Las cifras en salud mental alarman a las autoridades. Más de 300 millones de individuos sufren depresión en el mundo y solo el 30% responde a los fármacos convencionales, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 2022, 818 personas se suicidaron en Uruguay, y la cifra fue récord, tal como informó el Ministerio de Salud Pública (MSP).

Es con miras a atender este flagelo que el senador nacionalista Juan Sartori propuso un proyecto de ley donde plantea la posibilidad de habilitar el consumo de sustancias psicoactivas naturales. Para esto plantea despenalizar su consumo, distribución y comercialización, siempre que se haga con fines exclusivamente científicos y médico-terapéuticos.

Sartori aclaró en su exposición de motivos que el acceso y uso será “bajo estricta prescripción y supervisión de médicos psiquiatras especialmente formados, garantizando el consumo seguro”. De esta forma, “se evitará el uso incontrolado y la venta lucrativa de sustancias que, sin seguimiento médico, pueden también implicar riesgos sanitarios”.

Este proyecto, al que accedió El País, se alinea a otros vinculados a la salud mental en los que trabaja el legislador: mejora en acceso y celeridad a las consultas con psicólogos y psiquiatras en salud pública, y acceso a recetas electrónicas.

El objetivo es permitir recurrir a sustancias que han demostrado ser eficaces a nivel internacional (el caso de Australia y Estados Unidos) para el tratamiento de afecciones como depresión, ansiedad, estrés postraumático, adicción a opioides, y otros trastornos.

“Los distintos trastornos psíquicos que afectan a la población son una problemática que tiene que ser afrontada como política de Estado. Más aún, considerando que estas patologías se presentan cada vez más en adolescentes y jóvenes, lo que hace urgente el deber estatal de velar por su salud y bienestar”, sostuvo el senador.

Las “sustancias naturales enteógenas” son aquellas que provienen directamente de plantas u hongos y contienen psilocibilina, metilendioximetanfetamina, ibogaína, dimetiltriptamina, mescalina o psilocina.

La norma permitiría el acceso a esas sustancias, con un marco de legalidad a su cultivo, distribución, posesión y uso, siempre que no tenga fines comerciales. La prescripción debería ser otorgada por un médico psiquiatra, especialmente habilitado para el uso de estas sustancias, bajo receta anaranjada que establezca la dosis concreta y el plazo para el uso.

Solo podrá indicarse a pacientes mayores de edad con patología diagnosticada.

Todos los centros de atención médica (públicos o privados) deberían contar con profesionales capacitados en el área que asesoren a los pacientes sobre su patología y la opción del tratamiento con sustancias naturales enteógenas.

En otro orden, el consumo de estas sustancias sería causal de inhabilitación para conducir, de acuerdo con la Ley N° 18.191, durante el tratamiento.

El proyecto prohibe “toda forma de publicidad, directa o indirecta, promoción, auspicio o patrocinio” de los productos que contengan sustancias naturales enteógenas en cualquier medio de comunicación.

El Poder Ejecutivo debería ser quien reglamente la ley en el plazo máximo de 60 días desde su promulgación. En la reglamentación deberá participar necesariamente el MSP y se identificarán las patologías cuyo diagnóstico permitirá acceder a las sustancias habilitadas en la normativa.