David Gómez
Editor Webpc
Más de una generación se debe haber deleitado con el Agente 86 o con el Inspector Gadget. Lo que nos asombraba eran los aparatitos que sacaban y que hacían maravillas. El zapato-teléfono o el gorro-navaja suiza. ¡Qué inventos! Más tarde películas como Minority Report nos dejó alucinados con las proyecciones holográficas y las pantallas táctiles en el aire. Y todo eso que veíamos tan lejos ya existe. Un buen ejemplo son las lapiceras inteligentes que hoy pueden estar en el bolsillo de cualquier estudiante.
Hace unos años se volvieron masivos los bolígrafos espía, que contenían una mini cámara para filmar de la forma más disimulada posible; o tomar fotografías. Esto gracias a que muchas tecnologías se fabrican más compactadas, y es posible embeberlas dentro de casi cualquier formato. Si no, miremos los celulares: hoy nos ofrecen mucho más que hablar.
Una nueva generación de lapiceras inteligentes impacta positivamente en el ambiente académico y pronto los periodistas estarán agradecidos porque podrán decir adiós a la libreta de apuntes y grabadoras. Me refiero a los productos que la compañía estadounidense LiveScribe lanzó al mercado en 2007, y desde entonces han evolucionado ofreciendo innovadoras prestaciones.
La primera camada de estos bolígrafos contenían una diminuta cámara en la punta, cuya función es la de capturar o reconocer el texto que se escribe a mano. A su vez, incorporaban un micrófono capaz de grabar hasta 100 horas de audio en forma simultánea a la escritura. Y gracias a un mini altavoz, podía reproducir en audio lo que se acababa de escribir, además de pasar los archivos grabados a un ordenador mediante cable USB.
Hoy los productos de LiveScribe (www.boligrafo inteligente.com) han evolucionado. Además de ofrecer mayor capacidad de almacenamiento, ofrecen nuevas posibilidades como referenciar momentos de audio mediante una palabra. A modo de ejemplo, un estudiante puede estar en una clase con su LiveScribe tomando apuntes en forma escueta sin preocuparse de los detalles porque luego, al enfrentar el bolígrafo con el apunte, este será capaz de encontrar el momento exacto del audio que hace referencia a esas notas. ¡Brutal!
Y las versiones más actuales de LiveScribe también van más allá de las palabras porque puede ser muy útil para dibujantes y arquitectos al permitirles guardar sus croquis o bocetos en el mismo instante en que son realizados y descargarlos para usarlos en un software de edición de imágenes o modelado.
Otros modelos incluyen traductor de idiomas en hasta 45 lenguas. Esta función se aplica sobre textos escritos y a medida que se pasa como un escáner va traduciendo. También se puede usar mientras el usuario escribe, guarda los textos en archivos y enviarlos por mail desde la propia lapicera.
En la actualidad LiveScribe ofrece cinco modelos, que van desde los 150 a los 400 dólares. Por ahora solo se la consigue en el exterior o comprándola vía Internet.