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Lacalle Pou dice que al FA ya no le importa la gestión

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Asamblea Herrerista: el expresidente Luis Alberto Lacalle fue aplaudido y saludó a si hijo. Foto. F. Flores

Congreso Nacional del Herrerismo

“El capitán no está, en realidad nunca estuvo”, dijo en alusión a Vázquez.

En el día del natalicio del caudillo blanco, Luis Alberto de Herrera, el Herrerismo intentó posicionarse ayer como columna vertebral del movimiento que impulsa al senador Luis Lacalle Pou a la presidencia con un discurso que enfatizó la necesidad de ordenar las cuentas públicas, de incorporar votantes extrapartidarios y de atacar la brecha social. En el Congreso Nacional del Herrerismo realizado ayer en la chacra San José, que terminó con una “picada” de asado y chorizos, abundaron los dardos al Frente Amplio.

En primera fila para escuchar a su hijo estaba el ex presidente Luis Alberto Lacalle, franqueado de dos lugartenientes suyos de todas las horas, el senador Luis Heber y el diputado Gustavo Penadés. Al comienzo de su alocución, Lacalle Pou, vestido con un buzo celeste y vaqueros se refirió a “mi viejo” y generó un aplauso de pie de los asambleístas y gritos de “Cuqui, Cuqui” que el ex mandatario agradeció parándose, inclinando la cabeza y llevándose la mano al corazón. Antes de Lacalle Pou habían hablado Heber, los diputados Gloria Rodríguez, Sebastián Andújar, Jaime Trobo (quien lo hizo a través de un video), Gustavo Penadés y el senador José Carlos Cardoso.

El acto estaba concebido como el lanzamiento de la campaña del sector de cara a las internas del próximo año y de la gira de dos semanas que los técnicos de Todos (el paragüas que abarca al Herrerismo), divididos en 21 grupos comenzarán por todo el país el martes 24. El slogan del congreso era simple: “Ahora, seguridad para gobernar”.

Lacalle Pou comenzó refiriéndose a que “muchos uruguayos confiaron y hoy están desilusionados” lo que obliga a los blancos a ser “muy humildes” y explica que “no es caprichoso lo de tender puentes”. “Nosotros en los tiempos que vienen tenemos que ser muy humildes, tenemos nuestra verdad y nuestros argumentos pero no somos dueños de la verdad”, insistió. El programa de gobierno no se diseñará “desde las oficinas” sino tras una amplia ronda de contactos con la sociedad civil, adelantó.

El senador blanco enfatizó que ha quedado claro que para el Frente Amplio el poder ya es un fin en sí mismo y no un medio. “El Frente Amplio se quiere quedar en el gobierno y ya no le importa la gestión (aunque) quedan más de 500 días de gobierno. El capitán no está. En realidad en este gobierno nunca estuvo”, dijo en obvia alusión al presidente Tabaré Vázquez.

Luego hizo alusión a uno de los temas álgidos del momento: la seguridad. “Cuando se pierde la autoridad, quien paga los platos rotos es toda la sociedad pero en especial el que menos tiene, es el más pobre, el más humilde”, y cuestionó que desde el oficialismo se quiera trazar “una raya, entre un tipo de uruguayo y otro tipo de uruguayos”.

“Queremos al país cuando haya que agarrarlo y en las condiciones que nos toque, queremos gobernar para la gente en el momento que nos toque, no queremos los momentos más fáciles”, señaló y enfatizó que el gobierno “fracasó” en el manejo de los recursos públicos. Y alertó sobre la “herencia” que le puede quedar a la futura administración. “La frazada que pudo haber sido larga, gruesa y ancha va a quedar chica, finita y agujereada. Si la frazada es corta ¿ A quién vamos a tapar primero? A los que tienen frío”, adelantó.

Su planteo, aclaró, no apunta a las divisiones sociales porque “la sociedad es una” y pidió “fortalecer a los que emprenden, sacarles las anclas, como dijo el senador Heber no es el Estado empresario el que va a sacar adelante al país”.

“No le echen la culpa a la mayoría parlamentaria. Echenle la culpa a la soberbia”, criticó.

También hizo una defensa del sistema político que reconoció que es minado por la mentira que genera descreimiento. “La mentira es demagogia. La mentira es un veneno para la democracia. (...) Yo soy el sistema, yo creo en el sistema”, enfatizó.

Pragmatismo.

Lacalle Pou dijo que sin bajar los combustibles y la electricidad “no hay tu tía” y pidió mucho pragmatismo en materia de política comercial porque “hay que negociar con todo el mundo”. “ Si me compran lo que hacen los uruguayos, son amigos míos. Yo firmaría un TLC con Cuba. El mundo moderno va a exigir las reacciones “touch and go”. Tenemos que andar sin mochila”, sostuvo.Y pidió no tener “amistades” como las del presidente venezolano, Nicolás Maduro y el nicaraguense, Daniel Ortega,”que, entre otras cosas, nos dejan mal con la comunidad internacional”. La globalización da muchas oportunidades y puede permitir que muchos uruguayos trabajen en el país para el mundo y la valorización del intelecto.
Aunque no quiso disimular su impaciencia Lacalle Pou avisó que “falta mucho tiempo (para las elecciones) y hay mucho para hacer ahora”. Luego reflexionó que ahora el tiempo como dirigente político de alguien “en primera fila es más corto, más intenso” y que, si es electo presidente, considerará que el día más importante será el 1 de marzo de 2025 porque ese sería el “día de balance” de su gestión.

El que pierde elige al candidato a vice

El diputado herrerista Gustavo Penadés insistió ayer en que tras las elecciones internas corresponderá al sector que sea derrotado decidir el nombre del candidato a vicepresidente nacionalista, en tanto el senador Jorge Larrañaga, seguro rival del senador Luis Lacalle Pou en la elección interna de mayo próximo, insistió el sábado en que solamente se postulará a la primera magistratura.

En la declaración de cierre de su congreso, el Herrerismo se comprometió a “un eficiente manejo de los fondos públicos y una genuina reducción de la presión tributaria con efecto inmediato en el bolsillo del contribuyente; una prudente conducción del endeudamiento público que no comprometa irresponsablemente el futuro, con el objetivo de consolidar mayor rendimiento, eficacia y competitividad de los factores productivos, que redundarán en la generación y dignificación del empleo y en la necesaria estabilidad laboral”.

Crítica a la calidad de políticas sociales

La diputada herrerista por Montevideo Gloria Rodríguez, criticó duramente al gobierno y avisó que “se resiste a cantar la retirada, y utilizará todos los medios posibles para que eso no suceda, y en caso contrario, procurará mantener sus estructuras sociales de poder”.

“¿Qué viene haciendo el Frente Amplio desde el gobierno?. Demostrar que todo aquel discurso sistemático a favor de las minorías, era un discurso para la tribuna. Se olvidó de todas las minorías que necesitan y reclaman el amparo del Estado”, acusó. “En políticas sociales hoy no conocemos la eficiencia, porque los datos de gestión del Mides son un gran agujero negro, donde en lugar de responder a nuestras preguntas nos pretenden dar lecciones de sensibilidad social”, cuestionó. “Se utiliza y estigmatiza la pobreza. Ser pobre no es ser delincuente... nadie decide dormir en la calle”, insistió. “Hoy estamos viviendo la violación de los derechos humanos institucionalizada y acá está el Herrerismo dispuesto a sacar al país de este caos”, arengó.

El senador Luis Alberto Heber puso énfasis en lo social y económico y dijo que “están fundiendo el país, hay 60.000 desempleados (más) y acá lo que necesitamos es un Estado socio del emprendimiento y no enemigo”. También hizo hincapié en la seguridad: “Al delincuente lo trataremos como delincuente... Porque de acá salimos respaldando a la policía. El ministro del Interior tiene que ser el primer policía”, dijo Heber.

El senador, decano de los legisladores, franqueó al ex presidente Luis Alberto Lacalle. También estuvieron otros ex integrantes del gabinete del ex mandatario, como el ex ministro de Economía, Ignacio de Posadas, el ex vicecanciller Eduardo Mezzera y el ex titular de Transporte, Juan Carlos Raffo.

El diputado Gustavo Penadés dijo que “hoy el Frente Amplio es pasado y Luis Lacalle Pou es futuro” y fustigó las políticas de seguridad del gobierno. Penadés pidió redistribuir los recursos públicos y mencionó, por ejemplo, que el Instituto Nacional de Carnes tiene millones de dólares inmovilizados que se podrían volcar a programas sociales.

Por su lado, el diputado Sebastián Andújar dijo que el gobierno le dio la espalda al campo y a los inversores.

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