Prevenir y controlar el acoso escolar

| Para que en la escuela no se convierta en víctima o victimario

Se puede proteger a tu hijo para que no se convierta en un acosador ni en un acosado? Claro que sí. Por lo menos existen algunas pautas que pueden ayudar tanto a la familia como a los educadores a prevenir este fenómeno. Luchar contra el "bullying", como llaman al acoso escolar, es una responsabilidad de todos. Cada parte implicada debe cumplir su papel:

La familia es la que tiene que establecer lo que es reprobable y lo que es aceptable, en casa y en la relaciones sociales. Según los expertos en acoso escolar, la ausencia de reglas, la falta de supervisión y de control razonables de la conducta de los hijos fuera del colegio, de lo que hacen y con quién van, una disciplina demasiado dura, la falta de comunicación y la ocurrencia de tensiones y de peleas en la familia, pueden llevar a que los hijos adquieran conductas agresivas.

Existen algunas reglas básicas para evitar el problema: a) dialogar con los hijos para aprender y conocerlos mejor; b) estar pendiente de posibles síntomas como nerviosismo, falta de apetito, insomnio, bajo rendimiento escolar, fobia escolar; c) controlar y supervisar su conducta, observando qué hace, a dónde va, con quién juega, cuáles son sus intereses; d) determinar los límites y las normas y exigir el cumplimiento de las que son elementales; e) educar para controlar las emociones, para comportarse con los demás, para convivir con otros; f) observar el comportamiento, estados de ánimo, y los cambios en sus hábitos.

El papel de las escuelas es no cerrar los ojos a la realidad. Establecer reglas para evitar el bullying, mantener un buzón de sugerencias y de quejas, tratar el tema a través de cursos o tutorías, poner a cuidadores o vigilantes en el comedor, en el recreo, y en otras zonas de riesgo, introducir y mantener asignaturas de educación en valores, e intervenir de una forma rápida, directa y contundente en el caso de que haya alguna sospecha de acoso escolar.

(GUIAINFANTIL.COM)

Importancia de una educación temprana.

La educación temprana se fundamenta en la capacidad del niño para formar circuitos neuronales en los primeros años de vida. Entre los 0 y los 6 años el niño alcanza el 80% de su crecimiento cerebral. De la calidad de los circuitos neuronales desarrollados en este tiempo dependerá después su capacidad para aprender. (solohijos.com)

Desarrollar la empatía en el niño.

La empatía hace referencia a la facultad de comprender las emociones y los sentimientos de otro por un proceso de identificación con su realidad. Los niños empáticos son más populares, tienen menos dificultades para las relaciones sociales y acostumbran a tener éxito en la escuela y en el trabajo. (solohijos.com)

Las mentiras interesadas.

A medida que el niño va creciendo, es más fácil que recurra a mentiras interesadas (por ejemplo, para evitar responsabilidades por sus acciones). En estos casos, debemos hablar con nuestro hijo y explicarle la importancia y los beneficios de la verdad, la honradez y la confianza.

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