo en EE.UU.

Acción. No sabía que podía acudir al consulado de su país

Un uruguayo de 29 años admitió en 1997 haber matado a un joven y herido a una muchacha en Estados Unidos. Fue condenado a cadena perpetua. Luego intentó invalidar su declaración por desconocer su derecho de acudir a autoridades de su país.

La petición fue negada el martes pasado y la última instancia, según medios de comunicación estadounidenses, sería apelar ante la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos.

El director del "Departamento 20" de la Cancillería, Alvaro Portillo, dijo a El País que el consulado de Los Ángeles ha realizado un seguimiento permanente del caso. Otras fuentes señalaron que el crimen causó una profunda conmoción social en Utah, donde ocurrieron los hechos.

Crimen. En la noche del 28 de agosto de 1996 dos jóvenes de 18 años, Zachary Snarr y su amiga Yvette Rodier se dirigieron hasta el embalse Little Dell. Cuando estacionaron su vehículo se dieron cuenta que otro auto también paraba.

Luego, se prepararon con su cámara y trípode para poder sacar fotografías de la luna reflejada en el lago. En ese momento, Jorge Benvenuto se acercó a preguntarles a dónde conducía el camino. Yvette le contestó que no sabía y siguió hablando con Zachary.

Fue ahí cuando Benvenuto empezó a dispararles a ambos, según un resumen del caso publicado por la Corte de Oklahoma. Zachary recibió dos balas en la cabeza y una en el abdomen y falleció. Yvette comenzó a gritar y Benvenuto siguió disparándole. La hirió en la pierna, la cabeza y el rostro.

Benvenuto revisó los bolsillos de ambos, tomó las llaves del auto de Zachary y se fue. Yvette logró llegar a un camino y fue socorrida. La Policía encontró un auto en el lugar del crimen a nombre de Benvenuto. Cuando lo detuvieron, confesó el crimen y se mostró sorprendido porque Yvette hubiera sobrevivido.

Según el diario "The Salt Lake Tribune" declaró que disparó para ver "qué se sentía".

El Estado presentó cargos por un homicidio, un intento agravado de asesinato y dos delitos de hurto agravado.

El 15 de octubre de 1997 Benvenuto se confesó culpable de un asesinato agravado y de un intento de homicidio agravado. A cambio de su declaración, el Estado lo sobreseyó por los cargos de robo y resolvió no aplicar la pena de muerte, dice el informe.

Previo a aceptar la confesión, la Corte consultó a su defensor, James Valdez, si el joven estaba haciendo una declaración de culpabilidad "voluntariamente" y sabiendo las consecuencias. Valdez contestó que sí era consciente de lo que hacía.

Antes de recibir la sentencia, el 16 de enero de 1998, la Defensa llamó a declarar a dos hermanos de Benvenuto. Lo esencial que transmitieron fue que su pariente estaba confundido y deprimido cuando hizo su confesión. Benvenuto declaró que no hubiera confesado de no haber estado en ese estado.

La Corte denegó los argumentos de la defensa y lo condenó a una pena de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Posteriormente, Benvenuto alegó que nadie le informó sobre su derecho de contactarse con el consulado uruguayo, derecho que establece la Convención de Viena. Pero la Suprema Corte de Utah señaló que el joven no comunicó que no era ciudadano de Estados Unidos, según publicó el miércoles "Deseret Morning News".

Según "The Salt Lake Tribune" Benvenuto creía que tenía la ciudadanía estadounidense hasta que un miembro del consulado uruguayo lo visitó en 2002 en la prisión. En ese momento, el joven supo de su derecho, aunque la apelación fue realizada en 2005.

"El tenía que probar que si hubiera sabido que podía contactar al consulado uruguayo, no se hubiera declarado culpable y hubiera ido a un juicio donde podría haber enfrentado la pena de muerte", dijo el martes el asistente del fiscal de la Corte, Thomas Brunkey, al explicar la negativa de la Corte a hacer lugar a su solicitud. Según "The Salt Lake Tribune" la opción que le queda a Benvenuto es apelar ante la Suprema Corte de Justicia de EE.UU.

"Cárcel de por vida es peor que morir"

De acuerdo a diversos medios de prensa, Benvenuto compró un revólver Magnum 44 y lo usó para matar para ver cómo se sentía. Sy Snarr, la madre de la víctima mortal del uruguayo, dijo en un principio que creía en la pena de muerte y que Benvenuto merecía morir.

Pero si la familia hubiera pedido la condena a muerte del homicida "todavía seguiríamos con una apelación atrás de otra", dijo la mujer en 2002, según un informe de la agencia AP. "Pasan unos 18 años, en promedio, hasta la ejecución", dijo Snarr.

Al principio la familia Snarr estaba dividida en cuanto a qué deseaban hacer con la causa. Pero un año después del crimen el caso aún estaba en las instancias preliminares y era Benvenuto, y no las víctimas, quien recibía la atención de los medios. "Era un circo, todo sobre Benvenuto; Zach se merecía algo más digno".

Un senador arregló para que la familia Snarr visitara el área de máxima seguridad de la prisión estatal de Utah. "Nos abrió los ojos acerca de cómo se siente estar en prisión", contó la madre de la víctima. Después de eso los familiares se pusieron de acuerdo: "Estar acá es peor que la muerte"

Contados casos en el exterior

Jorge Benvenuto es uno de los pocos uruguayos condenados a cadena perpetua en el exterior, dijeron a El País fuentes diplomáticas. Hay otro uruguayo en la misma situación por haber violado a una menor de edad, también en Estados Unidos. La mayoría de los uruguayos presos fuera de frontera lo están en Italia, por delitos de narcotráfico, señalaron las fuentes.

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