Mercedes
Guillermo Besozzi renació y logró ser el primer intendente en la historia de Soriano electo cuatro veces para ese cargo. A las 23.10 de este domingo se subió a un estrado, a pasos de la entrada de la Catedral mercedaria, con su característica boina y su golilla azul atada al cuello y revoleando un poncho blanco dio rienda suelta a su euforia. Abrazó a un muñeco que también tenía boina, hizo subir a sus rivales internos blancos y fue aclamado por una multitud que bailaba al son de una orquesta.
En el público, resistiendo el frío, estaba su madre María Sara Arocena, “Palala”, de 91 años recién cumplidos. A las 0,10 los datos de la Corte Electoral indicaban que el Partido Nacional había obtenido 26.848 votos en Soriano y el Frente Amplio 18.509.
Fue una confirmación más, por si hiciera falta, que las elecciones departamentales tienen lógicas distintas que las nacionales. En octubre el Frente Amplio había logrado 25.738 votos y el Partido Nacional solamente 21.231. Y todo indica que muchos votantes colorados de octubre no acompañaron a los candidatos de su colectividad. En octubre hubo 11.656 votos colorados y ahora solamente 6.446.
Jornada frenética
La jornada comenzó temprano para Besozzi que fue a misa en la Catedral de Mercedes antes de las 8 como hace siempre. Fue a su circuito y no votó (ver nota aparte), recorrió bastiones partidarios del popular barrio Cerro y luego se fue manejando su embarrada Toyota Hilux azul al establecimiento “El Rancho”, en el kilómetro 268 de la ruta 2 que tiene algunas hectáreas forestadas y donde cría caballos. Allí vive con su esposa Marta Viera, con la que tuvo cuatro hijas. A sus 62 años, tiene 11 nietos.

A las 16 horas, tras haber descansado un par de horas, se subió a la Toyota con camisa arremangada y comenzó una vertiginosa gira que lo llevaría a recorrer buena parte del departamento. Iba al volante y lo acompañaban su yerno Mariano Rodríguez y una de sus nietas. Tenía que ir rápido porque a las 00 horas tenía que estar sí o sí en su casa para no incumplir la medida de la jueza actuante en su caso que lo obliga a estar en su domicilio a esa hora. Varias veces bromearía en las distintas paradas que hizo que era como la Cenicienta que tenía que volver a su casa a la medianoche.
Se detuvo en Palmitas, Egaña, Risso, Rodó, Santa Catalina, Cardona, Cañada Nieto y Villa Soriano. En Palmitas lo convidaron con dulce de zapallo y en Risso con torta fritas. Le sacaron infinidad de fotos y dio decenas de abrazos. Una señora le gritó “mi hombre” en Dolores” y él pidió, riéndose, “basta de gritar disparates”.
Antes en Rodó se había detenido un momento y se había persignado frente a la tumba de La Celestina, una “sanadora” que falleció hace décadas. Esa tumba fue retirada del cementerio hace diez años del pueblo por la intendencia a pedido de la gente y se transformó en un lugar de peregrinación. Entre mate y mate pidió a sus partidarios y a los candidatos a alcalde de su grupo calma y tolerancia y les agradeció su esfuerzo militante.
Una señora le dijo a El País en el baluarte de la lista 903 de Rodó que “Guilllermo es un ser de luz” y recordó cómo llamó para seguir día a día la evolución de una militante que había tenido que hacerse una delicada operación. En algunos locales había bachata, en otros cumbia y en otros música brasileña como en Villa Soriano, la última escala del periplo donde una decena de niñas se sacó una foto con él. Un hombre le pidió el triunfo como regalo de cumpleaños, otro le tomó el pelo por su condición de “bolsilludo” y comió pasteles de dulce de membrillo con su hija que vive en Risso.

La recorrida terminó bien avanzada la fría noche cuando las cosechadoras seguían trabajando en el campo. En Santa Catalina entró a saludar a un club colorado y hasta recibió algún bocinazo amistoso de un auto con banderas frentistas. A sus ansiosos partidarios les decía que quería esperar que se hubiese escrutado el 30% de los votos para hacer vaticinios pero en Dolores, el exalcalde Javier Utermark le dijo que estaba ganando en circuitos de votantes jóvenes y eso le pareció un buen augurio.
Llegado a Mercedes, dio una vuelta por la rambla para hacer tiempo y que se consolidasen las cifras. Se bajó de la camioneta al costado de la casa de su madre y abrazó a su esposa que tenía los ojos humedecidos a la que levantó en el aire. Finalmente llegó sobre las 23 al estrado céntrico y allí lanzó “ a voz en cuello que “la intendencia no es un boliche, es una de las mejores intendencias del país, lo digo acá y en cualquier lado”.
Dijo que “no va a cambiar nada” su forma de ser que es estar cerca de la gente y que su objetivo es “que les vaya un poquito mejor todos los días a los sorianenses”. Agregó que encara la nueva etapa con “ganas” y que quiere “incluir” a los demás partidos políticos. “Hay que zurcir, tender puentes. Nuestras vidas funcionan así”, sostuvo. Dijo también que tiene la conciencia tranquila porque “lo único que hago desde que nos levantamos hasta que me acuesto” es tratar de mejorar la situación del departamento”. Aseguró “no sentir rencor y le envió un saludo al presidente Yamandú Orsi.
Enfatizó que el poder se puede de dos maneras: para el bien o para el mal. “Lo hemos usado para el bien”, aseguró.
Luego se despidió y se subió a la Toyota porque se acercaba la medianoche. Detrás quedaba un triunfo político claro a manos del Partido Nacional.
Días agitados para recuperar el tiempo
La jueza Ximena Menchaca revocó, el pasado lunes, la medida de arresto domiciliario que había dispuesto para Guillermo Besozzi. Desde entonces, el exintendente se lanzó a recuperar el tiempo perdido de campaña y recorrió el departamento de Soriano intensamente. Ahora puede circular libremente durante el día y cumple una medida de arresto domiciliario nocturno, es decir, no puede salir de su casa entre la medianoche y las siete de la mañana. Además, entregó su pasaporte porque no puede salir del país.
Besozzi fue imputado por ocho delitos vinculados a corrupción. La maniobra, por la que hay otros cinco implicados, abarca 15 hechos. Mientras algunos son “favores” que, según la Fiscalía, hizo en el pasado a cambio de votos, otros están vinculados a cuestiones en las que participaron funcionarios de la intendencia. Por ejemplo, uno de los hechos que se le imputan es pagarle horas extras a funcionarios a sabiendas de que no las trabajaban.
La fiscal original del caso fue Stella Alciaturi, a quien dirigentes del Partido Nacional cuestionaron con dureza luego de que se supiera que había hecho posteos a favor del Frente Amplio en Facebook. Alciaturi está hoy en Atlántida y fue sumariada, por disposición de la fiscal de Corte, Mónica Ferrero, mientras se investiga si filtró la imputación de Besozzi. Alciaturi había pedido y obtenido originalmente su arresto domiciliario total por 180 días. Los abogados del dirigente luego pidieron la reconsideración de la medida.
El Partido Nacional gobierno la intendencia de Soriano desde 1990 de manera ininterrumpida. Besozzi ya fue tres veces intendente.

No pudo votar, pues el circuito era en la Intendencia
En las horas previas a la votación en las elecciones departamentales, Guillermo Besozzi, aún candidato a la Intendencia de Soriano por el Partido Nacional, constató que no podía ingresar a la locación en la que le correspondía sufragar. A Besozzi, que consiguió la reelección, le tocó votar en la Oficina de la Juventud de la Intendencia y, según explicó él mismo, “la medida cautelar (en su contra) dice que no puede entrar en situaciones normales a ninguna dependencia de la Intendencia”. “Yo considero que la dependencia de cualquier organismo público está en manos de la Corte Electoral”, acotó. Fue el abogado Pablo Vera quien le recomendó a Besozzi que no se presentara a votar evitando las consecuencias que esto podía acarrear: “Desde la Fiscalía afirmaron que si Besozzi vota se actuará en consecuencia y eso significa que se podría pedir la revocación de las medidas y volver a una prisión domiciliaria. Es demasiado el riesgo más allá del derecho al voto. El riesgo para él hoy es demasiado”.
“Tomé la decisión (de no votar) porque la opción que me daba el presidente de la Junta Electoral de Soriano, Raúl Ávila, muy amablemente, era que yo podía ir a cualquier mesa a votar, pero aduciendo una incapacidad”, sostuvo Besozzi. “La mesa no tiene por qué preguntar cuál es, pero dije que no porque yo no tengo ninguna incapacidad”, acotó.